NECESITAMOS UNA REGLAMENTACIÓN NUEVA PARA QUE FLOREZCAN MILES DE MERCADOS DE ECONOMÍA SOLIDARIA QUE SON LA SOLUCIÓN PARA MOMENTOS COMO EL QUE ESTAMOS VIVIENDO

Rosa Zambrano, referente de la mesa de organizaciones del Mercado Bonpland

«NECESITAMOS UNA REGLAMENTACIÓN NUEVA PARA QUE FLOREZCAN MILES DE MERCADOS DE ECONOMÍA SOLIDARIA QUE SON LA SOLUCIÓN PARA MOMENTOS COMO EL QUE ESTAMOS VIVIENDO»

Por Daniel Bello y Ana Belén Marrello 

El 30 de marzo, luego de varias jornadas de lucha, finalmente se levantó la clausura del Mercado de Economía Solidaria Bonpland del barrio de Palermo, donde funcionan ocho cooperativas que venden alimentos y productos textiles desde hace 15 años, lo que fue celebrado por los trabajadores, quienes señalaron: «La organización colectiva siempre vence».

La clausura había sido ejecutada por la AGC el martes 22 en el local de Bonpland 1660 cuando, de acuerdo a lo que indicaron, no se permitió realizar la tarea de inspección, por lo cual se procedió al cierre «por obstrucción de procedimiento con intervención policial no pudiendo constatar la autenticidad, procedencia y vencimiento de los productos comercializados».

Sin embargo, desde el primer momento se indicó que esto representó una «clausura autoritaria» y destacaron que la habilitación del Mercado “debe realizarse por parte de la Dirección de Desarrollo Gastronómico, y al no realizarse las obras necesarias para su habilitación, el mismo Gobierno, que es responsable de estas obras, es el que utiliza este argumento para llevar adelante la clausura”.

Sobre el hecho, PPV habló con la referente de la mesa de organizaciones del mercado, Rosa Zambrano -quien también integra la Cooperativa Soncko Argentino- sobre lo que significó la clausura y la posterior apertura del Mercado de Bonpland.

¿Qué creen que hay detrás de la clausura?

Nosotros y nosotras no sabemos qué hay detrás de la clausura. Sí sabemos que hay intereses que son evidentes por la historia que tiene el mercado y porque está emplazado en un barrio que tiene una dinámica que choca un poco con la dinámica nuestra, tanto en la forma de producir como en el consumidor que concurre al mercado. Presumimos que hay otras intenciones, de darle otra vuelta de estética al lugar.

Nosotros consideramos siempre que puede haber otro interés. Por eso siempre seguimos articulando con el Estado, relacionándonos, dialogando y viendo de hacer entender que es importante tener en la Ciudad de Buenos Aires un mercado de economía solidaria que tiene otras lógicas de producción y de consumo y que siempre va a tratar de incidir en generar conciencia en la importancia que tienen el cambio en los hábitos de consumo en la población.

Por ejemplo, hay un comedor, un teatro, una asociación que se llama “Yo no fui”, que trabaja con mujeres en situación de encierro -que están detenidas- y que cuando ellas salen ésta organización es una alternativa de capacitación y de trabajo para estas personas. Así que todas esas cosas generan otra mirada sobre el lugar. Nosotros lo entendemos, pero no estamos dispuestos a entregar este espacio de desarrollo y de construcción de un mercado alternativo de economía solidaria; que dé visibilidad a las producciones de los pequeños productores de la agricultura familiar y de la economía social.

Empresas recuperadas, que tiene que ver con mostrar que hay autogestión de trabajo y que esta forma de producción genera puestos de trabajo y pueden sostener a las familias con una calidad de vida digna para los productores.

¿Y sobre la responsabilidad del gobierno porteño, quien tiene que hacerse responsable?

Nosotros hacemos hincapié en que el Gobierno de la Ciudad tiene que hacerse cargo de la habilitación del espacio y darnos a las organizaciones la posibilidad de mantenerlo, pero no de cargar sobre nuestras espaldas. Hacer obras a las que se comprometió el propio Estado y hacer trámites que son responsabilidad del Estado y no nuestras.
Así que no vamos a claudicar en eso.

Creemos que cada quien tiene que hacerse responsable de las obligaciones y de los derechos que tiene. El espacio es público, pertenece al Estado y es el Estado quien tiene la obligación de tener en regla sus espacios públicos mientras que las organizaciones, que nos comprometemos con el Estado a usufructuar ese espacio, lo mantenemos y lo mejoramos. Eso sí, pero no otra cosa.
Así que nosotros vamos a seguir insistiendo para que se hagan las obras y se habilite el mercado.

¿Qué redes pudieron generarse tras el conflicto?

Nos demostramos que, a través de la lucha, del compromiso y la convicción que tenemos, pudimos dar visibilidad a un atropello que fue la clausura.
Ahora, vamos a seguir insistiendo con que se formen mesas de diálogo, reuniones permanentes, con una agenda donde se cumplan los objetivos que planteamos, las propuestas que llevemos.
Porque sino va a seguir pasando esto y nosotros queremos darle un cierre al tema e iniciar una etapa nueva de diálogo con el Gobierno de la Ciudad, pero también con instancias nacionales, provinciales y municipales. Instancias en las que podamos también poner sobre la mesa la problemática que tienen las producciones familiares, sobre todo, y los pequeños emprendedores, y las pequeñas cooperativas que comercializamos esos productos… poder tener una mirada diferente y una intervención del Estado.
Para que esos productos puedan circular y puedan llegar al público, porque son productos que tienen menos valor de azúcar, no tienen aditivos, no tienen conservantes, hay un montón de cuestiones que hacen a la salud, que piden que se produzca de una manera diferente.

No son productos que se producen a nivel industrial, entonces tiene que haber evaluaciones sobre qué condiciones se pueden facilitar para que los productores tengan una libre circulación de sus productos y nosotros no nos veamos clausurados con productos que son mucho más sanos que los que se venden en los supermercados, que son totalmente industrializados y cada vez tienen menos contenido, cada vez tienen menos nutrientes.

Entonces, es a partir de esta visibilidad que tuvimos, y de esta lucha, y de este decir ‘no, así no nos pueden llevar por delante’, que vamos a lograr otras cosas porque esto lo que nos ha permitido es un compromiso de unas mesas de diálogo con todos estos actores para poder llevar adelante la parte de la consideración de la producción, la parte de la habilitación del mercado y luego la parte de política para una reglamentación que contemple y contenga a nuestro modo de producción.

Las reglamentaciones de los mercados municipales de Abasto no nos contienen. Nosotros necesitamos una reglamentación nueva. Así que vamos a ir por todo esto a partir de ahora y les pedimos que nos acompañen como nos han venido acompañando porque ha sido muy beneficioso para que estos espacios sienten precedentes y puedan florecer miles de mercados de economía solidaria, de cercanía y que sean una solución para el momento como el que estamos viviendo, donde la mesa de los argentinos y el plato que se pone de comida esté siendo botín de guerra de las grandes empresas que producen alimentos.

Vamos a ser, y somos, una solución si nos ponemos a trabajar. Siempre hemos sido una solución, pero nunca ha habido voluntad política de sentarse con una mirada integradora y con una mirada de sumar y generar escala desde la agricultura familiar y desde la economía social.