Conferencia en la UMET
TRABAJO Y SINDICATOS HACIA UN FUTURO CON INCERTIDUMBRES
Por Ana Belén Marrello
El lunes 9 de diciembre se realizó en la UMET la Conferencia «Trabajo y sindicatos hacia un futuro con incertidumbre» con la presencia de Oliver Suchy, director del proyecto ‘Trabajo del Futuro’ de la Central Única de Trabajadores de Alemania (DGB: Deutscher Gewerkschaftsbund); Natalia Zuazo, directora de SALTO Agencia e investigadora de la Asociación por los Derechos Civiles en DDHH, y Juan Ottaviano, abogado de la Asociación del Personal de Plataformas (APP); con la coordinación de Marta Novik, directora del CITRA (Centro de Innovación de los Trabajadores), unidad ejecutora gestionada por UMET y CONICET.
El referente de la DGB, Oliver Suchy, mencionó que en la central obrera alemana abordan el tema de la digitalización en todos los aspectos. «Con la digitalización hay muchos trabajos que dejarán de existir y otros se crearán. Frente a esta cuestión debemos analizar dónde están las oportunidades tecnológicas que debemos aprovechar – reflexionó y agregó – también debemos pensar en la capacitación respecto del cambio digital».
Suchy describió que la central alemana tiene un tercio de afiliadas mujeres, la mayoría en Educación y Ciencia, mientras que en Producción, solamente un 18%. «Las mujeres tienen mayor capacidad de comunicación y ésta es una competencia que sirve a futuro», destacó.
«La digitalización también permite trabajar desde casa. No se trata de que una persona tenga que trabajar 24 horas al día, sino de aprovechar esa tecnología. Soy padre soltero que cría a un hijo y mi experiencia me indica que si uno se organiza puede aprovechar esas tecnologías», concluyó.
El abogado de les trabajadores de APP, Juan Ottaviano, planteó que para pensar en una regulación de los trabajos de plataformas y en particular de las plataformas con trabajo a demanda y desarrollo local (Rapi, Uber, Pedidos Ya) hay que diferenciar entre las innovaciones de la economía colaborativa y los procesos de organización novedosos en el mundo del trabajo y su dimensión mítica. «El componente verdaderamente transformador, reproductor de un sentido común que cala en los trabajadores de la economía colaborativa es la capacidad que tienen las plataformas de organizar procesos técnicos. Procesar datos con una velocidad inestimable permite la distribución y la organización de las personas en relación a la puesta en disposición de las fuerzas de trabajo y en relación al tiempo de una manera novedosa», detalló.
«La ‘libre’ disposición de las fuerzas de trabajo hacia las plataformas es una innovación que además es valorada por los trabajadores debido a la relativa ‘libertad’ para conectarse y desconectarse. Este es, precisamente, el fundamento para barrer con otras condiciones, protecciones sociales y laborales», argumentó.
Para concluir, Ottaviano señaló: «Mi propuesta es que seamos lo más contemplativos posibles con la organización de los trabajadores, sin la cual el proceso es prácticamente imposible, y seamos más firmes con el comportamiento de estas plataformas. Existe una innovación tecnológica en relación a la organización del trabajo y de la puesta a disposición del trabajo en relación al tiempo y sobre eso hay que innovar. Si desde el punto de vista del derecho, del Estado y de los sindicatos no hay predisposición para discutir eso, probablemente estaremos renunciando a la posibilidad de la oportunidad de la formalización de la economía de plataformas. Oportunidad de formalización que quizás nos lleve a cumplir estándares de trabajo decente, de trabajo digno en sectores tradicionalmente informales antes de la irrupción de las tecnologías».
Por su parte, Natalia Zuazo mencionó aspectos negativos y positivos del uso de las nuevas tecnologías. En cuanto a los primeros, señaló que así como la pobreza es una decisión política, la ‘tecnocracia’ implica trasladar a la técnica una decisión política. Describió tres tipos de trabajadores de las nuevas tecnologías precarizados: de plataformas, de «hora cero» (que tienen que estar disponibles en cualquier momento del día, como los de Amazon) y los freelance. «La disponibilidad permanente hace que se pierda el control respecto del tiempo de trabajo».
Zuazo subrayó que el valor principal de las plataformas está en el uso de los datos y en una relación de supuesta colaboración que no es pareja. Citó como ejemplos el caso de Airbnb que le interesa que la casa que se publica se alquile porque se quedan con el 30% y que Uber y otras APP hacen uso del espacio público que mantenemos con nuestros impuestos, lo que les demandaría un pago de impuestos locales. Por último señaló que las tecnologías que se usan para el control en los sistemas biométricos, con el uso de datos personales, son parte de un ‘capitalismo de control’ y expresó la necesidad de que los sindicatos debatan su posición en relación a este tipo de «control de los trabajadores por otros medios».
Sin embargo, la investigadora de la Asociación por los Derechos Civiles en DDHH destacó que no hay rumbo sobre el cual no se pueda interceder y que hay que pensar a la tecnología en favor del trabajador. «Pensar cuál es la pregunta que necesito resolver y cuál es la tecnología que necesito para resolver esa pregunta».
La directora del CITRA, Marta Novik, concluyó que la tecnología tiene una complejidad sectorial que hace también a la complejidad de la segmentación en el mercado de trabajo. También invitó a pensar en quién detenta la tecnología en relación al trabajo. «Natalia dijo que la pobreza es una decisión política. La desigualdad también. No resulta de la economía por sí sola. A pesar de que todos los países estamos en situaciones más o menos similares con respecto a los desafíos, no es lo mismo los países desarrollados que los que están en vías de desarrollo. Cuando tenemos en América latina un 50 o 60% de informalidad, hay que pensar en cómo afectan estas tecnologías. Como dijo Juan, el sector de las APP es el más desprotegido. Más visible también. Oliver se centró más en relación a las oportunidades frente a estos retos«, resumió.
En su discurso frente a la Asamblea Legislativa, el flamante presidente Alberto Fernández se refirió en varios pasajes al «vertiginoso y exponencial cambio tecnológico». En un párrafo señaló: «Junto al movimiento obrero organizado, columna vertebral del acuerdo social, vamos a impulsar un esencial fortalecimiento de la formación permanente para los trabajos del presente y del futuro. Queremos que el cambio tecnológico tenga alma, que esté al servicio de vivir bien, que multiplique productividad, inclusión y equidad».