La semana, como aquella de 1810, se presentaba húmeda, pegajosa y lluviosa. Se sabía que para el 25 se anunciaban tormentas. Y, como bien se sabe, la lluvia –para quienes gozan de la posibilidad de hacerlo- llama a quedarse refugiado en casa con mates, facturas o torta fritas, y más aún si es feriado. Claro, siempre y cuando no hable Cristina en recuerdo a la asunción presidencial, hace 20 años atrás, de quien fuera su compañero de vida y que cambiara la historia del país, Néstor Carlos Kirchner y que además se esté en tránsito de un nuevo año electoral.
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