ADIÓS A LA AVENTURERA DEL ROCK

María José Cantilo

ADIÓS A LA AVENTURERA DEL ROCK

Por PPV

María José Cantilo fue una de las pocas mujeres presentes en la escena del rock local de los ’80 y que, a lo largo de su carrera, siempre buscó innovar a partir de cuestionar todo lo establecido.

Nació en junio de 1953 y de chica vivió en el barrio porteño de Saavedra donde tocaba la guitarra mientras imaginaba un mundo distinto. Las tardes transitaban entre sus búsquedas personales, los encuentros con Miguel, su hermano, y los músicos que luego se convertirían en referentes de época: Moris, Pappo, Roque Narvaja, Miguel Abuelo, Kubero Díaz y Jorge Pinchevsky.

De esa primera etapa evocó, en una entrevista para Página 12: «Cuando era chica iba a un colegio de monjas y rezaba al Dios que nos inculcaban los católicos, ese señor de barba que se enojaba si te portabas mal. Con el tiempo empecé a cuestionar esas cosas».
Acaso, ese cuestionamiento sería la mecha encendida para la búsqueda de una viajera que entendía que el viaje que significa vivir puede tener cualquier otro final.

Luego de un tiempo de presentarse en pubs y festivales porteños, acorde a su espíritu inquieto, se mudó a El Bolsón. Allí formó su familia, tuvo cuatro hijos y nunca dejó de buscar en los acordes de su guitarras un mundo distinto.

En 1982, tras la Guerra de Malvinas y la dictadura genocida en retirada, regresó a Buenos Aires y formó parte de los y las artistas que tocaron en el B.A. Rock, los recitales que se llevaron a cabo en el Estadio de Obras Sanitarias durante los cuatro sábados de noviembre del ’82.

En una de las fechas, miles de rockeros que se congregaron en el festival la miraban de reojo hasta que tocó “Hurricane”, de Bob Dylan, tema con el que logró llamar la atención de los presentes.

Al año siguiente, en el número 187 de la Revista Pelo se publicó una nota en la que resaltaban algunas aristas  que acompañaron a María José: aunque afirmaba otra cosa, su práctica la acercaba más al feminismo de lo que ella misma admitía, al rol de la mujer y la carga que afrontaban dentro de rock.

Respecto al feminismo afirmó María José: «En cuanto a letra (en referencia a sus canciones), no te diría que tienen una onda feminista porque es una palabra que no me gusta, pero si te pudo asegurar que trato de darle aliento a la mujer para que vaya al frente y haga lo que quiera, no lo que pueda».

En cuanto al lugar de la mujer en el rock Cantilo es consultada sobre la crítica que reciben las cantantes respecto a que «son poco femeninas» o «que gritan demasiado». La artista plantea su postura respondiendo -sin renegar- sobre el peso de ser «la hermana de»: «Espero que algún día la gente me conozca por mi misma y por mi música».

Después editó su primer disco María José Cantilo (1984) y el segundo MJC y amigos (1990) con Oscar Moro y Kubero Díaz.

Entrados los noventa estuvo dos años y ocho meses detenida en Ezeiza por tenencia de drogas, de esa experiencia nació el libro Desde la cárcel (1994).

Sobre ese momento, afirmó: «En la cárcel aprendí mucho. Pero me hice cargo. Lo asumí, lo elaboré y lo superé. No pretendo enterrar esa etapa de mi vida para que nadie la vea. Y la prueba está en que cargué con el estigma al hombro, caminé con él y siempre di la cara».

Estoica, una vez en libertad, volvió al viaje de la búsqueda: publicó varios álbumes de manera independientes – fiel a su estilo- como Gota a gota (1995), Sai Ram (1999), Covers-Bossanova y Jazz (2000), Feeling saudades (2004), Momentos de boleros (2005) y Aquí y ahora (2006).

En 2011 salió Esencia, que tuvo la particularidad de que fuera su hijo, Gaspar Benegas, guitarrista de los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda del Indio Solari, quien lo produjera y acompañara en la guitarra.

En una entrevista brindada a Télam, en septiembre de 2012, expresó que había recurrido a “canciones con un mensaje ecológico necesario y con una rebeldía importante que siempre resiste”.

Además, explicó: “Hice un disco con una sensibilidad femenina que no siempre es la más recomendable desde lo comercial. Son canciones que están destinadas para los hijos, para la pareja, para mi vieja, para determinados lugares y por esta tierra que están tan al filo del precipicio”. Y cerró: “A mí me gusta hacer música para conmover y eso tiene que ver con una cosa rockera de la que me siento parte”.

El pasado 3 de mayo la Viajera del Rock se despidió dejando una marca en la música nacional, con una impronta feminista -acaso más de lo que ella misma reconocía-, en la que nunca renunció a mostrar su arte de manera independiente.

Finalmente, cabe rescatar una definición que sobre la justicia dio en la entrevista a Página 12 en el año 2000, que sigue teniendo una vigencia atroz:

¿Qué sensación le quedó de la Justicia?

Que está ejercida por seres humanos falibles que creen que están cumpliendo un deber. Yo vi cometer barbaridades conmigo y con otra gente que estaba detenida. Durante el allanamiento me pusieron un montón de cosas que no tenía, esas que a la larga me incriminaron como comerciante de drogas. La gente juzga a quien no debe juzgar y se le escapan los peces gordos todo el tiempo. A los jueces también.