UNA VEZ MÁS

El fútbol femenino de luto

UNA VEZ MÁS

Por Beatriz Chisleanschi

Juliana Gómez jugaba al fútbol en el club Argentino de Merlo, en la categoría C de la liga de Ascenso. Era aguerrida, en la vida, como en la cancha. Le decían “la diosa”, apodo ganado luego de que el choque con una rival le abriera la frente y le quedara una cicatriz entre las cejas.

A Juliana Gómez la mató la negligencia y desidia de un sistema futbolístico con raíces tan fuertemente machistas, que las mujeres se ven obligadas cada día a romper el techo, las paredes y hasta el césped de cristal. La llamaban Yuli. Tenía sueños, intentaba hacer la revolución con sus botines.

Regresaba de jugar con su equipo ante Atlético de Rafaela, en Santa Fe, cuando el auto en el que viajaba volcó en la Ruta Nacional 9 a la altura del kilómetro 129 en cercanías a la localidad bonaerense de Alsina. Juliana perdió inmediatamente la vida, sus compañeras aún están internadas, una de ellas a punto de perder un dedo de uno de sus pies por lo que no sabe si podrá continuar practicando el deporte que ama. En estos días falleció Ricardo López, por un virus intrahospitalario según dictamina la autopsia. López era el Jefe de Prensa de Argentinos de Merlo y quien conducía el vehículo al momento del accidente.

El 4 de julio Juliana ya denunciaba a través de su cuenta de Twitter la situación de abandono a la que el fútbol femenino se encuentra sometido. “Fuimos a jugar, perdimos, no nos dejaron entrar en calor en la cancha, nos echaron a dos y, cuando volvíamos, se nos reventaron tres ruedas. Estuvimos cuatro horas en el medio de la nada, esperando que nos vengan a buscar. Perdemos el día en el laburo”. En esa oportunidad habían perdido 4 a 0 ante San Luis FC y regresaban por ruta 7.

Apenas conocido el accidente y el fallecimiento de Juliana la AFA escribió un Tweet de condolencias, sólo 36 palabras  y con el nombre de la víctima mal escrito. Hasta ahí llegó el involucramiento de la organización que dirige Claudio «Chiqui» Tapia.

Algo similar pasó con el club Argentino de Merlo, unas pocas palabras de condolencias y el nombre de la víctima incorrecto. Luego, no importa en qué categoría estén pero, les exigen profesionalismo cuando las condiciones objetivas de entrenamiento, traslados, equipos deportivos, cuidados de salud física y mental muy lejos están de considerarse fútbol profesional.

La indignación y la bronca por esta muerte injusta movilizó a las futbolistas que, reunidas en Unidas por el Fútbol Femenino, convocaron el pasado martes 18 a la Plaza de los dos Congresos para denunciar las desigualdades que viven las mujeres futbolistas. Con las consignas “No nos den la espalda”, “Igualdad de condiciones” y “Basta de desidia en el fútbol” un centenar de jugadoras del ascenso se concentraron y compartieron el documento que fue leído a las 19 horas.

Ph: Mariel Bonino – Anccom

“Hoy nos reunimos para contarle a la comunidad cuál es la situación que se está viviendo en el fútbol femenino desde sus inicios. Algunas cosas han cambiado, pero seguimos viviendo muchas injusticias y necesitamos que se resuelvan de manera urgente. Necesitamos ponerle un freno a la desidia que vivimos de manera histórica.” -arranca el documento y continúa “Hemos soportado las peores injusticias, todos los tipos de violencia y nos privaron de hacer cualquier cosa, por el solo hecho de ser mujeres. Lo que hoy venimos a expresar se ha repetido a lo largo de la historia, pretendiendo que nos mantengamos en silencio, cueste lo que cueste”.

Y respecto a la muerte de Juliana expresaron “Lo que sucedió con Juliana Gómez el 8 de octubre nos conmovió a todas, de tal manera que nos motivó a organizarnos. Todas sentimos el miedo de haber sido ella. Hoy todas somos Juliana Gómez. Hoy, más que nunca la recordamos y homenajeamos su figura como un símbolo de JUSTICIA e IGUALDAD” -cierra el documento no sin antes expresar que “Si tocan a una tocan a todas. Hoy, todas unidas decidimos romper el silencio. Hoy nos unimos en un mismo reclamo, juntas. Porque juntas, somos más fuertes.”.

Una vez más una muerte pone en alerta a la sociedad.

Una vez más una muerte marca un punto de inflexión.

Una vez más una muerte que se podría haber evitado.

Una vez más.