Portada. Monumento en memoria de Carlos Fuentealba

NOS FALTA UN MAESTRO

A 16 años del asesinato de Carlos Fuentealba

Portada. Monumento en memoria de Carlos Fuentealba

NOS FALTA UN MAESTRO

Por PPV

Hoy martes 4 de abril es un día de luto para la docencia argentina, es que, desde el año 2007, falta un maestro. Falta Carlos Fuentealba asesinado por el impacto en su cabeza de una granada de gas lacrimógeno disparada por el cabo de la policía neuquina Darío Poblete durante una manifestación del gremio docente en la ruta nacional 22, en cercanías del paraje Arroyito en Neuquén.

El docente participaba de una protesta convocada por el gremio ATEN  la que fue, duramente reprimida, por la orden emitida por el entonces Gobernador de la provincia, Jorge Sobisch.

Les maestres reclamaban por sueldos dignos, y los pases a planta de los compañeres contratados, entre otros reclamos que arrastraban desde hacía años.

Con sólo 41 años, Fuentealba falleció al día siguiente en el hospital Castro Rendón.

Los culpables

                           Darío Poblete en el juicio

Seis de los ocho policías acusados de la represión que derivó en el asesinato del maestro Carlos Fuentealba en 2007 fueron declarados culpables de los delitos de «abuso de autoridad» y «abuso de armas» por el Tribunal Penal de Neuquén.

El exjefe de la policía de Neuquén Carlos Zalazar, el exsubjefe Moisés Soto, el exsuperintendente de Seguridad Metropolitana Adolfo Soto, el exjefe del Departamento de Seguridad Metropolitana Jorge Garrido y el exdirector de Seguridad Mario Rinzafri fueron culpados por «abuso de autoridad», mientras que el policía Benito Matus fue hallado responsable de «abuso de armas».

En el mismo fallo, los jueces Raúl Aufranc, Luis Giorgetti y Diego Chavarría Ruiz absolvieron por «falta de pruebas en su contra» a los agentes Aquiles González y Julio César Lincoleo y por «el beneficio de la duda» al policía Benito Matus por «lesiones leves».

El próximo martes 18 y miércoles 19 se realizarán las audiencias para discutir la pena que les corresponden.

Los hechos

Carlos Fuentealba era pareja de Sandra Rodríguez con quien tuvieron a sus hijas Camila y Ariadna. Docentes ambos, se habían recibido en el 2004 y, si bien Carlos había trabajado en otras profesiones y oficios, el día de su asesinato se desempeñaba como docente del CPEM N°69 del barrio Cuenca XV.

Luego de un mes de protesta, ese 4 de abril del 2007 en plena Semana Santa, la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén convoca a una protesta sobre las Rutas 22 y 237, centro nodal del tránsito turístico.

La represión ya estaba planificada. Al llegar al punto de encuentro, les docentes se sorprendieron de la inusitada cantidad de policías que rodeaban la zona.

Fuentealaba junto a sus compañeres llegó a la manifestación en un auto. Al poco de estar allí comenzaron a disparar gases lacrimógenos, un grupo importante de docentes se refugió en la estación de servicio de YPF y a otros, no dudaron en perseguirlos a campo traviesa. Luego de una tregua acordada entre la dirigencia sindical y la policía, les manifestantes retornaron a la Ruta 22.

En esa instancia, Carlos Fuentealba se sube al Fiat 147 que manejaba Gustavo Arroyo quien estaba acompañado por Santiago Gallo. Ninguno de los dos conocía, hasta ese momento al docente asesinado.

El asiento trasero estaba reclinado y la espalda de Carlos daba directo a la luneta. Allí apuntó sin miramientos el cabo primero José Darío Poblete, del Grupo Especial de Zapala, y le disparó a menos de 7 metros de distancia. El proyectil atravesó la luneta e impactó en la cabeza del docente produciéndole un traumatismo craneoencefálico de gravedad. De manera inmediata fue trasladado a la capital de Neuquén, pero ya con pocas esperanzas de vida. Al día siguiente el 5 de abril, falleció.

Símbolo de lucha

Carlos Fuentealba se transformó, sin desearlo, en símbolo de lucha. “Es en un cuatro de abril distinto en lo que significa el avance de la condena”, manifestó el secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo al Diario de Río Negro a horas de iniciarse la marcha que todos los años organiza su gremio en Neuquén.

“Sabíamos desde el primer momento que no era una situación aislada del autor material,sino que estaba en un contexto que había tenido la habilitación para que ese acto criminal se pueda consumar”, explicó en relación a las causas.

“Estamos satisfechos de la enorme lucha que se dio, valoramos mucho lo logrado. El coraje de Sandra Rodríguez ha puesto de manera muy concreta lo que significa una lucha de esta envergadura. No sólo es reparador sino que delimita cuales son los marcos en los que se puede llevar adelante una actuación policial”, añadió.