NO ES LA FORMA ES EL FONDO, “ESTÚPIDX”

NO ES LA FORMA ES EL FONDO, “ESTÚPIDX”

Por Beatriz Chisleanschi

La Gestalt es una teoría basada la experiencia dónde el individuo clasifica sus percepciones como un todo y no únicamente como la suma de las partes.

Si bien no tiene una traducción directa al español, el término alemán Gestalt significa aproximadamente «forma», «totalidad», «configuración», “estructura” o “creación”.

Sustentada en ocho principios vinculados a la percepción, esta teoría se centra en la idea de que la forma no existe como tal sin el espacio que la contiene, es decir sin el fondo. Un espacio que comenzamos a vivenciar en la medida que queda evidenciado.

No es la idea aquí realizar un artículo vinculado a esta teoría sino invitar a pensar que es imposible entender los hechos sociales solamente desde las formas, pues cada uno de ellos tiene un espacio, un fondo que los contiene.

Los acontecimientos sociales no pueden caer en el binarismo “lo bueno” o “lo malo” pues las causas que los originan son mucho más complejas.

Cuando los medios muestran niñxs desnutridxs, situaciones de pobreza extrema o hambruna, se centra en esos casos puntuales, las muestra con cierta carga de emocionalidad y, a continuación, se dan los fríos números estadísticos. Nada se dice, por ejemplo, que, según datos de Naciones Unidas Actualmente, alrededor del diez por ciento de la población mundial vive en la pobreza extrema y tiene dificultades para cubrir sus necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso al agua y al saneamiento, entre otras cosas. Hoy en día, hay 122 mujeres de entre 25 y 34 años que viven en la pobreza por cada 100 hombres del mismo grupo de edad, y más de 160 millones de niños corren el riesgo de seguir viviendo en la pobreza extrema en 2030.” Mucho menos se habla de que el crecimiento de la pobreza tiene una sola causa, el crecimiento de la riqueza y su concentración cada vez en menos manos. Como señala el periodista Ignacio Ramonet en su Tiranía de la Comunicación “el objetivo no es hacernos comprender una situación, sino hacernos asistir a un acontecimiento” (1998).

Lo mismo podemos señalar respecto a situaciones de inmigración las cuales suelen ser presentadas en términos de “invasiones bárbaras” o como un hecho que atenta contra nuestra cultura o nuestro trabajo, nada se habla del porqué del movimiento inmigratorio, como si la mayoría de las personas que emigran a nuevos territorios lo hicieran a modo de desafío personal. Sabemos que hay quienes lo hacen por este motivo, pero en un gran porcentaje son la economía, las guerras o las políticas dictatoriales y xenófabas las que motivan esos procesos de cambio de ciudad o país, a veces en situaciones en las que corren riesgo sus vidas.

La presentación de los mapuches como enemigos de la sociedad y culpables de todos los males es una manera de evitar hablar de la usurpación de la tierra que el gran capital, a través de sus representantes, ha hecho y que sus luchas y resistencias son por recuperar las mismas.

Mencionar el conflicto de trabajadorxs del neumático criminalizando la lucha que lxs mismxs llevan adelante sin explicar cuál es el reclamo de fondo y a qué acuerdos previos se habían llegado con la patronal, los que fueron desoídos, es simplificar el hecho social, seguir con la generación de un pensamiento binario y agudizar la grieta ya establecida.

En la Ciudad de Buenos Aires, la semana que está pronto a finalizar se vio movilizada, en términos políticos, por la toma de escuelas secundarias de parte de estudiantes. Los medios de comunicación hegemónicos y lxs representantes del partido gobernante de esa jurisdicción, centraron su discurso en la demonización y estigmatización de lxs alumnxs y las escuelas públicas, jamás hicieron mención a los hechos que generaron estas tomas, último recurso luego de haber buscado diferentes instancias de diálogo. Hace tiempo que, desde las escuelas, así como algunxs legisladorxs porteñxs, llevan adelante reiteradas denuncias contra las magras viandas, la mala implementación de las pasantías laborales llamadas ACAP y los problemas de infraestructura. Nada de lo sucedido esta semana, ni los reiterados paros docentes ocurrirían si esos reclamos fueran atendidos tanto en términos de diálogo, como en acciones concretas. Pero, de eso no se habla.

Decíamos al inicio, es imposible hablar de figura sin el espacio o el fondo.

No se trata de las formas, se trata del espacio que lo contiene. Parafraseando una vieja frase “No es la forma es el fondo, estúpidx”.