CATA A CIEGAS: DISFRUTAR EL VINO CON TODOS LOS SENTIDOS

CATA A CIEGAS: DISFRUTAR EL VINO CON TODOS LOS SENTIDOS

Por Darío Ferrazzano
Fotos: Revista PPV y redes sociales de Vina

En una nueva cruzada por descubrir los sabores únicos de nuestra tierra, y siendo fiel a la más fiel de todas las bebidas, Revista PPV se adentró en las profundidades del mundo vitivinícola no sólo de manera periodística, sino también del lado del disfrute.

El vino es, quizás (o mejor dicho sin dudas) el alimento más noble y que más llena el alma.  Es raíz, es historia, es tierra y naturaleza, es la conexión del ser humano con sus antepasados.  Esa conexión introspectiva que no se logra con otra cosa.  El estar en soledad con una copa de vino lleva a reflexionar, a repensar muchos aspectos de la vida misma.  Y al mismo tiempo, es un canal conductor para socializar de manera única.

En esa búsqueda introspectiva nos adentramos en lo más profundo del más lindo bar de vinos de San Telmo: Vina.  Para quien no conoce, se encuentra a pocos metros del Parque Lezama, es un bar dedicado a vinos y craneado y conducido por la sommeliere Sofía Maglione que lleva adelante este proyecto desde hace ya varios años.

Lo distintivo de Vina es que no sólo es un bar de vinos, sino que dos veces por mes hace sus muy divertidas Catas a Ciegas, donde podemos tener un acercamiento más profundo al mundo del vino.  Estas catas son guiadas por Sofía pero el servicio está a cargo de Flor y Meli, las chicas de A Dos tiempos, un emprendimiento de dos amigas que disfrutan del vino.  Como no podía ser de otra manera, Revista PPV participó de la última edición de las catas para vivir la experiencia.  Y realmente es muy recomendable.

No vamos a adelantar mucho de qué se tratan o cómo se viven, sino que invitamos a quien esté leyendo que se acerque a una de las catas o se de una vuelta por el bar.  Mientras tanto les dejamos una divertida nota que les hicimos a las chicas para que nos cuenten más sobre sus proyectos.  Recomendamos leerla con una copa de vino al lado, o dos, o tres.

¿Cómo surgieron los proyectos?

Flor: A Dos Tiempos surgió primero como una idea para divertirnos.  Empezamos estudiando en pandemia y más adelante empezamos a estudiar con Sofi y a meternos más en el mundo del vino.  Veníamos cada 15 días a Vina y nos dedicábamos nada más que a estudiar, después empezamos a vender box de vinos y a hacer algunas catas.  En el medio del estudio Sofi nos motivaba bastante con la idea de que podíamos hacer catas porque estábamos medio trabadas en ese aspecto.

Meli: Ahí surgió poner en práctica el servicio haciendo las catas a ciegas con ella.  Sofía guía las catas y nosotras podemos practicar lo que el servicio de vino y demás.  Ya estamos por cumplir un año haciendo las catas a ciegas.  A Dos Tiempos es un emprendimiento que tiene dos años ya.  Con la experiencia de las catas a ciegas con Sofi empezamos también a hacer catas en el sur del conurbano y seguimos vendiendo box de vinos.  Trabajamos con unas amigas cocineras y vendemos box con maridajes, con opciones gastronómicas, además hacemos catas en bares y en lugares con comidas. O que llevamos el servicio de catas a otros lugares.

¿Y Vina?

Sofía: Vina surgió en un momento en que yo quería cambiar lo que estaba haciendo.  Es como que el Universo se fue acomodando y se fue dando la idea de Vina. Yo de chiquitita hacía danza (era artista jejejeje) y me gustaba mucho lo que pasaba con los varones de ese momento que era que después de jugar el partido de fútbol se juntaban en un lugar a tomar birra.  Y yo me planteaba “¿por qué yo no puedo hacer eso?” Entonces quería hacer un bar de danza donde la gente baile y después se tome la birra.  Entonces en mi cabeza siempre estuvo la idea del bar, después cuando me dediqué a la gastronomía y surgió la oportunidad de Vina, dije “Sí, de una”, no importa si la gente viene de hacer danza, jugar al fútbol o lo que sea, pero sí tener el lugar para recibir a la gente y que sea una sede de vinos para que la gente venga y haga sus cosas y tener el espacio para hacer lo que se nos cante, todo respecto al vino.  Hoy son las catas a ciegas, pero mañana surge otra cosa y Vina está abierto a eso.  Entonces, nació como un sueño de chiquita pero es un espacio abierto para que la gente venga a hacer cosas de vinos en conjunto o solxs, que esté para eso.  Y hacer feliz a la gente con el vino.

¿Cómo fue el primer acercamiento al vino de cada una? ¿O qué les llamó la atención para meterse en el mundo del vino?

Sofía: Lo mío es medio contradictorio porque no fue positivo.  O sea, yo me acuerdo que mi primer acercamiento al vino fue bastante brusco.  De hecho me tomé un vino que me acuerdo el nombre pero no lo voy a decir y al otro día dije “no tomo más vino” y pasaron dos años sin poder oler el vino, hasta que empecé a meterme con la gastronomía y encontré también en el vino algo que no era sólo la bebida sino que había una cosa alrededor del vino que me cautivaba y a partir de ahí no salí más.

Flor: Mi primer acercamiento no fue hace tanto, fue en el Norte en una junta en un hostel.  Dijeron “vamos a tomar un vino”, yo dije que no tomaba pero me dijeron “¿Cómo vas a estar acá y no te vas a tomar un vino?”.  Y ahí arranqué.

Meli: A mi me pasó que la que primera vez que escuché que alguien era sommeliere fue cuando me fui a Brasil sola y conocí un grupo de chicas en donde estaba Gise Franz (NdR: una amiga en común de ellas) que es sommeliere en un restó muy conocido y me dijo que estaba estudiando eso.  Ahí me empezó a contar, a mi me encanta el chupi, no tomaba vino y me encantó.  Después nos invitó a Flor y a mí a un bar que tenía en Quilmes y tomamos el primer vino juntas, que fue para un día del amigo.  Y ahí arrancó todo.  Después en la pandemia empezamos a interesarnos más y a estudiar más hasta que surgió A Dos Tiempos, estudiar en forma presencial con Sofi y ahora estamos haciendo la carrera de sommeliere.

Flor: Yo creo que nuestro proyecto surge porque pasábamos mucho tiempo juntas, aunque antes no era el vino sino otras cosas, y todo el tiempo era “vamos a hacer algo, vamos a un bar”, como tener un proyecto en común y dijimos “bueno, hagamos algo con esto”.

Meli: Sí, surgió desde el pasarlas bien a aprender y al mismo tiempo contar y comunicar lo que a nosotras nos gusta.  No desde el lugar de hacer guita o dejar nuestros trabajos, empezaron a surgir cosas muy lindas porque nunca lo vimos desde el lado de lo comercial, sino que siempre fue un juego para nosotras.  Por más que ahora nos estrese un poco porque tenemos muchas propuestas y estamos estudiando, creo que mientras tengamos esa idea de divertirnos mientras vamos aprendiendo está bueno.

Retomando un poco lo que decía Sofía del vino más allá de la bebida en sí, ¿qué representa para ustedes el vino?

Sofía: Para mí hay algo que es lo que más me gusta del vino, que es como dice Sebastián Zuccardi, una red social.  Porque vos vas a cualquier parte del mundo y hablás de vino y no necesariamente la persona con la que hablás tiene que saber de vinos pero seguramente tomó alguna vez en su vida.  Es un camino que te abre otros caminos y conoces un montón de gente.  De hecho cuando te metes en el mundo del vino y empezás a hacer viajes (ya sea por el país o al exterior) está bueno tener como hilo conductor el vino porque conocés lugares y gente que no conocerías de otra manera.  Eso es lo más lindo del vino más allá de la bebida. Lo social, y así nos conocimos con las chicas y arrancó todo.

Meli: Y así tenemos un montón de contactos y de historias cuando vienen a las catas y nos cuentas de dónde vienen o cómo nos conocieron.

Flor: La otra vez un profesor nos dijo que cada vez que te metés más en el mundo del vino, menos sabés.  Y es real porque nosotras creíamos que sabíamos mucho y nos encontramos con que nos falta un montón y seguramente nos falta mucho más y nuca llegás a saber todo.

Para la gente que quiere adentrarse un poco más o quiere acercarse un poco más al mundo del vino, ¿por dónde recomiendan que arranquen?

Sofía: Primero tenés que querer meterte y tenés que querer que te interese y que te guste.  O sea, tenés que tener ganas y estar predispuesta a eso.  Y segundo es ponerle más atención, no tomarlo como si fuera una gaseosa sino por lo menos el primer trago (aunque no sepas nada) prestarle atención y sacar tus propias conclusiones: me gustó, no me gustó, me pareció ácido, seco, dulce, lo que se te venga ala cabeza pero ponerle atención a lo que estás tomando.  Y después podés ir a cursos o lugares que te ayuden a entender lo que estás tomando.

Meli: Hay mucha gente que me dice “a mí me gusta el vino pero no entiendo nada”.  Y eso es válido también. No es que hay que intelectualizar el vino todo el tiempo, sino que hay gente que o disfruta sin saber qué varietal es o sin saber de qué bodega es.  Ahora si sos como nosotras que te picó el bichito y que de repente te querés meter más en el mundo del vino, hay diferentes formas de acercarse.  Y yo creo que una de las personas más prácticas pedagógicas que hay es Sofi porque hace que sea mucho más fácil entender el mundo del vino y para mí es una gran puerta de entrada.  Yo si tengo que recomendarle a alguien por dónde arrancar le diría que venga a una cata con Sofi.

Flor: Sí, más allá de la pedagogía con Sofi aprendimos a amar el vino y de un todo.  Desde cómo se produce, cómo llevarlo a cabo y cómo transmitirlo.  Porque no es que trae una botella y listo, sino que te cuenta toda una historia, entonces la cata termina siendo algo que te termina llegando al corazón.

Mientras Sofi se termina de emocionar con las palabras de recién, cuéntenme cómo fueron evolucionando las catas y cómo fue la devolución de la gente.

Sofía: Empezó pasando como casi todo que al principio las convocatorias costaban pero las hacíamos igual, aunque viniera una persona, aunque llueve o truene era “esto lo hacemos igual” y ahora se agotan enseguida las reservas.  La gente ya se hizo un concepto más cerradito, como que fue de boca en boca o por as redes y ahora como que la gente queda en cola de espera.  También nos pasa que nosotras tres mismas ya sabemos cómo funcionamos y sabemos qué es lo que hay que hacer.  Funcionamos muy bien, hay una dinámica.

Meli: Nos reímos mucho, no solo queremos que la gente la pase bien sino que nosotras también nos divertimos mucho.

Flor: Primero era como que venía gente conocida, amigos… y de repente hoy tenemos gente de todos lados y no sólo del país, sino del exterior incluso que están de visita acá y se enteran y se quieren venir.

Para cerrar ¿Es realmente a ciegas la cata? ¿Posta le vendan los ojosa la gente?

Meli: Al principio estaba esa duda en la gente, pero en realidad es que tapamos las botellas para que no sea vean las etiquetas.  Pero después surgió la idea y entonces en la última parte de la cata le tapamos los ojos a la gente y nos dimos cuenta que es muy divertido.  Cuando tenés los ojos abiertos es como que tenés un montón de estímulos, por eso está bueno que al tener los ojos tapados se pueda conectar con el vino a través del resto de los sentidos.

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Para más info sobre próximas catas ingresen a los siguientes enlaces de Vina y A Dos Tiempos