Por una demanda colectiva de privacidad
ZOOM PAGA 85 MILLONES DE DÓLARES EN INDEMNIZACIONES
Por Daniel Bello
Hace unos días se conoció la noticia de que la empresa dueña de la plataforma Zoom decidió abonar 85 millones de dólares para resolver una demanda colectiva, radicada en California, por violar la privacidad de les usuaries.
Las acciones judiciales se habían iniciado en abril de 2020 a raíz de que miles usuarios detectaron vulneraciones hacia su privacidad, ya que sus datos fueron compartidos con Facebook, Google y LinkedIn sin permiso, a la vez que señalaban que la plataforma había permitido el “zoombombing”.
El término de zoombombing se utiliza cuando ingresan asistentes no autorizados a las reuniones, comparten imágenes ofensivas y dejan mensajes de odio e insultos.
Este combo hizo que los usuarios y usuarias se organicen e impulse la demanda.
Sin embargo, tal y como también hizo Mark Zuckerberg con Facebook, Zoom negó haber actuado mal, pero se comprometió a mejorar sus prácticas de seguridad.
La repuesta de la plataforma, en primera instancia, fue proponer una reparación a quienes formaran parte de la demanda mediante un reembolso del 15% o $25 dólares en sus suscripciones -lo que fuera mayor- a conveniencia de cada uno.
El acuerdo establece un «fondo en efectivo no reversible de 85 millones de dólares para pagar reclamos válidos, costos de notificación y administración, pagos de servicios a los representantes del grupo y los honorarios y costos de abogados otorgados por el Tribunal».
La propuesta debe ser aprobado por la jueza de distrito Lucy Koh en San José, California.
Zoom también señaló que la mejora en sus estándares de seguridad implicarían alertar a les usuarios cuando les anfitriones de la reunión u otres participantes utilicen aplicaciones de terceros en las reuniones y, además, ofrecer capacitación especializada a los empleados sobre privacidad y manejo de datos.
La pandemia generó una drástico cambio de hábitos y consumos en materia de software y aplicaciones que se tradujeron a partir de cuestiones como el home office o el dictado de clases.
Para zoom, ese cambio generó un aumento en la demanda: pasó de 10 millones de participantes en reuniones diarias a 300 millones. Algo que según la directora de personal Lynne Oldham fue una situación muy complicada.
Por otra parte, se conocieron los resultados financieros del primer trimestre fiscal que finalizó el 30 de abril de 2021:
– Los ingresos totales para el primer trimestre fueron de $ 956,2 millones, un aumento del 191% interanual.
– Los ingresos de operaciones GAAP para el primer trimestre fueron de $ 226,3 millones, en comparación con los $ 23,4 millones del primer trimestre del año fiscal 2021.
– El efectivo neto proporcionado por las actividades operativas fue de $ 533,3 millones para el primer trimestre, en comparación con los $ 259,0 millones del primer trimestre del año fiscal 2021. El flujo de efectivo libre, que es el efectivo neto proporcionado por las actividades operativas menos las compras de propiedad y equipo, fue $ 454,2 millones, en comparación con $ 251,7 millones en el primer trimestre del año fiscal 2021.
Y si tenemos en cuenta su informe financiero del primer trimestre del año fiscal 2022, en el cual indica que para el año fiscal completo 2022:
se espera que los ingresos totales estén entre $ 3.975 mil millones y $ 3.990 mil millones. Se espera que los ingresos de operaciones no GAAP estén entre $ 1,425 mil millones y $ 1,440 mil millones. Se espera que las EPS diluidas no GAAP estén entre $ 4,56 y $ 4,61 con aproximadamente 311 millones de acciones promedio ponderadas no GAAP en circulación.
Es claro, que para zoom, apagar el incendio con 85 millones de dólares no significan mucho.
El año pasado, desde PPV dialogamos con Vladimir di Fiore Prieto -consultor en tecnologías libres y comunicador- para abarcar los problemas que se habían generado con las nuevas prácticas bajo el contexto de la pandemia.
Di Fiore Prieto señalaba: «Creo que la utilización mayoritaria de Zoom se debe más a la falta de difusión de alternativas y a tener sociedades que cada vez son más consumidoras de productos “fáciles” que a un tema de alfabetización digital.
Entiendo que el desafío es desde la construcción de nuevas subjetividades, desde otro encare educativo cultural de base más centrado en la creación y la apropiación colectiva, sino es poco viable revertir esta tendencia a solo consumir aplicaciones sin tener registro de qué data damos en forma de pago».
La pos pandemia se empieza a dibujar en el horizonte y ante ello es necesario poner grandes esfuerzos en estos temas, parte de este presente vino para quedarse.
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