En el día del Periodista: Entrevista a fondo a Víctor Hugo Morales
“UN PERIODISTA TIENE QUE MANTENERSE ALERTA
A NO SER UN IDIOTA ÚTIL DE LA EMPRESA PARA LA QUE TRABAJA”
Por María Quintero y Ludmila Centurión Girola
Fotografía: Cecilia Markic
El barrio de San Telmo tiene en cada calle la certeza de aquello que perdura a pesar de los embates del tiempo, y claro de alguna que otra gestión de gobierno que lo condena al abandono por ser parte de los marginados del Sur y de las verdades de los conventillos que se resisten a desaparecer.
Qué otro barrio en estos tiempos podía albergar la palabra de Víctor Hugo Morales. Qué otro lugar podría ser hoy el mejor megáfono para la voz de aquel que supo gritar el gol de los marginados y las faltas de las corporaciones económicas en un partido que es siempre desigual…
Llegamos, nos recibió una cálida AM 750 y Víctor Hugo con una gran sonrisa.
Para conmemorar el día de Periodista, qué mejor que el vuelo del barrilete cósmico de la profesión.
Víctor Hugo Morales se ha transformado en sinónimo de libertad de expresión, lucha contra la censura y la corporación económica. ¿Qué responsabilidad tiene hoy ser el portador del discurso contrahegomónico, tanto desde la radio como ahora desde la tele?
No le atribuyo la trascendencia que se desprende de la pregunta. Lo que sí creo es que hay que ocupar espacios, y con toda franqueza estoy, quizás, llevando mi carrera más allá de lo que pensaba. Porque cuando me echaron de la radio vinieron unos meses muy lindos para mí, muy agradables, escribir, tener mucho tiempo creativo en otro ámbito y yo me sentí muy a buenas con eso. Y Cuando apareció la oferta de la AM750 sentí que mucha gente me decía que era necesario que estuviese acompañando este momento, y estuvo muy bien; y después vino lo de la televisión, hace poco, y también sentí que era necesario ocupar espacios.
O sea que estoy un poco haciéndome cargo y responsable. Hay que ocupar esos espacios, porque si uno dice que no, no sabés quién viene a continuación, basta con que venga un tibio, que ya es peor que uno que esté en la vereda de enfrente de lo que hoy está establecido como discurso. En consecuencia, estoy ahí, en este momento llevando a cabo una tarea de ocupar un lugar. Por supuesto que el lugar que ocupo no alcanza para nada para ser contestatario de todo lo que ocurre del otro lado.
Usted también formó parte de Telesur (con el programa que hicieron con Maradona), uno de los tantos casos donde también hubo despidos de trabajadores. ¿Qué reflexión tiene sobre esta política de despidos y censura en los medios de comunicación llevada adelante por el macrismo?
Con un profundo rechazo, pero sin sorpresa. Ellos funcionan de esta manera, carecen de humanidad, en el sentido que nosotros le damos a la humanidad. Tienen una humanidad para un sector, para una élite, ahí sí que son muy humanos; e incluso hasta tienen buena mirada sobre el mundo, pero nada de lo que ellos hagan política y económicamente va a contemplar la expectativa de que las cosas sean un poco más justas.
Entonces, neoliberalismo es achicar todo lo que sea el Estado, pasó con Radio Nacional, pasó con Canal 7, con la relación que tenían con Telesur. Porque además hay voces -que venían desde antes – en esos ámbitos que ellos sabían que les iban a resultar hostiles y quisieron dominar todo eso, y de alguna manera lo consiguieron durante algunos meses.
Ahora se produjo esta posibilidad de que algunos volvamos a tener actividad, pero hay muchísima gente que quedó en el camino, que está sin poder encontrar trabajo y lugar dónde expresar lo que tiene para decir, cuyas puertas fueron cerradas por el régimen, por el macrismo que no quiere voces disonantes. El macrismo solo tolera lo que no tiene más remedio que tolerar.
Argentina tuvo que recurrir a la Comisión de Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para plantear que atravesamos una crisis económica, el avasallamiento a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y a la libertad de expresión. ¿Cuál cree que pueda ser la repercusión de esto y cómo puede inferir en la situación que vivimos?
La visita a la CIDH yo la miro con agradecimiento a quienes la intentaron y con pesimismo respecto a lo que se pueda lograr. La CIDH tiene ahí a un hombre de derecha como este señor Lanza, que no va a hacer nada que pueda molestar o perturbar a los poderes establecidos del periodismo de cada uno de los países. Se mostró todo lo elegante que es la gente de la derecha para escuchar y para hacerse la demócrata, pero yo no les creo nada.
No considero que sea posible que por ese camino se pueda hacer algo. En todo caso, habría que buscar una audiencia en una instancia superior, que no la hay porque a donde se fue a denunciar se piensa prácticamente igual a como piensan estos medios de comunicación.
Si la denuncia hubiera sido al revés, en los tiempos del gobierno anterior, la actitud de la CIDH hubiera sido mucho peor, de hecho, poco antes de la elecciones, la misma CIDH había estado tratando de meterse con temas de la Justicia, justamente , para perjudicar al gobierno argentino de entonces.
O sea que yo no tengo ninguna expectativa de que por ahí pueda pasar nada, de que haya una reacción y ni siquiera un pronunciamiento enfático sobre lo que está sucediendo. De hecho, no lo hubo todavía.
En este marco del que venimos hablando, y en plena conmemoración del día del periodista, ¿cuáles son las cualidades y responsabilidades que debe tener un periodista en este proceso de resistencia?
Un periodista tiene que mantenerse alerta a no ser un idiota útil de la empresa para la que trabaja. Las empresas siempre tienen intereses y uno debe saber que eso es así.
El problema es que los periodistas estamos referidos a medios de comunicación, a empresas, que son las que verdaderamente deciden cuales son los márgenes que se permiten de libertades. Entonces, hay que encontrar el ámbito dónde uno pueda expresarse porque tiene alguna conexión con el medio donde va a trabajar. Porque la que tiene la libertad es la empresa, que a la vez tiene que negociarla con el poder de turno por las pautas. Esta radio, por ejemplo, AM750 está haciendo un esfuerzo titánico, porque aquí no hay publicidad oficial, prácticamente no hay nada, y la publicidad privada de las grandes corporaciones está cercenada para determinados medios. Están haciéndonos la vida imposible.
Y en esta realidad ocurren varias cosas con los demás periodistas que están en los medios dominantes, o son parte de esa misma manera de pensar, o son cómplices porque les conviene, o son personas que no tienen más remedio que trabajar donde se pueda trabajar, que es el primer derecho que tenemos. Yo no los juzgo por eso.
Por eso digo que un periodista tiene que mantenerse alerta. Tratar de mantener una cierta pureza, una cierta libertad, hay que negociarla todo el tiempo. A veces algunos consiguen márgenes más amplios porque son más famosos, porque son más conocidos, porque tienen más trayectoria. Esto ocurrió con mi carrera en determinado momento hasta que se rompió esa protección en la relación con radio Continental. Hay que usar todo lo que se pueda esa libertad, no tener miedo de lo que le pueda pasar a uno. ¿Qué le puede pasar a uno? perder el laburo. Y claro, también la gente tiene su familia, tiene sus hijos, y yo soy comprensivo de todo eso. Entonces hay que buscar una negociación en la cual uno no sea una persona que haya resignado todos sus sueños. Hay cosas que no hay más remedio que negociar en el camino, siempre… siempre. Es una lucha en la conciencia de cada uno de nosotros. Mientras mayor libertad se pueda tener, mejor se va a sentir uno consigo mismo. Y siempre hay más libertad en las empresas como ésta (por la Radio AM 750) que en las otras.
Hoy los medios hegemónicos están empezando a criticar a Macri, ¿qué interés cree que hay en esa crítica?
Ahora hay una confusión, porque la gente ve que están criticándolo a Macri, pero el hecho de que se lo critique no implica criticar lo que verdaderamente vale la pena, porque a ellos les da lo mismo Macri, Massa, Urtubey, cualquiera de ellos.
Las corporaciones ya derrumbaron lo que sí verdaderamente combatían, que es el tipo de gobierno como el anterior. Entonces, ahora que cambiaron el país, les da lo mismo cualquiera de los que pueda venir, y sí, claro que de vez en cuando van a aparecer críticas a Macri.
Y si a Macri no le va bien en ciertos indicadores del país, lo van a atacar como a cualquier otro, porque no les importa. Ahora se tratar de ver si pueden cambiar Macri por Urtubey y, mientras tanto, procuran evitar que el kirchnerismo vuelva, fogoneando la historia de corrupción que le atribuyen, porque en eso sí que no se distraen. Están ocupados más en eso que en todavía mirarlo a Macri, pero cuando lo miren a Macri seguramente lo critiquen muchísimo también.
¿Cuál sería la definición del gobierno de Cambiemos hoy?
Es un gobierno netamente neoliberal, pasado de neoliberalismo, con exagerada ideología neoliberal que, por lo tanto, lleva a cabo las medidas económicas neoliberales y también trata de blindar el futuro. Por ejemplo, con cosas como con la atrocidad que quieren meter en la Corte Suprema de Justicia, con estos jueces que quieren designar, con lo que está haciendo con la corrupción… el lavado… el blanqueo de capitales en los que los funcionarios van a poder participar…
Yo no tengo claro qué pienso del blanqueo como tal… El dinero si es corrupto, es también corrupto estando afuera. Si lo traes sigue siendo corrupto pero te da una utilidad.
No es fácil el tema, porque después está el hecho de que cada vez que lo traes, el que pagó los impuestos dice «¿para qué lo voy a pagar?». Es un tema bastante complejo el de la Argentina en ese sentido.
Así que este gobierno es neoliberal, ortodoxo al extremo… pero está pasado, ideológicamente es más neoliberal que el gobierno de EEUU, quizás, hasta que llegue Trump al poder, si es que llega.
¿Qué es lo más peligroso de este proceso político?
Lo más peligroso es la provocación a la que recurren constantemente. Me parece que andan con la necesidad de reprimir. Por eso permanente dicen sonseras que son increíbles. Desde el Presidente para abajo expresan constantemente provocaciones… «Los desaparecidos no son 30 mil», «el hombre medio no puede acceder…». Están con un ánimo provocador y yo creo que es para que la gente salga de la reacción que está teniendo, de lo que pasa hoy que es muy demócrata: cantan en las plazas, cantan en los teatros, pero no hacen nada que le dé razón a ellos de presentarlos como los presentaban como feos, sucios y malos.
Los feos, sucios y malos siguen siendo ellos en su comportamiento, en su composición.
Y lo peor de este gobierno es la provocación y el cinismo. Que sean neoliberales en todas sus medidas estaba dentro de lo lógico, para eso son un partido de derecha, pero el cinismo, la hipocresía y la provocación no estaba previsto. Y son, para mí, características salientes de este gobierno.
¿Y qué cree que puede servir al Pueblo empoderado para resistir los embates?
Creo que no hay más remedio que bancárselo como hasta ahora, y con la expectativa de que en cuanto llegue la ocasión esto se pueda cambiar. El tiempo pasa muy rápido, ya pasaron cinco meses y a uno le parece que fue ayer que ocurrió todo esto. Y ya muy rápidamente vamos a estar en el primer año de gobierno. El año que viene habrá un tipo de elecciones que no son nacionales, y que aunque no como un muestreo definitivo del país igualmente nos pueden dar algún indicio de lo que está ocurriendo con el neoliberalismo. Y después vendrán las elecciones en tres años y medio- no es tanto tiempo- para que la gente pueda ratificar este rumbo o recuperar lo perdido.
García Linera decía en su intervención en La UBA que los procesos de resistencia son el aire de los revolucionarios. ¿Cree que esto es así, que es un buen momento para fortalecer el liderazgo de la oposición?
Indudablemente algo grandioso ocurre en el ánimo de la gente cuando el manejo del poder nos los tiene entre sus prioridades. Yo creo, la mejor Argentina que yo conocí hasta esta última de inclusión y valorización de la democracia, fue aquella de los años 80. Era maravillosa entre el 80 y 83. Yo llegué en el 81. Entonces era maravilloso por el ánimo de resistencia que había en la gente… y esto es lo que aparece ahora. Como en los últimos años de la dictadura, ahora, con la aparición del neoliberalismo, yo creo que algo muy fuerte, muy lindo y muy noble ha surgido en la gente. Y me parece que es un mecanismo muy fuerte de lucha, muy presente permanentemente y que no se va a apagar.
La derecha avanza hoy velozmente con golpes muy duros y certeros. Pero por otro lado, tenemos un pueblo que llena las plazas. ¿Cuál le parece a usted que será la estrategia de la derecha para frenar ese avance popular?
La estrategia es la misma con la que consiguieron el poder: medios de comunicación, blindaje para sus errores, cambios dentro del no cambio, la represión cuando sea necesaria, la culturización de que si no se está dentro de este modelo no se puede habitar el mundo. La derecha va a profundizar sus estrategias, va a dar más de lo que estamos viendo, permanentemente.
Hay muchos que creen que cuando haya muchos sin trabajo la gente va a reaccionar, que las cosas van a cambiar o algo milagroso va a suceder. Pero ellos (la derecha) tienen un antecedente muy interesante, en el año 1995, Menem ganó por segunda vez en un período netamente neoliberal con dos millones ochenta mil desocupados. Esto implica que los mecanismos culturales son muy fuertes. Claro, hasta que destruyeron todo, cuando destruyeron todo, se cayeron. Cosa que va a ocurrir también con el macrismo. La pregunta es dentro de cuánto. Yo no creo que en tan poco tiempo como la gente piensa, capaz que ni en cuatro años. Son capaces de ganar otros cuatro años, cuando el cúmulo de intereses de las deudas acumuladas, el pago de esas deudas y las fugas de capitales sean cada vez mayores, y justamente para protegerse, y para proteger a esa elite, de lo que esté sucediendo empiecen a deteriorar la base más elemental de la vida. Recién entonces se van a caer, pero pueden pasar 8 o 10 años para esto, como ocurrió en los ´90.
Ellos ya ganaron con dos millones de desocupados la elección del ´95. Yo lo recuerdo muy bien, a mí me parecía mentira- yo decía ¡quiénes los votan! ¿Cómo pasa esto? Y Pasó.
Hablando de las elecciones de 2017 y de los tiempos electorales hasta ese momento, ¿cómo ve la capacidad de generar una oposición que pueda albergar todos esos reclamos del pueblo empoderado?
No, no es fácil. Si hablamos de Kirchnerismo, por ejemplo, la lucha es en dos frentes, contra la derecha y contra el sector del peronismo que quiere hacerse del poder también por derecha, y que es peronismo y que tiene sus adeptos como los tuvo Massa en la última elección.
Entonces hay tres grupos políticos en el país. Hay dos que, en el fondo, son aliados permanentes: Massa-Macri y los radicales. El tema es difícil, hay que ganar dentro del peronismo claramente, construir puentes- sin puentes hacia otros partidos y dentro del peronismo sobre todo, el kirchnerismo no tiene chance. Nunca el kirchnerismo ganó por su cuenta, siempre fue con alianzas, siempre con una transversalidad. ¿O no?
¿Cuáles son las cosas a favor que tiene el sector del kirchnerismo hoy posicionado para 2017?
El sentido de pertenencia. Y es que es un núcleo verdaderamente duro, muy convencido y muy joven también. Entonces puede mantenerse en ese 33/34% real que tiene el kirchnerismo, y que con cualquier cosita se te convierte en un 40 y pico. De hecho en el balotaje estuvo en el 49%, que aunque eso no eran votos kirchneristas reales se parecieron más al kirchnerismo que a Macri en esa instancia.
Y casi consiguen ganar la elección. Yo creo que esa fuerza de convicción no la tienen ellos…. La formación política que alcanzó el militante kirchnerista es extraordinaria. Entonces esa pertenencia que tiene te diría que, en estos momentos, es como un club de fútbol, después de que lo adoptaste es muy difícil desprenderse. Y mucho menos en tiempos en los cuales es víctima real de un ataque como el que está sufriendo.
Leí la carta de la ex Presidenta, una vergüenza el ataque que sufre. Y esto lo que hace es fortalecer más al que está convencido, y va de la mano con que además no tienen crítica para formularle. Porque una cosa de la que se beneficia el gobierno anterior ahora es que no se lo puede criticar… ¿que crítica le vas a hacer? Para hacerlo tienen que criticarlo para atrás, buscar esas cosas de corrupción que buscan. Porque ahora el kirchnerismo no está en acción, el deterioro político será para el gobierno actual que es el que está en acción… Y después tenés a la gente del peronismo de Massa que no tiene deterioro pero, de vez en cuando, sí lo tiene porque para diferenciarse del kirchnerismo se pareció demasiado al macrismo. Y algún día te van a pasar factura por el voto a los fondos buitres.
¿Cómo vislumbra en este marco el futuro de la región?
El futuro de la región va hacia la derecha, si se mantiene lo de Temer, totalmente, porque Brasil y la Argentina son conductores de políticas. Yo no sé si esto arrastrara también en su momento a Uruguay a que vuelva algún partido de la derecha. No les es fácil porque están muy deteriorados, pero sin embargo, ahí están. Chile ya tuvo su gobierno de derecha, Perú tiene un gobierno que se volcó la derecha a pesar de que era de izquierda y el que viene va a ser más a la derecha. En Bolivia Evo habrá que ver cómo resiste. Venezuela va caer este año, o el año siguiente, pero la derecha va ganar también en Venezuela. El que resiste un poquito más airosamente pero tampoco cómodo, es Correa. Tenemos una oleada de derecha que se está haciendo cargo del continente.
¿Cómo se hace para inclinarle la balanza desde los medios populares al discurso hegemónico?
Trabajar, trabajar convencido de que cualquier cosa que uno diga a alguien le llega y que eso es útil. Yo estoy en una radio chica, y bueno le meto para adelante como si me escuchase todo el país.
La última pregunta, ¿cómo ve el futuro de la comunicación en la argentina?
De la comunicación… siempre bajo el control de ellos, nunca va a cambiar. En la Argentina puede decirse Nunca Más, pero hoy ese nunca más es a favor de ellos. No lo van a ver ni tus nietos el cambio en la comunicación.