“SE VIVE UN CLIMA QUE RECUERDA A LA ESPAÑA FRANQUISTA, SE REPRIME LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, DE MANIFESTACIÓN Y DE REUNIÓN”

Referéndum del 1 de octubre en Cataluña

“SE VIVE UN CLIMA QUE RECUERDA A LA ESPAÑA FRANQUISTA, SE REPRIME LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, DE MANIFESTACIÓN Y DE REUNIÓN”

PPV desde Barcelona

Por Miguela Varela

Laura Safont es periodista y activista social. Desde Barcelona la entrevistamos en el marco de un clima de tensión en una Cataluña empañada por los atentados terroristas y un referéndum que plantea la posibilidad de la independencia del estado español.

¿Cómo pueden analizarse los atentados que ocurrieron el mes pasado en Barcelona? Muchas hipótesis coinciden en que tarde o temprano la ciudad iba a ser blanco de algún ataque. ¿Podría haberse evitado? ¿Cuál es el rol del gobierno local y del gobierno nacional ante estos hechos?

Ha pasado un mes desde que ocurrieron estos atentados que acabaron con la vida de unas 14 personas y que provocaron centenares de heridos. Creo que evitar este tipo de atentados es bastante complicado, tanto por parte de los agentes de seguridad como de los distintos organismos de inteligencia que cooperan a nivel nacional e internacional. Digo esto porque, como se ha visto en estos últimos tres o cuatro años, este tipo de ataques que se han producido en ciudades como París, Bruselas, Londres o Berlín tienen cada vez más características impredecibles y son protagonizados por jóvenes que no tienen nacionalidad extranjera, sino que cuentan con nacionalidad comunitaria europea. Otros son jóvenes que huyen de guerras y miseria en sus países de origen como en el norte de África, Oriente Medio u Oriente Próximo. Y este tipo de organizaciones terroristas, llegan a los jóvenes europeos a través de su difusión por Internet, utilizando una versión radicalizada del Islam como una forma de evadirse de realidades sociales muy difíciles. Es un tema muy complejo, muy difícil de detectar. De hecho, creo que en Barcelona se ha actuado muy bien, podría haber sido un hecho mucho más mortífero ya que había planes de atentar contra la Sagrada Familia, y contra el transporte público. No podemos dejar de lado que durante estos años se han paralizado y evitado muchos atentados.

Con respecto a la respuesta gubernamental, tanto local como nacional, ha habido una pugna entre las diferentes fuerzas de seguridad que responde más que nada a un momento político de complejidad y, aunque es triste decirlo, a una pugna política entre el estado nacional y Cataluña, en el marco de sus competencias de seguridad. Es decir, se ha hablado mucho sobre la pugna entre los Mossos d’Esquadra (la policía autonómica de Cataluña) y la policía nacional que no ha permitido cooperado lo suficiente en cuanto al tipo de información que llegaba, incluso información de la CIA. Lo que sí es cierto, es que hay una cierta reserva a compartir información entre las distintas fuerzas que responde básicamente al cerco que hay entre el Gobierno del Estado Nacional y el Gobierno Catalán. Esto ha perjudicado la cooperación, pero aun así, la resolución de la actividad policial que se llevó a cabo durante el atentado ha sido bastante ejemplar.

Los grandes medios de comunicación han criticado las manifestaciones organizadas contra los atentados por verse «empañadas» por protestas contra el Rey Felipe V y el Presidente Mariano Rajoy, vinculadas a las consignas independentistas de Cataluña. ¿Qué opinión tenés sobre estas protestas? ¿Realmente se mezclaron ambas consignas?

Hubo una cierta crispación previa a la manifestación entre las diferentes fuerzas políticas catalanas, sobre todo las más ligadas a la izquierda porque no querían que la convocatoria estuviese presidida por estas cabezas de estado, sobre todo por el Rey Felipe, puesto que la monarquía española, auspiciada también por el partido que gobierna el estado, tiene estrechos vínculos con Arabia Saudí, Kuwait y Qatar en lo que respecta a la venta de armas españolas a estos regímenes. Entonces, se tildó, por parte de estos partidos de izquierda, de hipócrita a la manifestación que estaba presidida por los mismos aliados que fomentan el terrorismo internacional. Porque son los países como Arabia Saudí, Kuwait y Qatar los que venden esas armas a las facciones terroristas como el ISIS. Al final, la alcadesa de Barcelona, Ada Colau, medió para que esta manifestación estuviese presidida, no por ellos, sino por las fuerzas de seguridad del país, tanto catalanas como españolas, y por lxs trabajadorxs que el día de los atentados dejaron la piel. Es decir, lo que se está alertando es que la monarquía es la que financia el terrorismo, lo que ha generado algunos momentos de crispación ciudadana.

Se mezclaron consignas, por supuesto, pero esas personas tenían toda la legitimidad ciudadana para hacerlo, porque es a través de las cuentas del estado que se financia esta compra de armas. Sin embargo, creo que se aprovechó el momento para mostrar posiciones de ambos lados, ya que habían flameando tanto banderas catalanas como españolas expresando un momento de conflicto social evidente. Estamos a solo 15 días del referendum, ilegalizado por el gobierno del estado español. Si bien es cierto que estas consignas quizás puedan empañar el acto en repudio al terrorismo, se trata de un momento excepcional en Cataluña.

En cuanto al proceso independentista que vive Cataluña. ¿Crees que se trata de un proceso inviable en el futuro? ¿Es factible el referéndum que se está planteando para el mes de octubre?

Han cambiado muchísimo las cosas en Cataluña en estos últimos años. Hace 6 años desde que el Partido Popular (PP) suspendiera el estatuto de Cataluña en el Congreso, que es el régimen por el cual Cataluña tiene cedidas una serie de competencias por parte del estado, y tiene una cierta autonomía nacional, cultural e incluso económica. Esto fue la punta de lanza del surgimiento de un nacionalismo identitario catalán que lucha por proteger sus derechos políticos y sociales. A medida que se ha ido incrementando el sentimiento nacionalista, cada 11 de septiembre (díanacional de Cataluña) se hace más visible en las calles el reclamo, no sólo de más autonomía como se reclamaba hace 6 años atrás, sino de un avance hacia la independencia. Esto responde a dos realidades: por un lado, hace 5 años implosionó la crisis económica en España que afectó profundamente a Cataluña donde se desarrollaron los peores recortes sociales de la era democrática. Por otro lado, el Partido Convergencia y Unión, que representa la derecha catalana, hizo un viraje independentista para esconder los recortes realizados en Cataluña y poder perpetuarse en el poder. Esto es incuestionable y es lo que han venido denunciando las nuevas izquierdas surgidas del 15M, tanto las que representan Podemos como el Movimiento de los Comunes que representa Ada Colau, la actual alcadesa de Barcelona. Este giro de las derechas nacionalistas catalanas ha sido correlativo a una represión ejercida por parte del gobierno del PP que, con el estallido de la crisis, ostentó una mayoría parlamentaria que ha ido reprimiendo cualquier tipo de contestación social. Todo esto ha hecho que en los últimos años, haya cada vez más apoyo independentista, aún por fuera de los independentistas que observan cómo el estado reprime cualquier tipo de disidencia en Cataluña.

Estamos a 15 días del referéndum y hay muchísimas incógnitas encima, porque el gobierno del PP lo ha declarado ilegal. Por tanto, este referéndum está siendo perseguido por la Fiscalía, por el Tribunal Superior de Justicia, y por el Tribunal Constitucional. Es decir, por todos los instrumentos que tiene a su alcance el gobierno de Rajoy. Por lo tanto, es un referéndum que no tiene garantías, que no está avalado internacionalmente y que no ha tenido un debate público sobre hacia dónde nos va a llevar esta independencia. Hay mucha incertidumbre. No se sabe si van a haber urnas, si los ciudadanos van a recibir las papeletas, porque incluso los correos no pueden enviar la documentación a los ciudadanos. Además, la Guardia Civil tiene la orden de requisar las urnas. Tampoco se sabe cuáles van a ser los lugares habilitados para votar, sumado a que los colegios electorales no pueden abrir.

Sin embargo, de los 900 alcaldes que hay en Cataluña, unos 700 se han manifestado a favor de abrir sus instalaciones públicas para que se pueda votar. Pero éstos han sido llamados por la Fiscalía para declarar. Hay una especie de osbcurantismo sobre el proceso electoral. Lo único cierto es que hay cada vez más represión desde el Estado gobernado por el PP, lo que ha generado que muchos partidos, no independentistas, pero sí soberanistas defensores de la autodeterminación de los pueblos como Podemos, se están posicionando a favor. Y de hecho ya están llamando a votar al referéndum del 1 de octubre.

Almismo tiempo, están ocurriendo casos de intromisión de las fuerzas de seguridad a imprentas para llevarse objetos publicitarios del referéndum, o a diversos medios de comunicación pidiendo identificación a los periodistas que están escribiendo sobre estos temas, y hasta imposibilitando actos en otras ciudades de España como en Bilbao o Madrid. En fin, hay un clima que se parece a la España franquista en la que se reprimía la libertad de expresión, de manifestación y de reunión. Pero más allá de estas medidas, se espera una amplia participación de la ciudadanía que sobrepasaría a la de la consulta del 9 de noviembre de 2015, donde votaron 2,4 millones de catalanes. Va a ser un hecho histórico.

¿Cuál es el rol de Podemos actualmente en la política nacional? Si bien ha ido ganando mucho peso dentro de la sociedad española, ¿tiene chances reales de acceder a espacios de poder nacionales? ¿Cómo ves el ascenso de Ciudadanos?

Podemos es un partido consolidado en el marco del parlamentarismo español. Recordemos que antes del 15M había un bipartidismo compartido entre el PP, que representa la derecha española, y el PSOE, la izquierda española. A raíz de la interrupción de Podemos, este bipartidismo se rompe y, en estos momentos, tenemos un parlamento mucho más fragmentado sobre todo en la vertiente de la izquierda. En este mismo momento, el PSOE, que desde la transición española ha sido el referente socialdemócrata, es visto como un partido muleta de las políticas del PP. Juntos reformaron la Constitución que permitió la intervención en las cuentas del Estado por parte de la Troika y juntos perpetraron los mayores recortes durante la crisis económica. Durante el 2017, el PSOE ha sufrido una de sus crisis internas más fuertes en democracia, lo que originó un vacío de poder.

En este contexto, Podemos, desde que entró al Parlamento en las últimas elecciones, ha forzado muchísimos cambios legislativos y explicaciones por parte del gobierno del PP, quien sigue ostentando el mayor número de diputados en ambas cámaras.

Sin embargo, es Podemos quien representa a la mayoría de la izquierda en este país, ya que ha tomado iniciativas muy importantes como fue la moción de censura al gobierno de Rajoy con una sesión parlamentaria de dos días de duración donde se expusieron las razones que lo impulsaban, como los casos de corrupción que empañan su gobierno. Al mismo tiempo, el poder de Podemos no sólo tiene dimensiones locales sino también regionales ya que, por ejemplo, es la segunda fuerza política en Cataluña.

Con respecto a Ciudadanos, nace como el partido elegido de la derecha para contrarrestar el peso de Podemos, bajo la carismática figura de su líder Albert Rivera. Una especie de contraposición al carismático Pablo Iglesias. Ciudadanos se intenta presentar como un partido de centro y de regeneración democrática, y es interesante ver cómo el PP gobierna con el apoyo de esta fuerza política.