Conversatorio con Kristin Hrafnsson, editor de WikiLeaks
«NO PODEMOS ACEPTAR QUE EL DEPARTAMENTO DE ESTADO DE ESTADOS UNIDOS DECIDA QUIÉN ES O NO ES PERIODISTA»
Por Daniel Bello
En el marco de una gira por Latinoamérica que está realizando el editor en jefe de WikiLeaks, Kristin Hrafnsson, se realizó un conversatorio junto a la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) y la Federación Internacional de Periodistas en la Ciudad de Buenos Aires.
La gira que ya pasó por Colombia y Brasil recaló la semana pasada en Argentina.
Durante la primera ronda de encuentros, Hrafnsson, junto a Joseph Farrell, embajador de Wikileak, mantuvieron una reunión con la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.
En la sede la Fatpren, con un nutrido auditorio, se realizó un conversatorio en el que el editor de Wikileak no sólo volvió a reitera el pedido por la libertad del Julián Assagne sino alertó sobre la creciente criminalización del periodismo que se generó en los últimos tiempos.
Kristin Hrafnsson, expresó que la detención y extradición a Estados Unidos del periodista australiano Julian Assange es «una amenaza a la libertad de prensa» y también significa un ataque a la «democracia y la civilización».
«Para nosotros es una de las mayores amenazas a la libertad de prensa de los últimos tiempos. Va mucho más allá del interés de un individuo. Luchamos por valores fundamentales del periodismo. Es una amenaza a la democracia. Es una amenaza directa a la civilización», dijo el islandés.
Cabe recordar que Assagne fue informado el viernes 17 de junio de este año que el gobierno británico anunció la firma para su extradición a los Estados Unidos.
El editor de WikiLeaks indicó que «puede suceder» que Assange no tenga «ninguna opción ni plan» y finalmente sea extraditado a Estados Unidos, donde podría ser condenado a 175 años de prisión por la difusión de documentos sobre actividades militares y diplomáticas estadounidenses, especialmente en Irak y Afganistán.
«No podemos aceptar que el Departamento de Estado de Estados Unidos decida quién es o no es periodista. Les da la oportunidad de decir qué es noticia y qué no. Hay una criminalización del periodismo a todo nivel y envía una señal aterradora a todo el mundo», detalló Hfransson.
Hfransson contó que recibió «muchísimo apoyo y compromiso» de líderes progresistas de Brasil, Colombia y Argentina; y se espera una respuesta similar cuando la campaña siga viaje con destino a México para seguir sumando apoyo.
«Me emocionó mucho la solidaridad de Gustavo Petro y Lula Da Silva. En todos estos casos recibimos muchísimo apoyo y su compromiso de que van a apoyar la causa», señaló.
Además informó que la campaña busca enviarle una señal al presidente de Estados Unidos, Joe Biden: «Buscamos instar al Gobierno de Biden a que defiendan sus principios, a que se comporten en función de lo que dicen: defender la libertad de prensa y de expresión en todo el mundo».
Hfransson sostiene que el caso Assange se trata de una «venganza política» de la Casa Blanca por la filtración de los documentos. «Es una amenaza a todos los periodistas: ‘No se acerquen a nuestros secretos más oscuros porque los vamos a perseguir donde sea que estén en el mundo'», argumentó.
Junto a Hfransson estuvieron la Secretaria General de la Fatpren, Carla Gaudensi, el Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Diego de Charras y la directora de la Oficina de Latinoamérica de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), Paula Cejas.
Cejas coincidió con Hfransson y afirmó que la detención de Assange es «una grave amenaza para el principio fundamental de las democracias».
«Si finalmente se extradita a Assange será un mensaje para periodistas y fuentes de que no están a salvo, toda vez que se ejerza un periodismo de interés público», sostuvo Cejas.
De Charras, señaló que, pese a que «se tilde de un anacronismo» existe un «imperialismo» a nivel global en el «manejo de la información».
«El rol que cumplen los medios de comunicación concentrados es cada vez más el de articular a distintos actores del poder hegemónico concentrado y la derecha política», explicó.
Además trazó un paralelo entre el caso Assange y la filtración de los chats entre jueces federales, directivos del Grupo Clarín, funcionarios del Gobierno porteño y ex miembros de inteligencia tras un viaje a Bariloche.
«No es la labor del periodismo juzgar el modo en que la información fue obtenida, lo que tiene que evaluar es si esa información es de interés público y si debe ser puesta en el debate público», indicó.
Subrayó que haber puesto en conocimiento público esos chats «es lo mismo que hizo Assange» con los documentos de WikiLeaks. «Eso tenemos que defender. Casos donde lo importante es el derecho a la información de los pueblos», explicó De Charras.
Por su parte, Gaudensi expresó: «La comparación del caso Assange por difundir información fundamental a nivel internacional y la articulación en los medios de comunicación y la justicia se ve claramente también en nuestro país».
También resaltó la necesidad de defender la libertad de expresión, la democratización de la comunicación y de la pauta publicitaria oficial al destacar que «es vital que no sean los medios concentrados de comunicación los que reciban del Estado un financiamiento para que solamente se enriquezcan y se garantice el derecho a las audiencias a estar informadas».
Finalmente indicó que la campaña por la liberación del periodista se da «en un contexto particular», en relación a la condena que recibió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa relacionada con la obra pública en Santa Cruz.
«Este fallo, junto con la violencia política, el intento de magnicidio y ciertos discursos de odio, también demuestran la complicidad entre el poder judicial, los medios hegemónicos y las derechas», afirmó.