NO HAY JUSTICIA SOCIAL SIN FEMINISMO

70 años de la ley del voto femenino

NO HAY JUSTICIA SOCIAL SIN FEMINISMO

Por Amadora Pajolchek

“Mujeres de mi patria: recibo en este instante de manos del gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo entre vosotras con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria. Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una historia larga de luchas, tropiezos y esperanzas. Por eso hay en ella crispación de indignación, sombra de ataques amenazadores pero también alegres despertar de auroras triunfales. Y eso último se traduce en la victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional.”

Eva Duarte de Perón.

El 9 de septiembre se cumplieron 70 años de la sanción de la ley N°13.030 de enrolamiento femenino, conocida como “ley del voto femenino”. La normativa era clara: “Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos” (Art. 1).

La ley del voto femenino llegó cuando corría el año 1947, bajo la presidencia de Juan D. Perón, pero buscada e impulsada por Eva y después de años de lucha y militancia por parte de los movimientos feministas. Finalmente, había llegado el día que cambiaría la historia para la sociedad argentina. El gran momento se concretó cuatro años después: el 11 de noviembre de 1951, el 90% del padrón femenino (más de 3 500 000 mujeres) concurrió a votar. Perón resultó electo por segunda vez.

Sin lugar a dudas, Eva Perón, tuvo un rol fundamental a la hora de lograr la promulgación de La Ley de voto femenino. Sin embargo, no podemos dejar de repasar, otras grandes luchadoras que, a lo largo de la historia, han dedicado su vida a esta lucha.

LA HISTORIA DEL VOTO FEMENINO

En 1907 Alicia Moreau de Justo, socialista, fundó “El Comité Pro-Sufragio Femenino”. Luego de diferentes acciones llevadas adelante por el comité, consiguieron que en mayo de 1910, durante el centenario, Buenos Aires fuera elegida como sede del Primer Congreso Femenino Internacional con la participación de delegadas chilenas, uruguayas y paraguayas donde se reclamó enérgicamente el derecho de las mujeres a votar.

Otra de las pioneras fue Julieta Lanteri, quien fue la primera mujer de toda Sudamérica en tener acceso al voto en la ciudad de Buenos Aires en 1911, tras ganar un juicio que le permitió empadronarse. Posteriormente, se prohibió de forma explícita el voto femenino, con el argumento de que para empadronarse era necesario realizar el servicio militar.

Desde el año 1919, varios diputados presentaron proyectos de ley para instaurar el voto femenino obligatorio. Pero los prejuicios que colocaban a la mujer en un lugar de incapacidad y que hacían dudar de su madurez para llevar adelante el voto, llevó a que quedaran truncos todos los proyectos, una y otra vez.

Recordemos que, para entonces, las mujeres eran consideradas incapaces por el Código Civil de 1871. Recién en 1926, mediante la Ley 11.357 sobre “Derechos Civiles de la Mujer”, alcanzaron la igualdad legal con los varones. Sin embargo, esta “igualdad” era relativa: no incluía el derecho al voto, ni la patria potestad compartida, además de que rara vez, esta ley, era cumplida en los hechos. Para señalar sólo uno de los muchos ejemplos mencionaremos algunas opiniones acerca del voto femenino. El legislador ultraconservador Uriburu señaló: “Cuando veamos a la mujer parada sobre una mesa o en la murga ruidosa de las manifestaciones, habrá perdido todo su encanto. El día que la señora sea conservadora; la cocinera, socialista, y la mucama, socialista independiente, habremos creado el caos en el hogar”.

Ante una mayoría por demás machista, los proyectos de Ley del sufragio femenino, dormirían en el congreso durante varios años más.

San Juan

Marcado como un hecho revolucionario en 1927, La Provincia de San Juan modifica su Constitución provincial, permitiéndoles votar a las mujeres en elecciones Municipales. Bajo la gobernación de Aldo Cantoni, las mujeres no solamente votaron, sino que eligieron a una mujer como delegada de uno de los municipios. Lamentablemente, tras el golpe del año ´30 esta medida fue derogada.

Tardó en llegar, mucho, pero luego de tantos años de lucha, de injusticias y dolores, finalmente en 1947 se sancionó la ley de voto femenino, y si bien sabemos que grandes mujeres de la historia han, con diferentes colores políticos, pisado ese camino. No podemos dejar de reconocer la importancia que tuvo, para hacer realidad este sueño, Maria Eva Duarte de Perón. Quien no buscaba un rédito personal, sino que supo interpelar a las mujeres de las clases populares, a las mujeres trabajadoras, olvidadas y relegadas por los hombres. A quienes les dio su apoyo y las herramientas necesarias para luchar por sus derechos, no solamente en su casa, sino también el trabajo.

Como mujeres sabemos y creemos fehacientemente que es en la lucha organizada y en la búsqueda de justicia social donde las mujeres tenemos y tuvimos siempre un papel preponderante. Las grandes mujeres de la historia nos han demostrado que siempre fuimos parte fundante de las revoluciones, porque no existe justicia social sin feminismo.