MARCHA ATRÁS
MARCHA ATRÁS
Por Ignacio Vila – Centro de Economía Política (CEPA)
La industria automotriz en la era Macri no deja de traer malas noticias para los intereses locales. Pese a esto, los funcionarios nacionales anuncian alegremente el importante crecimiento de la venta de vehículos que se dio durante 2017 en nuestro país. La realidad es que el último fue un año de excelentes resultados para los vendedores de autos a nivel local, que lograron comercializar unas 900 mil unidades, apenas unas 55 mil menos que en el 2013, año que todavía mantiene el récord histórico en ventas. El 2018 arrancó con todo en lo relativo a las ventas: enero con un crecimiento de un 24,9% en relación al 2017 y un febrero en el cual las ventas treparon un 16% contra el mismo mes del año anterior.
A pesar de este dato, es interesante hacer un análisis más exhaustivo del mercado automotor criollo que nos permita comprender de mejor manera la verdadera realidad sectorial. En términos de producción nacional, según la Asociación de Fabricantes de Automotores – ADEFA-, en 2013 se produjeron 791 mil unidades, mientras que en 2017 sólo 472 mil. Las exportaciones pasaron de 435 mil unidades a 210 mil. En fin, esas casi 320 mil unidades que no se produjeron a nivel local se transformaron en un aumento de las importaciones y en una abrupta caída de las exportaciones. Es cierto que en 2014 y 2015 los niveles de producción y exportación venían sufriendo una caída pero, en ese caso, también venían cayendo las ventas. Lo novedoso del macrismo es el fuerte aumento de las ventas frente a una clara caída de la producción. El principal beneficiado de este cambio de patrón del mercado automotriz fue, hasta el momento, Brasil. En septiembre de 2017, Horacio Alonso describía esta situación de manera impecable en Ámbito Financiero asegurando que: “Mientras los autos de origen brasileño muestran un crecimiento de la demanda del 56,5%, la de los vehículos nacionales retrocede un 5%. Es decir que crecen las ventas pero de autos brasileños. Si se tomara exclusivamente el comportamiento de las operaciones de vehículos nacionales, la euforia se transformaría en un lamento”.
Al mismo tiempo, el CEPA en el informe “Detrás del Millón” muestra que en el rubro “Fabricación de vehículos automotores” se registran 30.805 trabajadores registrados al segundo trimestre de 2015. Dos años más tarde, al segundo trimestre 2017, la cantidad de empleo se redujo en 2.104, a 28.701 trabajadores en el sector.
De lujo
Pese a las permanentes quejas en términos económicos que se pueden apreciar a diario desde diferentes sectores de la sociedad, la venta local de autos de lujo ha explotado. Es decir que los problemas económicos que están sufriendo algunos sectores de la sociedad se deben a que parte de sus recursos han sido transferidos a otros sectores de mejor suerte.
En ese sentido, hemos seleccionado 5 marcas de autos de alta gama para evaluar su comportamiento entre los años 2015 y 2017. De esta manera, vemos que Mercedez Benz aumentó sus ventas a nivel local en un 43%. Por su parte, Porsche mejoró su performance en un 179%; Audi lo hizo en un 99%; Jaguar en un 700% y BMW creció un 756%, de acuerdo a datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina -ACARA-.
El mundo automotriz es el claro ejemplo del doble standard neoliberal. La apertura importadora ha aumentado la oferta de automóviles así como la competencia entre las distintas marcas, a expensas de la caída de la producción, aumento de desempleo, aumentos de las importaciones y caída de las exportaciones. Particularmente, el rubro automotriz es un sector en el cual un grupo de empresas multinacionales disputan fuertemente. Las mismas empresas que hasta hace poco producían a nivel local con “atraso cambiario” han dejado de producir en Argentina e importan cada día más vehículos terminados a pesar del “sinceramiento” del tipo de cambio. Por otro lado, parece que el mote de “gobierno de ricos para ricos” con el que algunos sectores han bautizado al macrismo, se ve reflejado en el mercado automotriz local donde los autos de lujo avanzan a toda velocidad.