«MAGIA DEL PUEBLO EN LAS AULAS»

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«MAGIA DEL PUEBLO EN LAS AULAS»

Por Beatriz Chisleanschi

Rosario Vera Peñaloza fue una pedagoga y docente riojana que trascendió en la historia no sólo por el ejercicio de su profesión y la creación de escuelas, sino por el tema musical que popularizaran Félix Luna y Ariel Ramírez.

“Tu oficio, qué lindo oficio/Magia del pueblo en las aulas./Milagro de alfarería/Sonrisa de la mañana”.

Rosarito Vera ejerció la docencia a fines del 1800 y comienzos del 1900. Ciento veinte años más tarde, como tantas otras veces, la Avenida de Mayo, en plena ciudad porteña, volvió a llenarse de miles y miles de Rosarito Vera que marcharon a la mítica Plaza de Mayo por la Paritaria Nacional Docente, salarios dignos, más y mejor infraestructura y escuelas, porque no cierren ni las Escuelas Nocturnas, ni los Institutos de Formación Docente, ni los Jardines de Infantes. En definitiva, marcharon por mayor presupuesto para la Educación Pública.

“Magia del pueblo en las aulas y Milagro de alfarería”. Magia y Milagro, es lo que desarrollan diariamente quienes ejercen la docencia apelando -tal como señaló desde el escenario, la titular de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), Sonia Alesso – a la creatividad, no sólo para el desarrollo de los contenidos, sino para atender a familias sin trabajo, a niños y niñas con hambre o a docentes que ya están por debajo de la línea de la pobreza.

“Sonrisas de la mañana” y de la tarde y la tardecita y media noche. Sonrisas que cuesta sostener cuando el salario no alcanza y exige trabajar muchas horas para obtener una retribución que permita sostenerse. Sonrisas que se apagan cuando mueren dos docentes, como Sandra y Ruben, porque ponen sus manos y sus cuerpos para resolver lo que debería hacer el Estado, hoy ausente.

Docente luchando, también está educando

“Palotes, sumas y restas/Tus armas son, maestrita,/Ganando mansas batallas,/Ganándolas día a día.”

Maestritas y maestritos que día a día ganan mansas e inmensas batallas, en el aula, como bien señaló Alesso, enseñando también “a nuestros pibes y pibas a que tienen derechos. A querer y defender la Patria. Les hablamos de San Martín, Bolívar, Artigas y Juana Azurduy. A respetar los Derechos Humanos y a pedir justicia por Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y Carlos Fuentealba”.  Pero también libran batallas cuando paran o se movilizan por sus propios derechos o cuando cantan “A ver Mauricio, a ver si entendés, con los maestros, no vas a poder.” Como no pudieron con las Escuelas Nocturnas, ni con el Jardín Maternal del Hospital Ramos Mejía, ni con la mudanza de la Escuela de Cerámica, ni con las Escuelas Rurales e Isleñas. O como sucedió en los ´90 cuando se peleó por la Ley Federal de Educación o se instaló la Carpa Blanca cuando, como ahora, la mercantilización de la educación avanzaba de la mano del poder económico.

“Nos quieren callar” – expresó la dirigente de CTERA- “Nos quieren sumisos. Son ellos los que quieren mercantilizar la educación (…) El Ministerio de Educación es una cáscara vacía atendida por los dueños de la Argentina y por ONGs que se llevan miles de pesos en programas educativos”.

El emblema de Rosarito Vera, que creció desde la abnegación, se transformó en lucha, se transformó en fuerza colectiva, en una escuela que enseña, resiste y sueña.

 “Con manos sucias de tiza/Siembras semillas de letras/Y crecen abecedarios/En tu corazón maestra.”

Con zapatos sucios de patear el barro y marchar en las calles, las y los Rosarito Vera, siembran semillas de batalla colectiva y crecen pueblos conscientes, en tu corazón y en el de tantos y tantas, Maestra, Maestro, Docente.

En la marcha de ayer, como en tantas otras, quedó demostrado que la lucha docente no tiene vencimiento y que siempre habrá miles de Rosarito Vera dispuestos a desplegar los guardapolvos y las tizas para pelear y defender sus derechos y su dignidad.