Entrevista a Estebán Cuevas, director.
LATINOAMÉRICA, TERRITORIO EN DISPUTA
Por Revista PPV
A principios de septiembre se presentó «Latinoamérica, territorio en disputa», documental dirigido por Nicolás Trotta -rector de la UMET- y Esteban Cuevas.
La realización demandó un recorrido de 38 mil Km por siete países para documentar los 40 testimonios de los principales líderes latinoamericanos como Evo Morales, Lula da Silva, Pepe Mujica, Rafael Correa, Fernando Lugo y Dilma Rousseff, entre otrxs.
Revista PPV dialogó con Esteban Cuevas, uno de los directores del documental para conocer más a fondo «Latinoamérica…».
¿Cómo fue la experiencia de la realización de «Latinoamérica, territorio en disputa»?
Fue una realización que comenzó en marzo de 2017 y se extendió por 3 años. Comenzó cuando fuimos a visitar a Lula al Instituto Lula, en esos 3 años que pasaron hasta ahora, vimos un deterioro muy grande de la situación y las democracias en el Continente.
Mientras íbamos construyendo el documental, la situación en nuestros países se fue volviendo más compleja. Fue increíble la velocidad con que se iban perdiendo derechos. En marzo de 2017 se cumplía un nuevo aniversario del Impeachment a Dilma, Temer era el presidente, se empezaba a hablar del congelamiento del gasto público -que afectaba salud, educación- en Brasil. Una medida completamente antipopular y reaccionaria. Y después de eso, cada día que pasaba se volvía peor.
En Argentina, primero fue la derrota política y la crisis económica, luego el pedido de ayuda al FMI, represión, cierre de fábricas. En Ecuador la traición de Lenin Moreno, quien fue impulsado por el propio Rafael Correa, que nunca pensó que su candidato se iba a volver su principal opositor.
La situación siempre complicada de Venezuela que, y en el documental lo mencionamos, es como el demonio de la izquierda, a toda la izquierda latinoamericana le cuesta hablar de Venezuela. Y también el deterioro de la calidad de vida en Venezuela, por la asfixia de Estados Unidos, fue brutal.
La oposición fue brutal, antidemocrática que, aliada con Estados Unidos, empujaba cada vez más hacia el precipicio al gobierno de Maduro. Esto sumado a todos los errores que cometió el propio Maduro y que llevó a que más de 3 millones de venezolanos decidieran que era imposible vivir allí.
Y después, todo lo que ya sabemos, una democracia de baja intensidad, aunque discutir si en Venezuela hay una democracia o no, es toda una discusión en sí misma.
Es un país que agudiza todas las contracciones de la izquierda y, sobre todo, de aquellos que vivimos con mucha ilusión lo que fue el proceso de la Revolución Bolivariana llevada adelante por Hugo Chávez.
De ahí a la actualidad, pasaron muchas cosas en Latinoamérica, que culminaron en este ciclo que, como te decía, arrancó en marzo del 2017 y la última jornada fue con la persona con la que comenzamos: Lula, esta vez, lamentablemente, en la prisión de Curitiba.
¿Cuál fue la experiencia más significativa de la realización?
Este documental se realizó con una lógica inversa. Uno cuando realiza un documental tiene una idea, la va depurando a través de la investigación y el guión y, luego, da paso a grabar entrevista, seleccionar material de archivo y a la edición. Este documental es una especie de collage, de frankenstein, al que tuvimos que darle forma, porque lo primero que hicimos fue un ciclo de entrevista con una lógica muy distinta a la del documental.
Hacíamos entrevistas, viajábamos por Latinoamérica y entrevistamos a Lula, hablábamos de lo que era su gestión, su vida personal… y así con todxs los entrevistados. Pero, en la medida en que íbamos a haciendo estas entrevistas, la coyuntura se iba cruzando todo el tiempo, porque el ritmo de estos últimos 3 años -en donde se fue desmantelando las conquistas logradas- fue muy vertiginoso, y es ahí desde donde se para el documental.
Fue todo un desafío tener horas y horas, ya ni te diría horas, sino teras de grabación. Debemos tener alrededor de 8 teras de material (1 TB son aproximadamente unas 500 horas de vídeo en HD). Hubo que darle forma, sentido y una coherencia narrativa. El trabajo de guión y edición fue una tarea un poco faraónica, y creo que es significativo cómo fuimos depurando las entrevistas y cómo fuimos trabajándolo. Sobre todo, porque cuando trabajas en documentales con materiales de archivo, es como el trabajo del orfebre, lo vas modelando de a poquito, limando, vas mejorando algunas partes, consiguiendo otro material de archivo que dialoga mejor con lo que querés decir, vas encontrando otro material que es superador del que ya tenés en cuanto a calidad, a contenido, es un laburo minucioso.
¿Cómo describís las entrevistas a Lula, tanto en el plano personal como en lo profesional?
Las entrevistas a Lula, claramente, son muy diferente, una la hicimos en marzo de 2017, cuando fuimos a verlo en San Pablo, estaba cerca de cumplirse un año del Impachment a Dilma y encontrarnos a Lula fue increíble. Un tipo campechano, humilde, que llega y llena con su energía todo el lugar. Saludaba a cada una de las personas que estaba en el estudio, que éramos un montón, hacía chistes, una persona surgida del pueblo, claramente.
La segunda vez que lo vimos, fue hace unas semanas, en la prisión de Curitiba.
Y, en lo personal, lo vimos entrar y nos temblaban un poquito las piernas, hay algo que no se ve bien en el documental porque no te dejaban grabar: Dentro de la cárcel, él entra al lugar en el que íbamos a realizar la entrevista rodeado de policías con pasamontañas y armas largas y biombos que lo iban tapando a su paso para que no pueda ver a nadie. Parece que fuese un terrorista por cómo lo tratan y te genera mucha bronca, que fue como el sentimiento que predominó en todo el equipo. Aunque lo vimos entrar y tiene una fuerza y una entereza: está decidido a dar la lucha política. Él tenía la opción de asilarse en otro país y decidió quedarse,y no se arrepiente de haberse quedado y tomado esa decisión.
¿Qué análisis sobre el periodismo y su rol hacés, tras haber visto el comportamiento de los medios hegemónicos y las fake news?
Lo que tiene el documental es que nosotros no hacemos una bajada de línea cerrada, sino que vamos pegando hechos para que, luego, cada uno, saque sus propias conclusiones. Es muy fuerte ver cómo los procesos se repiten en todos los países de Latinoamérica: en Brasil, Argentina, Ecuador, son muy parecidos.
Y los testimonios dialogan entre sí y dan sus opiniones. Lo que marcan los entrevistados no deja de ser otra cosa que los medios de comunicación como punta de lanza del sector financiero para defender sus propios intereses.
Si ves los números de la televisión, es un negocio para entender, porque en pocos lugares da grandes márgenes extraordinarios de ganancias. Entonces, solo se entiende que es necesario tener un medio de comunicación para poder defender intereses que, en el caso de todos los medios de Latinoamérica, en cada país, los dueñxs son unas pocas familias que tienen negocios muy diversos y que nada tienen que ver con la comunicación o con el periodismo. En el caso de Argentina lo sabemos muy bien con el grupo Clarín o con La Nación.
¿Qué conclusiones quedaron al final de este viaje que implicó realizar «Latinoamérica, territorio en disputa»?
Lo resume un poco la frase final del Pepe Mujica: “Esta ola conservadora no va a triunfar, va a fracasar, porque nuestras victorias tampoco son definitivas”.
Eso es un poco lo que sacamos en conclusión, que aun en la noche más oscura no hay que perder la esperanza, porque siempre que el Pueblo este movilizado y haya sectores de la sociedad que estén luchando para impedir el avance neoliberal, hay esperanza. Y por más que estemos en la noche más oscura, siempre vamos a volver.
¿ Cuál es la respuesta que reciben del público luego de ver el documental?
La devolución del público nos emociona mucho porque la gente sale de la proyección con el nervio a flor de piel, pensando en lo que vio, debatiendo. Y eso es un poco la finalidad del documental: plantear ciertos temas para generar el debate, y también desde una perspectiva emocional.
La gente sale muy movilizada luego de finalizada la función y eso es como que te da un gran alivio porque el mensaje que querías dar llegó.
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