LA DOCTORA DEL PUEBLO

Segunda parte de la entrevista a Gabriela Piovano

LA DOCTORA DEL PUEBLO

Por Ana Belén Marrello

Conocida como “la médica del pueblo”, no solo por su labor sanitaria, sino también por su vocación militante y comunicacional*, habló con PPV luego agitado en su lugar de trabajo.
Esta es la segunda entrega, si te perdiste la primera, volvé a leerla.

La hija de un paciente con COVID-19, que iba a morir, le pidió a Gabriela que le dijera a su padre que lo amaban mucho, como un modo de abrazo en su último tiempo de vida. “Fui a la sala, lo vi, hablé con él y le dije. Para mí era muy fuerte. Porque realmente son cosas que pasan en la diaria, que son muy fuertes y que unx no las cuenta”, relató a PPV.

¿Cuál es la importancia de la salud pública en relación a la del sector privado?

Obviamente siempre se dice que el sector privado tiene mejor hotelería, pero la capacidad de gestión de los problemas que son inusuales, que por ahí no tienen tanto rédito económico pensando en la salud como un negocio, siempre van a quedar para la salud pública. Y en relación a esto, cuando, como se dice en criollo, las papas queman siempre es la salud pública la que da contención. Por ejemplo, cuando hablábamos del cierre del “cinco por uno”, muchísima gente del IDEP (Instituto de Estudio sobre Estado y Participación en Salud de ATE) que tiene obra social y prepaga, hace rehabilitación ahí porque se montó un gimnasio con un montón de aparatos de avanzada, que pueden dar ese servicio y que es muy difícil que el privado invierta para poder dar esa prestación. Así que la salud pública es la que les garantiza a las personas que la formación profesional de todo el espectro de lxs trabajadores de la salud sea más diversa, más profunda y más sólida a partir del conocimiento y del reconocimiento de determinadas patologías o condiciones que por ahí en una formación privada, con un corte meramente comercial mercantilista es muchísimo más limitada.

Desde el Movimiento de la Inclusión de Les Vulnerables se encuentran impulsando la Campaña #YaNoEstá, para visibilizar historias de víctimas de COVID-19 ¿Qué historia cercana o que te haya marcado de alguna manera nos podés compartir?

En relación a la Campaña #YaNoEstá, que estamos haciendo con un grupo de compañeros de otras organizaciones, la estuvimos pensando como modo de visibilizar aquello que desde lo mediático y desde lo comunicacional de las redes se quiere negar que es el impacto sobre la vida de las personas del Coronavirus y las repercusiones en cuanto a la mortalidad. Y justamente, al hecho de que muchas personas que son cercanas a nosotros hoy no van a estar, ya no van a estar más. Entonces parecía interesante poder sumar a la gente en dos sentidos: primero, en ese sentido de visibilizar lo que se quiere negar, que es lo que sustenta entonces el mandar a la gente al muere, convocándola a salir, como un acto de rebeldía, inclusive como un acto de rebeldía política y el riesgo real que existe. Y obviamente homenajear a estas personas, darles entidad, que no sea solo un número en un reporte diario, sino que se comparta para que se conozca quiénes eran, a qué se dedicaban, qué les gustaba, con quién interactuaban. Como más que nada, reconocimiento y homenaje.

Así que bueno, salimos con esto y estamos queriendo que nos ayuden todos a sumarse y a visibilizar y a homenajear a sus seres queridos, a sus conocidos.

A mí la verdad que las historias, muchas veces me conmueven, me identifico mucho con las situaciones de dolor y pienso siempre que alguien que yo amo podría atravesarlas. La vez pasada pasó que justamente teníamos un paciente que no tenía criterio para pasar a terapia y que el paciente estaba mal así que se habló con la hija sobre la situación de que probablemente falleciera y bueno, ella me pidió por favor si yo le podía decir en nombre de ellxs que lo amaban como modo de abrazo. Y yo fui a la sala, lo vi, hablé con él y le dije. Para mí era muy fuerte. Porque realmente son cosas que pasan en la diaria, que son muy fuertes y que unx no las cuenta. No hay un ámbito donde contar eso y que eso se conozca. Y justo pasó que estábamos en la televisión y apareció una chica y contó que finalmente ella era la hija de este paciente. Y lo loco fue que esa historia, que en ese momento le dije a mi compañero enfermero, que estaba conmigo cuando hablé con el señor, a mí me conmovió mucho en ese momento y me puse a llorar y le dije: estas historias no se conocen, nadie sabe que pasa esto. Y yo digo, qué loco cómo Dios hizo las cosas para que justamente esa historia ese día fuera conocida por las millones de personas que estaban viendo la televisión.

El 21 de septiembre fue el Día de les Trabajadorxs de la Sanidad. ¿Qué reflexión podés darnos respecto a la situación en el sector en el marco de la pandemia?

El Día del Trabajador de la Sanidad es un buen momento para reflexionar sobre la tarea, sobre el tipo de trabajo, el reconocimiento, la inserción social que hoy tenemos y que justamente en el medio de esta pandemia se empezó a poner en el tapete como materia de análisis. Bienvenido sea porque era un sector que estaba con muchísimas carencias y con muchísimas situaciones difíciles y que la salida tampoco estaba a la vista. Y ojalá esto posibilite ese sinceramiento, ese reordenamiento y la mejora de la calidad de vida del personal de la salud, para mejorar la calidad de atención y así obviamente también mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes y de las personas que por ahí necesitan de la salud sin necesidad de tener una enfermedad. Cosa que también podríamos entender que tenemos que apuntar a la prevención y en eso también forma parte el sistema de salud. Creo que, como ya lo he dicho varias veces, desgraciadamente a través de lo que pasó con el Proceso de Reorganización, más que nada, donde hubo una confrontación de dos modelos de abordaje, de atención, de trabajo y ganó desgraciadamente el poco solidario, expulsivo, maltratador. Y no es que los trabajadores de la salud sí o sí somos así, pero la matriz de formación sí tiene que ver con eso y obviamente eso a su vez tiene que ver con esa carencia hacia el propio trabajador. Entonces, la falta de reconocimiento económico, la capacidad de gestionar mejoras, de intervenir dentro del diseño de los programas, todas cosas que el trabajador mayoritariamente desconoce, o de la que cree que está muy lejos y de la que se siente víctima. Entonces muchas veces traslada esas situaciones adversas a su trabajo y entonces la calidad de atención obviamente se va destruyendo, se va corrompiendo. Y ahora es un momento clave, crucial para valorar, revalorar y justamente repensarnos desde los trabajadores y desde la sociedad, la comunidad y, sobre todo, la colectividad.

¿Estás agremiada a alguna organización sindical? Si es así, ¿cuál? Y, ¿te sentís respaldada? ¿O qué opinión tenés al respecto?

Actualmente estoy agremiada a Médicos Municipales y soy adherente a una lista opositora del oficialismo de nuestro gremio que es mayoritariamente macrista. Si bien hay de todo en ese gremio, tienen claramente una ascensión con el gobierno de la Ciudad. Así que para nada estoy respaldada por ese gremio. Puedo tener alguna conversación de formalismo y está todo bien porque son colegas con los que trabajamos, pero realmente en lo que tiene que ver con que por ejemplo finalmente nos quitan ganancias, no hubo reconocimiento de mucha gente que tuvo que faltar porque quedó en aislamiento por contacto estrecho de compañeros de trabajo, y terminaron con que se les retiró plata del bono de cinco mil pesos. Nuestro sueldo básico es de 20 mil pesos, una cosa así. Se nos ponen tantas cosas arriba que se hace un sueldo gigante, pero lo hacha totalmente ganancias y de eso tampoco se han fijado. No hay una promoción para nosotrxs para, por ejemplo, tener acceso a una vivienda por ser médicxs o a movilidad. Y todo eso es algo que realmente tendría nuestro gremio que haber estado peleando ahora y todos estos años. Y la verdad que para nada. Ponen como triunfo un aumento del 11% cuando en la época de Macri la inflación fue del 45% y en el último año ya fue del 60%. Así que la verdad es que me siento respaldada en cuanto a que nunca me llamó nadie para decirme que no puedo salir a hablar lo que digo, pero no hay un respaldo real en el día a día para nosotrxs de parte de los gremios.

¿Por qué sentiste la necesidad de encarar un proyecto comunicacional, como tu programa en Radio Gráfica*?

Mi necesidad de un proyecto comunicacional surge de mi costado artístico, digamos, creativo, que tiene muchos años y que inclusive en su momento elegí entre estudiar periodismo o medicina y bueno, cobardemente elegí la medicina porque dije ‘para que en el periodismo me den plata tengo que ser buena escribiendo’ entonces me pareció más fácil ser una médica standard, digamos. Pero, bueno, me gusta mucho ser médica también. El tema de trabajar con VIH también hacía la necesidad de comunicar de lo que se trata como forma también de lucha política por el empoderamiento de las personas que eran vulneradas por VIH. Y entonces el hecho también de que cuando unx es algo, por más que se vista de otra cosa… Y a mí me gusta el arte, me gusta componer, y escribir, o me gusta actuar, y me gusta cantar y payasear, y que la gente se divierta, que reflexione, que se conmueva. Y bueno, entonces en un momento me sentía muy frustrada porque al haber hecho como quien dice la cola de la medicina, hacer una carrera, entre comillas, en los medios, o lo que tiene que ver con la parte artística, o de conducción o algo así, era muchísimo más engorrosa para mí. Entonces en un momento, me sentía muy frustrada, así que en esa época de radios comunitarias, que la verdad que el costo era muy barato, la hora, era como ir un día a la semana al gimnasio, o cualquiera de esas actividades. Entonces la verdad es que me dije a mí misma ‘dejá de estar frustrada, pagá y hacé tu programa’. Y la verdad es que bueno, si bien al principio era mucho más seriote y yo que sé, después fuimos encontrando el tono que tiene más que ver conmigo, porque yo soy más vale así, bien para arriba, y muy irónica y muy histriónica así que bueno, empecé a ser yo, digamos, desde ese punto. Y la verdad es que sale un programa que yo creo que es único, no porque sea mío. Creo que es único porque combina muchísimo el humor y el bienestar y la risoterapia con la información, esa cortina de fondo de dolor, de muerte, de soledad que siempre va a estar presente cuando hablemos del HIV o de los males que aquejan al humano en la Modernidad. Pero a su vez lo novedoso entonces es que estando con ese telón de fondo, acá adelante hayamos puesto un pelotero y que todos nos divirtamos y lo pasemos bien y la verdad que la gente se queda con ganas de más. Esto es algo que ya tiene 12 años. En realidad, yo empecé con este programa en el año 96, que estuvimos un año, y después por motivos personales lo corté. En el 2007, con Radio Gráfica volvimos a hacerlo. Llegamos a manejar una campaña de difusión de información positiva “Por las dudas escuchá”, auspiciada por el Ministerio de Salud de la Nación en su momento, junto a Radio Gráfica, y hemos hecho muchas campañas de difusión para hablar de la temática del cuidado, más que nada, pero utilizando otras herramientas que no sean solo el reto, el miedo o la alarma. También estuve en un programa mítico que se llama “Las locas como tu madre” donde Silvia Armosa, que es una de las locas fundadoras me invitó a estar y ya no como médica sino como loca y para mí también eso fue un honor. Porque digamos que no es solo la comunicación de lo médico, que para mí obviamente es lo distintivo que yo le podía aportar a la comunicación, o a la información, sino también el hecho de sacar a relucir mi costado por fuera de la medicina, que tiene que ver con la expresión y con la creatividad que me parece que también está bueno.

*Se la puede escuchar todos los martes en Radio Gráfica (FM 89.3 o por internet en https://radiografica.org.ar/) de 22:00 a 00:00 en su programa “Por las dudas Escuchá”: Dos horas de radioterapia. Prevención, música y humor. Un programa transmitido de persona a persona. Una forma novedosa de romper tabúes. Con la conducción de Gabriela Piovano; junto a Hugo Rodas, Leonardo Codina y Claudia Puyó.