EL PERIODISMO DE GUERRA LO HIZO OTRA VEZ

Caso Maldonado

EL PERIODISMO DE GUERRA LO HIZO OTRA VEZ

Por María Quintero

El caso Santiago Maldonado, además de retrotraernos a los tiempos más oscuros y nefasto de nuestra historia política como país, también exacerbó las prácticas a las que estamos sometidxs como sociedad por parte de algunos medios, los cómplices de siempre.

“Hicimos periodismo de guerra”, manifestó Julio Blanck orgulloso en una entrevista. Durante estos 80 días que lleva desaparecido Santiago, ése periodismo de guerra – atrincherado tras las barricadas del gobierno nacional de Cambiemos y de los intereses de corporaciones económicas extranjeras y también nacionales- puso a disposición todo el armamento de su monopolio mediático. Medios orquestados para reproducir las mentiras, manipulación, falsedad y destrató a la familia en los que llevó adelante sus notas el periodismo de guerra.

Pero claro, también tuvo un burdo aval y repudiable complicidad de funcionarios Gobierno Nacional. Desde Mauricio Macri y su insensible actitud de ignorar a la familia durante estos dos meses. La gobernadora Vidal mintiendo en televisión en el día de ayer sobre que ellxs no se habían comunicado con la familia porque no querían usar la desaparición para una cuestión electoral, mientras que Sergio Maldonado aseguraba en una conferencia de Prensa que recién ayer, cuando se supo que había aparecido un cuerpo en el Río Chubut, enviaron desde el gobierno mensajes para ponerse en contacto con ellos. “Ahora ya no queremos hablar con el gobierno, cualquier cosa que quieran decir, pueden decírsela a nuestra abogada”, dijo Sergio con el dolor acumulado que carga en sus espaldas desde el primero de agosto. Día en el cual según los testigos Gendarmería se llevó a Santiago.

La complicidad de la Ministra Bullrich quien es su convicción de encubrir a gendarmería ha tratado de culpar a la comunidad mapuche y hasta la familia, en sintonía con los editoriales de los Leuco y sus teorías de mapuches terroristas financiados por la RAM. Las macabras elucubraciones, risotadas y delirantes declaraciones de Elisa Carrió en un acto de no sólo falta de respeto sino de falta de humanidad ante el dolor de una familia.

Periodistas de guerra que trabajan en medios de comunicación puestos al servicio de las corporaciones económicas a quienes representa el Gobierno de Cambiemos.
A lo largo y a lo ancho del país donde gobiernan, desde los cargos más altos hasta en ciudades más chicas y con cargos menos ostentosos, toda la militancia del periodismo de guerra del gobierno lleva adelante la batalla cultural para la naturalización del deterioro del estado de derecho. Periodistas y medios que antes de que el Juez hiciera pública la información del cuerpo encontrado en el río, ya twitteaban que habría novedades en el caso. O medios como Radio Mitre que, aún sin tener los resultados del peritaje al día de hoy, ya desde el martes aseguraba que el cuerpo era de Santiago Maldonado.

Así, también, el funcionario de Cambiemos como el de la Secretaria de Comunicación de la Municipalidad de Campana, Charly Schneider, dueño además del medio de comunicación Campana online, en el día de ayer aseguraba en una publicación en la red social que el cuerpo hallado era el de Santiago: “El informe lo tiene el gobierno desde las 2 de la mañana”.

Declaraciones que debieran ser tomadas por la Justicia en el caso Maldonado. En un país donde funcionara el estado de derecho y una justicia independiente, todxs aquellxs que aseguran tener información incluso antes que el propio Juez y lo volcado en el expediente, debieran ser citados, por lo menos, para dar explicaciones sobre cómo obtuvieron esa información. Porque la primicia periodística no puede ser la excusa para escudarse ante la irresponsabilidad. Y tampoco justificar el dolor causado a la familia Maldonado.
Una vez más, la batalla cultural del periodismo de guerra nos trata de imponer, como en aquellos viejos tiempos, la idea de que la profesión de lxs trabajadores de prensa no requiere de ética, responsabilidad, veracidad y ante todo respeto por la división de poderes y empatía ante el dolor de una sociedad.

Respeto, responsabilidad, verdad y justicia, por favor.