“EL FUTURO DE LA POLÍTICA ES CON ORGANIZACIONES EMPODERADAS Y LÍDERES FUERTES”


Entrevista a Javier Rodríguez de Cauqueva:

“EL FUTURO DE LA POLÍTICA ES CON ORGANIZACIONES EMPODERADAS Y LÍDERES FUERTES”

Por Ignacio Vila

La Cooperativa Agropecuaria Unión Quebrada y Valles, más conocida como Cauqueva, es una organización que está cumpliendo 25 años de lucha campesina. Fundada por más de 100 pequeños productores de la Quebrada de Humahuaca y alrededores, comenzaron acopiando producción primaria y hoy producen los únicos fideos de maíces andinos integrales del mundo y ya cuentan tres espacios comerciales propios en la provincia de Jujuy. Una experiencia cargada de historias, luchas y victorias. Para recorrerlas, conversamos con Javier Rodríguez, socio fundador de Cauqueva y hoy uno de los dirigentes más activos de la agricultura familiar argentina.

¿Qué significan los 25 años de Cauqueva?

Estos 25 años pasaron en pleno neoliberalismo del gobierno de Menem, pasando por la Alianza y la crisis del 2001, la poscrisis, el macrismo y la pandemia…Todo eso pasó. Por supuesto que estos hechos han golpeado a la cooperativa, pero pudimos sostenernos y seguir adelante. Es más, siempre fueron buenas excusas para cambiar de rumbo, mejorar y crecer, y nunca fueron motivos para frenar. Al contrario, aprendimos a caminar en medio de la tormenta. Es un muy buena experiencia que, sostenerla durante 25 años, tiene un fuerte significado para nosotros. Y creo que significa, para quienes apostaron desde el principio, un motivo de orgullo. Y para quienes nos han observado, la sorpresa de que se haya logrado llegar hasta aquí.

Cauqueva nació como una cooperativa de productores, ¿que cambió hasta hoy?

En realidad, hace 25 años no era nada. Era solamente un papel que decia que eramos una cooperativa, pero sin recursos. Una cooperativa de agricultores pobres, con la decisión política del INTA de no apoyarnos, con la decisión política de los programas de agircultura de tampoco apoyar, sin acceso a recursos, rodeados de persecución política. Ese fue el contexto de inicio. Sin embargo, casi todo lo que hoy somos estaba plasmado en los objetivos definidos en aquella época: el agregado de valor, la generación de alimentos nuevos, la comercialización de nuestros productos a nivel nacional, la capacitación, el apoyo a las familias de los productores, la discusión de la perspectiva de género, los acuerdos con otras organizaciones, la generación de estructuras más poderosas, los acuerdos de cooperación internacional. Son los mismos planteos del inicio.

¿Es posible exportar la experiencia de Cauqueva a otras organizaciones que también intentan agregarle valor a sus producciones?

Para nosotros el agregado de valor es una estrategia que tiene impactos diversos, pero que nace como una estrategia para escaparnos de la competencia del mercado. Y en este sentido, creo que el concepto de escapar a la competencia y poder generar productos que sean unicos, es absolutamente replicable. Pero es un camino dificil porque es riesgoso, es el camino desconocido, es el camino que muchos te van a decir que no transites. Te van a decir que hay que ganar competitividad, que hay que ser eficientes, que hay que ganar escala. En nuestro caso el agregado de valor no tuvo que ver con ganar competitividad, sino al contrario, con salirse de la competencia, moverse en un espacio en el que la competencia no pueda sacarte asi nomás. Es como generar un nicho. La definición ecológica de un nicho es un ambiente en el que solamente determinados organismos pueden vivir. Entonces, se trata de desarrollar la habilidad de crear nichos. Y eso lo hemos logrado con distintos productos. Eso impide que el otro pueda sacarte del medio.

¿Cómo evaluás la realidad de la agricultura familiar hoy en Argentina?

Creo que la agricultura familiar avanzó muchísimo en los últimos 15 o 20 años. Sobretodo lo que ganó es bastante visibilidad. Y que, a partir del planteo de la agroecología como propuesta productiva, la agricultura familiar salió a disputar la cuestión simbólica sobre quién alimenta al país. En el imaginario, el campo tradicional argentino es quien alimenta al país, aunque hayan sojizado un alto porcentaje del sistema productivo. En ese marco, la agricultura familiar no existia, era más una expresión de deseo que una realidad. Y creo que hoy todavia sigue teniendo más visibilidad el sector que se autodenomina “campo”, pero es notable cómo la agricultura familiar creció. Y en cualquier momento le va a poder disputar el liderazgo sobre esta cuestión simbólica. Y digo sólo simbólica porque hoy creo que, en términos de producción y escala, no hay manera. Ni siquiera sé si es posible porque la agricultura familiar somos muchos, pero con muy pocos recursos de capital.

Entonces hay un mirada vieja sobre los productores, esa idea del hombre vestido de gaucho….

Si, no hay mucha idea sobre lo que se produce. Es una imagen antigua del gaucho que alimentaba al pueblo, ese chacarero era un mediano productor, te diria que hasta un productor chico del estrato inferior de los grandes productores que hacía agricultura mixta. Es una imagen instalada por los medios de comunicación, por la educación formal, por la Iglesia y por los diferentes gobiernos. Pero mas allá de esto, creo que ha habido una acción importante para instalar en los medios de comunicación, que hay una agricultura familiar que fue ganando espacios. Las organizaciones han incorporado estrategias de comunicación, algo que hace algunos años no existía. Y también hay un desarrollo muy importante, pero más silencioso, de la agroindustria de la agricultura familiar, algo que va a generar mucho impacto cuando se logre visibilizar. Ahi creo que se va a dar una pelea más real sobre la cuestión simbólica. Y en esa línea, se van a terminar sumando pequeños productores. Seguramente cuando se logre esa visibilización y ese reconocimiento social, se van a sumar muchos de los que están del otro lado. Por ejemplo, son actores que hoy no se identifican con los horticultores que hacen un verdurazo en la Plaza de Mayo…Son productores que se identifican con un prototipo que no es un hacendado de la Sociedad Rural, no es un chacarero de la Federación Agraria, es otra identidad, pero que la historia los llevó a identificarse con los sojeros. Entonces, lo que logran los grandes grupos económicos es apropiarse de esta cuestión simbólica de alimentar al pueblo. Todo eso va a entrar en crisis, y ahi la agricultura familiar va a tener su espacio, aunque no creo que logre un protagonismo absoluto. Salvo que ocurra una reforma agraria, cosa que no creo. Porque desgraciadamente el proceso que viene ocurriendo es el inverso: están desapareciendo los pequeños productores, en el mundo no sólo en Argentina.

¿Qué agenda pendiente tiene el sector?

A mi me parece que hay dos o tres temas claves. Uno es el tema financiero, donde hay que ampliar el horizonte de la oferta oficial de créditos y de financiamiento de proyectos. Hay que crear estrategias innovadoras que permitan captar más cantidad de fondos. Incluso, dentro de los esquemas de comercialización, pueden haber nuevas relaciones con los consumidores que incluyan el aporte temprano de fondos como compras anticipadas, sistemas de ahorro.

Otro tema clave es el aumento de la escala de producción en todos los eslabones de la cadena porque, en general, los productos de la agricultura familiar tienen baja escala en la producción primaria, en la elaboración de alimentos, en el transporte, en la comercialización. Por lo tanto, todo esto encarece los costos. Pero estos aumentos de escala se tienen que dar si perder los valores de la agroecología.

Además, el tema comercial me parece fundamental, y esto también incluye un cambio de mirada. Hay que dejar pensar en lo que nos falta y tratar de transformar todo lo que tenemos en mega estructuras comerciales. Hay mucha cantidad de recursos que solo dependen de buenos diálogos para ponerlos en funcionamiento. Y creo que estos temas pendientes se tienen que abordar buscando autonomia. Y esa autonomia es el ingrediente para tener una mejor participación en las mesas de negociación con el Estado. Es decir, si potenciamos todo lo que tenemos vamos a poder negociar mejores políticas para el sector. Y creo que esto lo venimos construyendo desde Alimentos Cooperativos, que es una experiencia que está desarrollando mucha autonomía. Esta autonomía te permite trabajar sobre un poder propio y sobre bases sólidas, y te da claridad a la hora de saber cuáles son las necesidades reales. Cuando una organización vive de los subsidios, tiende a esquivocarse. Y si la estrategia es movilización para obtener más subsidios, puede funcionar un tiempo pero nunca van a saber quiénes son realmente y qué recursos tienen para encarar un crecimiento económico real. En ese contexto, el Estado está obligado a transformarse en el mercado, pero ahí tenes poco vínculo con el mercado. Incluso, siendo muy buen negociador y aunque movilices mucha gente, seguis yendo a pedir que te den algo, algo que vos necesitas para sobrevivir y que tu interlocutor lo sabe. Eso te debilita. Pero, construir autonomía es más lento, garpa menos y es políticamente incorrecto.

Decías que hay una mayor visibilización de la agricultura familiar. Ante esto, el Estado dio una respuesta abriendo ventanillas en cada ministerio, pero no se transformó en un política pública uniforme. En este marco, ¿cuáles son las medidas que debería impulsar el gobierno para fortalecer al sector?

Creo que las cooperativas que logran industrializar su producción van de la mano del fortalecimiento de liderazgos internos, son organizaciones más empoderadas. Me parece que nuestra dirigencia política todavia no se anima a asumir la conducción de líderes empoderados. Todavía estamos en una situación bastante inmadura porque hay que asumir ese desafio. No es facil bancarte a alguien que te cuestione. Y no estoy haciendo una critica anti política, sino que es para mejorar la política. Creo que el futuro de la política es un política de organizaciones empoderadas con mucha participación democrática y con líderes fuertes. Volviendo a tu pregunta, creo que hoy no hay políticas para la agricultura familiar ni para la economía social. Es un fenómeno que hoy descoloca a la política, porque la matriz del peronismo se quedó en la lógica del trabajador de la gran empresa, del gremio fuerte, y es la matriz que mejor entiende y navega. Pero hoy la realidad es otra, los trabajadores cuentapropistas crecen cada dia más. A eso le tenes que dar una respuesta. Pero como no entienden ese paradigma, pretenden que todo siga igual.

¿Cuál es el mensaje que le dejas a las organizaciones que están naciendo o que están por nacer?

Primero, decir que quien quiera integrarse a una organización, que lo haga con pasión. Entrar en una organización porque no te queda otra puede ser algo que te pase, pero estar en una organización sin que te pase nada, eso es una verdadera pena. En segundo lugar, creo que hay que buscar que las organizaciones sean autónomas y eso debe ser un motivo de orgullo. En tercer lugar, es bueno tener una pertenencia o una identidad, pero eso no nos tiene que evitar la integración con otras organizaciones a nivel sectorial, nacional o latinoamericano. Y en cuarto lugar, creo que estas experiencias les dan sal a la vida. Hay caminos más tradicionales como tener un trabajo y, cuando terminas, volver a casa con tu familia. Pero estar en una organización te da motivos para luchar cada dia, estás rodeado de solidaridad y eso vale la pena.