DOBLE MORAL DE CAMBIEMOS: ENTRE LAS FUERZAS PARAESTATALES Y LA REVOLUCIÓN DE LA ALEGRÍA

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Sentís la mosca joder detrás de la oreja
y chupás la fruta sin poder morderla;
y hay muchos marines de los mandarines
que cuidan por vos las puertas del nuevo cielo…

Queso Ruso- Los Redondos

DOBLE MORAL DE CAMBIEMOS: ENTRE LAS FUERZAS PARAESTATALES Y LA REVOLUCIÓN DE LA ALEGRÍA

La derecha represiva, la estigmatización del kirchnerismo, la corrupción, los repudios y los medios hegemónicos, la orquestación de voces para el manejo de la opinión pública y la organización popular.

 

Por Daniel Bello y María Quintero
Fotos: Apacheta Fotos | Cecilia Markic

«Es entonces que la pregunta pasa, para variar, por los reflejos de reacción que tendrán los ajustados. Algo de eso es lo que empezó a notarse, con epicentro en territorio bonaerense y un alto ninguneo mediático, pero todavía es o parece ser muy fuerte la sensación de que no debe volverse al “populismo”, al control firme del Estado sobre la economía y sobre todo en torno de las herramientas cambiarias. Empero y como ya lo preguntan desde la derecha mediática y sus actores de poder, ¿tendrá Macri la muñeca, los cuadros políticos y el volumen de liderazgo, para sostener que la felicidad es siempre inminente?»

Estos interrogantes pertenecen a la nota publicada el lunes 23 de mayo en Página 12 y escrita por Eduardo Aliverti ( http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-300011-2016-05-23.html ).

Ese mismo día Carlos Pagni escribió para el diario de los Mitre que el éxito de Macri estaba atado a Brasil y la interna del peronismo ( http://www.lanacion.com.ar/1901508-el-exito-de-macri-atado-a-brasil-y-a-la-interna-del-peronismo ) y que sólo el kirchnerismo estaba apurado por la contienda electoral del año que viene y la cuestión judicial. Como sabemos, proyectar es también negar el propio defecto, razón por lo cual basta ver cómo avanza la causa que investiga las más de media docena de offshore que posee el presidente  en Panamá y leer al mismo Pagni que pregunta, apenas unos párrafos después, en la misma nota:»¿Cambiemos seguirá siendo una unión transitoria de partidos? ¿Se convertirá en una sola fuerza? ¿O el Pro aspira a monopolizar, a expensas de los radicales, la representación de los sectores medios? Detrás de estas opciones palpita otro enigma: cuál es el proyecto de poder del partido radical. Y algo más concreto: el reparto de candidaturas para 2017«.

Entonces, es claro que el principal problema de Macri también es electoral.

Sur,
paredón y después…

Sin caer en la futurología, lo que empieza a esbozarse es el escenario y la construcción del sentido común que están montando los medios hegemónicos sobre el cuál basarán lo que suceda una vez que el fusible, que es Macri, se queme.
Sobre el caso López,  condenable y repudiable sin reparos, se ha acentuado la idea de la corrupción como un todo, lo que otrora fuera la inseguridad, esta vez los medios y el gobierno ponen a la corrupción como eje de portadas, denuncias y discursos. Ambos convocan a la cruzada y a la caza de brujas. Invitan a la sociedad a ser parte sin reparar – sin darse cuenta – en que repartir la culpa diluye responsabilidades o, al menos, desdibuja más los roles asumidos. Así se tiene un gobierno que acusa a todo el kirchnerismo de corrupto a partir de López.

Los medios lo refuerzan y una parte de la sociedad repite sin pensar en la doble moral que tiene el acusador. En el tintero quedan las formas en cómo se adjudicaron las obras de Nicolás Caputo; la gran cantidad de empresas de Macri y medio gabinete en Panamá, que de movida evaden impuestos; los 21 millones que percibió Niembro por pauta dibujada a medios comunitarios y al que se lo apartó de la lista de candidatos, pero al que nunca se le pidió que devuelva la plata. Vale aclarar que este es otro ejemplo del accionar de Cambiemos y su doble moral: sale a perseguir mediática y judicialmente como hace con CFK o cualquier otro kirchnerista y no a sus propios candidatos y aliados.

En este escenario aparece el oportunismo de Massa para aprovechar las migas que deja el banquete mediático, agregando en una disertación en Córdoba: «La Argentina necesita presos por corrupción para que la democracia sane. Y no solamente hay que encarcelar a los corruptos, también hay que lograr que devuelvan lo que se robaron”, a esta rimbombante declaración, le agregó que “las tres grandes deudas de la democracia son la calidad educativa, la pobreza y la corrupción», como hemos dicho más arriba, la inseguridad claramente ha dejado de ser agenda

Lo dice Sergio Massa, quien tampoco en su momento – ¿quizás como otra prueba de amor y apoyo al candidato presidencial de Cambiemos en plena contienda electoral?- ha pedido a Cambiemos que Niembro devuelva el dinero.
Y sumamos a esto que, en 2015, Margarita Stolbizer acusó al líder del Frente Renovador de dormir “con los corruptos en la misma cama durante muchos años y ahora le dan asquito» y que «se acordó un poquito tarde» de repudiarlos.
Tampoco esta mal recordar que Stolbizer, Massa y Macri se sentaron juntos cuando quisieron dar vuelta la elección de Tucumán, que perdió el radical José Cano en 2015.

Entonces, estas declaraciones tan apartadas de los hechos muestran una doble moral en la que se paran los medios, el gobierno y aliados para demonizar al kirchnerismo: a partir del descrédito se pretende anular a la fuerza que conduce CFK, la única fuerza que  es realmente  una alternativa a la oligarquía dominante.

También muestran que quien señala no tiene la menor condición moral para asumir el rol de solución ni el de oposición responsable que se pretende construir de Massa, el cual también está enrrollado entre la obediencia debida a los medios hegemónicos y económicos, pidiendo favores y devolviéndolos al vetar leyes como la Ley Antidespidos, por ejemplo.

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En este marco, las políticas de persecución y estigmatización que está llevando adelante la derecha tienen como objetivo a futuro que no se desarrolle una construcción constante y lo largo del tiempo de un proyecto político de liberación nacional. Es decir, que los momentos de máxima felicidad popular sean espasmos, que sean caracterizados como anomalías dentro del sistema y que lo normal sea que si la nafta es cara, no se use el auto; que si el gas es caro y hace frío, se use menos estufa y más pullover. Y así transformar lo que eran derechos y conquistas en una fiesta y un derroche del que no somos dignos. Para avanzar en ese sentido se busca homogeneizar el sentido común, bajar los niveles de conciencia alcanzados y vaciar de contenido la palabra política como herramienta de lucha de los pueblos; por eso, el partido ahistoricista que conformó la oligarquía y llamó Cambiemos avanza en el cercenamiento de medios de comunicación y en la judicialización de la política.

El mensaje es claro, no puede haber un movimiento de liberación nacional que traducido en un partido político popular pueda sostenerse en el tiempo

Sin embargo, también es verdad que este intento tiene como principal problema al propio pueblo organizado, manifestado en distintas circunstancias:

-La marcha del 24 de marzo, al cumplirse 40 años del golpe genocida.

-La marcha del 13 de abril a Comodoro Py en respaldo a CFK ante la persecución judicial de Bonadio.

-La marcha del 29 de abril del movimiento obrero organizado.

-La marcha de docentes, estudiantes y gremios del 12 de mayo.

-La unidad de las dos CTA para reclamar ante el veto por la ley antidespidos.

-A un año de la histórica marcha del #NiUnaMenos del 3 de junio de 2015, también tuvo una fuerte asistencia.

-La marcha el día de la bandera en Rosario

A este arco político organizado también hay que sumarle a la gran masa que no estando encuadrada en ninguna de esas columnas y que ha participado activamente de todas esas marchas.

Ecuación

En este escenario- con un Macri en instancias de dar hasta donde dé, un Massa que claramente no es alternativa sino continuismo conservador y la constante demonización del kirchnerismo-  es un problema sumamente grande que el discurso montado sobre » la corrupción» prenda en muchos sectores. Porque esa idea, sumada al histórico «que se vayan todos», o al ya instalado de que «todos son lo mismo» y de que «la política es corrupta», entorna peligrosamente las puertas a un vacío y a una crisis de representatividad y deslegitimación más profundas incluso que las de 2001. También más peligrosas.

La aceptación social de este discurso terminaría avalando el objetivo de la derecha más ortodoxa de Cambiemos ( ver http://bit.ly/2RDzF9I ) de recuperar el poder absoluto a través de cualquier método, incluso de aquellos que estén por fuera de la democracia.
¿Quién o quiénes estarían en condiciones de hacerse cargo si supuestamente derechas e izquierda son lo mismo?, ¿quiénes aparecen como solución si nadie tiene legitimidad para asumir el gobierno?.
La cuestión se complica más cuando ciertos sectores de la sociedad han validado en hechos lo discursivo del Ejecutivo, y sus extensiones, que han estigmatizado a un sector político del Pueblo porque ya se ha creado en los hechos un chivo expiatorio: el kirchnerismo.

violencia
El discurso macrista ha avalado el uso de armas y la violencia como medios de diálogos ante el que piensa distinto: Los locales políticos partidarios baleados, la irrupción en asambleas barriales con armas punzantes, el encarcelamiento de personas electas por el voto popular -el mismo que Cambiemos y adherentes piden respetar- y la represión de la protesta social como la de Cresta Roja, como punto de inicio, y pasando por La Plata, Mendoza, Tierra del Fuego, con represión a docentes, estatales y carpas incendiadas, la represión en Rosario y la de San Isidro a los trabajadores de una recuperada.

Tenemos  en los hechos un sujeto social estigmatizado y perseguido (despidos por ser…) al que se trata de aislar. Y una vez que se acaba esa etapa y la del vaciamiento de la política, viene la etapa de la represión como parte de ese disciplinamiento y castigo que aplica la oligarquía para controlar.

Además de que la ruptura de los 7 diputados del FPV nos deja un sabor más parecido a una estrategia para debilitar al propio FPV y para poner en duda la conducción de CFK, lo que sí es claro es que es un debilitamiento a una fuerza de la democracia que tiene enfrente a un gran frente conservador: que en el plano local busca, en el mejor de los casos, establecer nuevas reglas – casi un nuevo manual de instrucciones – en el juego electoral a través de la reforma política que impulsa y que fue anunciada en el CCK por Mauricio Macri, para que la » anomalía » que fue el kirchnerismo como continuidad del peronismo quede como una experiencia trunca. En el plano regional, tratando de que el imperialismo a través de la OEA vuelva a tener incidencia determinante en la región.

Entonces, resta ver cómo se resuelve la ecuación que plantea: un gobierno decidido a aplicar las políticas más agobiantes + la única fuerza como alternativa perseguida y estigmatizada + una organización popular que aumenta=….
Por ahora, la represión es la única incógnita develada.

Por lo demás,  queda claro que nada es como todo ni todo es lo mismo y que Milagro Sala sigue presa, que aumenta la desocupación, las tarifas y la depreciación del ingreso.