ANDREA PRODAN: CHI VA PIANO, VA LONTANO
Por Javier Tucci
El título reza que el que va despacio, llega lejos. Así podríamos definir el camino que este ciudadano del mundo y hermano de Luca Prodan, ha optado para sentirse liberado al fin. El actor, músico, trotamundo, callejero por derecho propio, conductor de radio y artista por donde se lo mire charló con PPV sobre su banda Romapagana -que se presentará en septiembre en Húrlingham y en el Salón Pueyrredón-, la familia y hasta dio su parecer sobre cómo ve al país que lo cobija desde las sierras maestras de Córdoba.
Corría el verano de 1987 y Andrea tenía el boleto de avión para venirse a la Argentina a pasar la navidad junto a su hermano. Pero el destino, esa rara dimensión inevitable e ineludible, hizo que días antes de la fecha programada, Luca dejara este mundo para darle vida al mito. Años más tarde, el joven actor que venía de hacer películas junto a Ava Gardner, Fernando Rey y Susan Sarandon, de la mano de directores de renombre como Federico Fellini, los hermanos Taviani, Peter Greenaway y Liliana Cavani, dejó todo y se embarcó en una aventura para desandar los caminos de su hermano mayor.
El chabón es un ser libre, como su hermano, como toda su familia, pero libre posta, no de la boca para afuera, sino desde la fibra ecléctica que lo mueve a crear constantemente sea donde sea. Andrea estuvo allí y estuvo acá. Fue protagonista del ataque punk del ’77 en Londres cuando era un juvenil estudiante – gracias a que Luca lo llevaba a recitales de Wire, XTC, The Clash y tantas otras bandas más- para luego jugar en las grandes ligas del cine italiano, aunque no lo diga mucho. Laburó mucho en radio, tanto en Córdoba, Hurlingham como en La Plata, donde aprovechó para dar a conocer su colección de vinilos o hacer sonar a bandas en vivo; también grabó publicidades y hasta participó de documentales como Together (Juntos) del danés Jannik Splidsboel, que hace hincapié en la relación entre los hermanos Prodan (https://bit.ly/2AVWN0k) .
Al inicio de la nota decíamos que Andrea va despacio, quizá fruto de haber soportado el dolor de las pérdidas de su hermana Claudia -quien se suicidó junto a su novio en un pacto heroinómano- y la autodestrucción de Luca, quien tuvo un changüí de seis años en estas pampas, luego de que su hígado terminara casi hecho trizas por la maldita luz blanca de la que habla Lou Reed y por la salida a la abstinencia a través de esa ginebra fría que tanto le gustaba tomar en los bares porteños.
Y como ya se escribieron tantísimas notas sobre Andrea y su estadía en Londres, Italia y la venida a nuestro país en la década de los ’90 con su primera incursión musical Viva Voce –disco hecho al cien por ciento con su garganta–, decidimos adentrarnos en el presente, que lo encuentra con su familia en Nono, Córdoba, -el mismo lugar donde cayó Luca en 1980, luego de aquella foto que le enviara su amigo Timmy McKern- llevando a lxs pibxs a la escuela, compartiendo con su compañera el aire de las sierras, pero también metiéndole a la búsqueda y creación artística constante en Romapagana, su proyecto musical desde mediados de los 2000.
¿Por qué un tano como vos crea una banda en Argentina y la llama Romapagana?
Soy un tano un poco particular, porque hay una mezcla entre sangre italiana y escocesa, que tiene que ver con el pasado de mi familia, que cruzó por China. Nunca me sentí un tipo que represente a un país, creo que tampoco Luca se sentía reee Tano. Cuando personificábamos el papel de Tano, nos sentíamos tanos, pero de la misma manera cuando hablábamos en inglés nos sentíamos perfectamente ingleses, por haber sido educados en Inglaterra. En mi familia, según la situación, se hablaba en italiano o en inglés.
Yendo a Romapagana, nace como una agrupación de personas que querían tocar y de mi necesidad de darle forma a unas canciones que había escrito, cantado y tocado, luego del trabajo unipersonal de Viva Voce en 1996. Tuve ganas de tocar compartiendo con otra gente en un viaje musical. En este caso, con unos porteños muy copados (Fabián «Rojo» Limardo en guitarra eléctrica; Diego Segovia en bajo y Cristian «Pistón» Fernández en batería) con el objetivo de pasarla bien. También chocando con el muro del mito de Sumo, algo que muchos esperan, pero a nosotros eso nos chupa un huevo porque este proyecto nace de las ganas de lo que queremos hacer realmente, siendo auténticos.
¿Cómo es vivir en Nono pero ensayar en la capi? ¿Las redes acercan un poco?
Viví once años en la capital y los temas se fueron armando y tocando eventualmente allá cuando nos veíamos hasta dos veces por semana para ensayar y divertirnos. Pero hace seis años me trasladé a Nono, en Traslasierra (Córdoba) y prácticamente no nos vemos con el resto de la banda hasta que tocamos. Igual los temas -son más de veinte- ya están súper trabajados y los conocemos muy bien. También es verdad que cuando llega la hora de componer, la distancia es un problema. Asimismo, usar la tecnología para componer o meter ideas se puede hacer, hay muchas bandas que lo hacen a distancia, pero no es lo que nos gusta a nosotros, le faltaría la transmisión directa de la pasión, la idea de la canción, de la adrenalina que se crea en el momento de estar todos juntos. Obviamente, uno puede enviar esbozos, maquetas, pero todo queda en cosas que se diluyen, o sea que existe un problema y estamos viendo cómo solucionarlo. Por ese motivo es que estoy viajando más seguido a Buenos Aires donde tenemos ensayos y acumulamos con calma más temas nuevos, los cuales vamos perfeccionando hasta el punto de estar seguros para que suenen bien en vivo, tengan onda y no den una sensación de estar semi improvisados. El haber viajado a Italia nos unió muchísimo, un viaje de reacercamiento y aventura para afianzarnos como grupo humano.
¿Cómo les fue en el viaje-gira que hicieron por Italia y España?, ¿cómo fue la recepción del público?
Lo de las giras no nos interesa, no nos importa la cantidad sino la calidad de la razón por la que estamos tocando, del momento y la entrega real de cuando estamos juntos. Todo lo que hacemos es por la decisión de pasarla bien. Por suerte, no tenemos que girar porque debemos cumplir con un contrato, no tenemos una discográfica ni manager. Todo lo que hacemos es desde la pasión y porque creemos que Romapagana es una muy buena banda y quien va estar, va a estar, y quien no… no. La banda lleva 15 años de vida y ha crecido paulatinamente con mucha intensidad y fuerza. Yendo a la pregunta, el viaje fue un regalo que nos hicimos porque no podía ser que, teniendo una banda con el nombre Romapagana, no hayamos conocido Roma. Desde hacía un tiempo venía tirando puntas para concretarlo y se dio. Primero fuimos a Italia porque quería que mis casi hermanos conocieran el lugar y el entorno de mi origen y que, además, conocieran a las personas que fueron -y son- mis amigos en una vida precedente a mi encarnación en Argentina. También quería que mis amigos y amigas de Italia pudieran presenciar y ver qué es Romapagana.
El viaje fue todo y más, porque tuvimos la aventura de subirnos a un avión, hacer catorce mil kilómetros y aterrizar en Roma en medio del verano después de un invierno muy frío acá, dejando atrás una sensación bastante angustiante por dos semanas, para poder transmitir lo que vemos sobre el mundo a través de nuestra energía. Sin duda, lo más hermoso fue que pudimos tocar en una feria fantástica que se hace una vez por año en Bolonia, en un festival internacional, teniendo en cuenta que Bolonia es la ciudad más abierta de Italia, una ciudad de buscadores. El segundo show fue en Roma, en el festival Roma Fest sobre un escenario increíble en un parque con un público súper atento y culto, porque cuando alguien viene a decirte que le gustó, te dice por qué. Este viaje fue un golazo para darnos cuenta de que estamos haciendo algo bueno.
El primer y único disco homónimo de la banda que data de 2010, va desde la crítica a la locura de vivir en la ciudad, al consumo y hasta le dan lugar a la fiebre porcina. ¿Están pensando en un segundo atravesado por los cambios planetarios de los últimos años?
El segundo disco de la banda ya está pensado; tenemos algo posible que es más un registro de lo que somos en vivo, porque Romapagana es una cosa en vivo y otra en el disco. Y la idea de un disco nuevo está ahí.
Teniendo en cuenta que Romapagana es una parte de mi carácter y el de todos, porque todos tenemos diferentes intereses y gustos, me animo a decir que accedemos a un lugar de análisis de la situación social y política -como decís vos planetaria- desde una perspectiva que es la de mucha gente, creo. Porque miramos todo y caemos en la cuenta de que todo lo que está pasando es una locura. Es por eso que el próximo disco tendrá otros matices que tienen que ver con la actualidad, donde tomamos los mismos productos, nos vestimos de la misma manera, agobiados por un mega capitalismo manejado por corporaciones: somos todos víctimas de una enfermedad parecida, lo que hace que una banda como la nuestra también se sienta cómoda de ir a cualquier lugar.
Durante los últimos años tocaron en varios rincones del país, ¿cómo ven la realidad económica y social en cada uno de esos lugares desde que asumió el poder la alianza Cambiemos?, ¿qué comentarios les hacen al respecto los que viven allí?
La verdad es que no hemos viajado tanto, pero no hace falta viajar para darse cuenta de la realidad, de la que estamos muy al tanto. Cada miembro de la banda, excepto yo, trabaja diariamente y está muy en contacto de lo que es otra vez la rudeza de la vida en Argentina, de la necesidad de sobrevivir de alguna manera manteniendo la buena onda en tiempos de crisis, la onda que es una especialidad de lxs argentinxs.
Yo vivo en el interior del interior del país, en Traslasierra, donde coexisten las pequeñas ciudades rurales más olvidadas, y me doy cuenta de lo que es la lucha en el interior para sobrevivir. Un hecho que, de alguna manera, es menos cruel que para aquellos que viven en las grandes aglomeraciones urbanas, teniendo en cuenta que los cambios en el interior se notan de manera más paulatina porque la vida acá es más austera y simple. El gobierno actual no ha cambiado muchísimo realmente, pero es verdad que se está haciendo muy difícil la vida para la gente, porque los precios son altísimos, desplazarte de un lugar a otro en auto es imposible, teniendo en cuenta que muchos que viven en otros pueblos tienen que trasladar a sus hijos a la escuela haciendo un montón de kilómetros, y no todos tienen la posibilidad de tener auto.
El gobierno de la ciudad de Buenos Aires ha comenzado una cacería contra los músicos callejeros que, en algunos casos, podrían ser encarcelados hasta con cinco días de prisión. ¿Cómo te pega esta disposición, teniendo en cuenta que siempre has bancando la movida callejera?
No es casualidad que los gobiernos en todos los países occidentales estén intentando aplastar a lo que ocurre en la calle, porque no sólo quieren que la gente se acostumbre a pensar que las únicas verdades van a venir de fuentes “oficiales” (TV. radios del gobierno, empresas, bla bla bla), sino que también las ventas tienen que salir de Musimundo. Nosotros ya sabemos que el pensamiento industrial, que ahora es uno tecnológico, está pensado para devorarnos completamente sin dejarle al individuo la posibilidad de crear una realidad personal, una guita personal también. Ellos -por las corporaciones- saben que producen mierda para el consumo, como el invento de la música latina, que no es otra cosa que ocho tipos que manejan la Sony Corporation etc. etc. desde Los Ángeles, y te ponen unos tipitos que escriben esas poronguísimas músicas que suenan todo el tiempo en las radios de todo el planeta y te la venden como “Latina”, cuando realmente es un producto de un yanqui con una idea latina, con algunos mexicanos que le dicen qué decir. Volviendo a la calle, ellos saben que la resistencia, la gran respuesta al arte va a ser la calle, y Macri es el pelotudísimo títere que para mantener sus privilegios en el pequeño club de los marginalmente ricos, ahí debajo de los muy ricos, está dispuesto a hundir su país, aunque no sienta tanto que es su país porque seguro que le gustaría pasar su vida en Roma o en Milán.
¿Cómo es la relación con tus hijos? ¿Les hablás o te preguntan sobre su tío Luca o sobre su padre trotamundos, actor en películas de Fellini y protagonista del ataque 77 del punk en Londres? ¿Qué te dicen?
No les hablo mucho de Sumo, ni de Luca, ni de nada referido a nosotros. Ellos se van enterando naturalmente, porque aparecen canciones de su tío en la radio o porque están cantando una canción y les preguntás: “¿Sabés de quién es esa canción que estás cantando?” Y te dicen “¡No!” Y vos ahí le decís “es de Luca”, y te responden “Uhhh qué grande Luca”. Hay una simpatía espontánea para Luca que nace en mis hijos y no porque les esté embuchando todo el tiempo esas cosas. En ese sentido, soy extremadamente delicado y creo que tiene que ser así, sano. Lo mismo con mi banda, no es que ando poniendo mi banda todo el día, ellos ven que me voy al estudio y grabo cosas, los incluyo. Tengo un montón de grabaciones que tienen a Calisto adentro, al igual que a Catalina y Homero. No hay que crear un mito en la propia familia alrededor de nada, las cosas se van decantando solitas: si Luca gusta a mis hijos, lo van a elegir, si les interesa ser músicos, van a ser músicos, si les interesa ser quiroprácticos, van a ser quiroprácticos. No creo en la imposición de los propios gustos o de la mitificación de la propia situación adentro de la familia.
¿Qué es el rock para vos hoy, dónde lo escuchás, dónde lo percibís?
Desde lo más práctico, diría que es uno de los muy pocos palcos o expresiones artísticas que uno tiene para expresar sus urgentes sentimientos, miedos, locuras, ataques, su mirada sobre las cosas sin intermediarios. No tenés que pasar por la discográfica que te dice vestite así, haceme un buen hit poposo que le guste a la gente… ahí ya no es rock, porque de entrada te están dictando desde una camisa de fuerza. El rock lo que tiene, no así la pintura, la escultura, el teatro o el cine, es que podemos llevarlo a cabo con nada. Por el contrario, las artes mencionadas anteriormente están atravesadas por sistemas que son carísimos y con personas que manejan el poder y no te dejan llegar, a menos que transes con ellos. En el rock, una vez que te compraste tu equipito o guitarra, podés grabar con bastante poco y si tenés buenas ideas y algo para decir, podés expresarte… eso es el rock para mí. Después, tenés un montón de estilos dentro, pero el que nosotros elegimos es uno muy frontal. Y si tengo que citar una fuente de éste tipo de rock, es el recuerdo de ver a The Clash en el ’77 en Londres, después de escuchar maravillas como King Crimson, Emerson Lake and Palmer o Génesis. Todo bien con los soñadores y la cosa hermosa del neoclasisismo del rock progresivo, pero esto es combate, la justicia que habla.
Estás constantemente activo en las redes sociales, ¿qué jugo le sacás al mundo digital y virtual y a qué le temés?
Al comienzo me lo tomé con pinzas, por el hecho de que no me simpatizaba mucho compartir información privada en un lugar tan manipulable y poco seguro como Facebook. Pero al final terminó siendo un poco como una oportunidad de este momento, de esta época y que hay que utilizar. En mi caso, me vino muy bien por estar alejado de todo debajo de la montaña, donde consigo la paz y la libertad, pero al mismo tiempo la comunicación digital terminó siendo muy nutritiva, porque me pone en contacto con un grupo restringido de amigos que ya llegan a 5000 (RISAS), de los cuales prácticamente casi me sé los nombre de todos. Y si queremos hablar de democracia, me pareció también que es una plataforma para decir cosas, contar historias de mi pasado, en este caso que empezaron con anécdotas sobre Luca, cosas que podían ser interesantes para quienes querían a mi hermano y querían conocer algunas cosas más con detalles. He escrito en Facebook casi como una biografía de la familia Prodan y lo más interesante es que no le pertenece a una editorial sino al ciberespacio o al Sr. Facebook, que las tiene guardada en una mega memoria. En cuanto a la seguridad o la paranoia de lo que puede pasar con la información que uno vuelca en las redes, a este punto, creo que el bombardeo de información es tan grande que hasta un tipo que te espía no va a comprender mucho y, más allá de esto, uno debe y tiene que ser coherente con sus pensamientos.
No estoy afiliado a ningún partido y me considero un libre pensador y lo que escribo en Facebook es un espejo del Andrea del momento en que escribe, porque años después puedo tener una mirada diferente del gobierno de Cristina, pero en el momento escribo lo que pienso como muchas de las millones de personas que opinan. Más que opinar intento contar un poco mis experiencias de vida y publicar fotos. También me gusta ver cosas que suben otras personas cuando son creativas, me cago de risa también en las redes, donde te demuestran que el argentino todavía está muy despierto, sea desde la ironía o el humor negro. Este es mi mundo virtual, el que a veces uso para publicar algunas de mis canciones, porque no todo en la vida es publicidad. También, el Facebook es un compañero cuando estás un poco solo. Cuando sea viejo, si internet sigue siendo una cosa relativamente libre como hoy, me va a ayudar a transitar mi vejez. Otro tanto es Youtube, que es fantástica, donde aparecen cosas que son puro placer como temas inéditos de Bowie, por ejemplo, o las canciones de Luca que publiqué el año pasado en el canal Casa Prodan (https://bit.ly/2Mrk4Zi).
¿Con qué se van a encontrar lxs que vayan a ver a Romapagana el próximo viernes 14 de septiembre al Salón Pueyrredón?
Se viene otra fecha histórica en el Salón Pueyrredón, lugar que tiene mucha onda y del que siempre decimos que es como nuestra casa porteña. Llegamos con mucha energía, que fue cosechada gracias al viaje, y con ganas de estrenar algunos temas nuevos. El público que ya nos conoce seguro irá, como así también esperamos que vaya gente nueva a los que tenemos que demostrarles que somos grosos (RISAS).
Horas antes de ser publicada esta entrevista, Andrea nos hace saber que antes de tocar en el Pueyrredón Romagana se presentará el 31 de agosto en el Centro Cultural “El Barrio” en Remedios de Escalada y el 1 de septiembre en el Centro Cívico Cosmopólita de Húrlingham (Güemes 1647), junto al Ensamble Confusión del Mundo.
Time, fate, love
Andrea es un buscador, lo ha intentado una y otra vez… se la jugó siempre. El fruto de tanto esfuerzo por dejar atrás el sufrimiento dio paso a lo que él mismo denomina una segunda vida, que coincide con sus primeros años en nuestro país y su paternidad hace 22 años con el nacimiento de Homero y que continúa reescribiéndose en la actualidad con sus otrxs dos hijxs, Calisto y Catalina.
Una especie de salvación donde los protagonistas son los otros: “Mis hijos son extremadamente importantes para mí, mi familia lo es. Al ser padre me di cuenta de que fue algo muy sanador, porque el peso de haber sido un protagonista en el cine es muy fuerte realmente. Tener hijos me ayudó muchísimo. Desde el primer momento en que nació Homero, mi hijo más grande, sentí el alivio de ese peso, no tenía que ser más el protagonista de mi vida porque finalmente había un nuevo protagonista al cual podía dedicarme. Es increíble verlos crecer, comprender qué tipo de personas son, vivir la vida de ellos a través de sus ojos, es algo que me pasó con mis tres hijos. Tenerlos ha sido -y es- una gran fuente de rejuvenecimiento, me dan seguridad y esto se lo debo también a la posibilidad de tener una casita, después de vivir durante muchísimo tiempo con valijas, yendo de un lado a otro, algo que comenzaba a ser muy pesado. Si sobreviviste a muchas cosas y no te moriste como tus hermanos, en mi caso, algo te está diciendo la vida, que no es otra cosa que este nudo interesante en el que tenés que jugar y resolver. Por muchos años estuve muy triste, incómodo, angustiado. No sé si era la muerte de Luca o de mi hermana Claudia, pero hubo mucha muerte, una sensación de que no podía generar algo feliz o alegre, porque creía que todo iba a terminar mal, hasta me agarró un tipo de torbellino personal que terminó por chuparme por unos buenos siete años, una sensación muy fuerte de autodestrucción, quería suicidarme. Es por eso que lo que vivo día tras día, lo camino desde la creatividad y la felicidad, te diría que desde que estoy en Argentina me siento feliz”.
-Romapagana: https://bit.ly/2nvrobz
-Disco debut Viva Voce (1996): https://bit.ly/2M5Jtvm
-Hechos Espontáneos: https://bit.ly/2OXe6kj
Participaciones de Andrea en compilados musicales:
-Rootsteady Ciudad Paraiso: https://bit.ly/2vwojMr
-Ghetto Defendant-The Crabs Corporation Ft. Andrea Prodan: https://bit.ly/2Mgtv0L