RENUNCIÓ ISMAEL MALIS, FUNCIONARIO DEL GOBIERNO ACUSADO DE ACOSO SEXUAL
Por Amarú Varela
Se trata del Director Nacional de Gestión de Obras del Estado, Ismael Malis, quien fue designado de manera transitoria al frente de la Dirección en marzo de 2018.
Días atrás, una empleada de 35 años denunció por acoso sexual al abogado Malis, quien la obligaba a trabajar en su oficina para acercarse a ella y violentarla. Según los dichos de la víctima -cuyos datos quedan en reserva para su protección- el denunciado le realizaba chistes ofensivos con tinte misógino y contenido sexual. En la denuncia también expresa que una vez la intentó besar.
Ante la denuncia policial, la oficina de Recursos Humanos de la Dirección le ofreció cambiarla de sector, algo que se puede leer como la protección hacia el superior abusador. Ella no aceptó y mostró la evidencia que tenía en contra Malis: chats de WhatsApp donde él intenta una suerte de “disculpa” diciéndole “perdoname lo de ayer pero me pudo la pasión”. No contento con seguir acosándola, intentó denunciarla él por acoso.
¿Cuántas veces hemos escuchado o leído el término “pasión” como excusa para defender el acoso, el abuso o hasta la mismísima muerte de una mujer a manos de un hombre en los antes mal llamados “crímenes pasionales”? Ese término romántico -que debemos resignificar dentro del feminismo- ya no puede ser usado para excusar a los abusadores de sus atrocidades.
Sabemos que cuando una persona decide denunciar, luego pueden aparecer nuevas denuncias sobre el mismo personaje. Este caso no es la excepción.
Luego de la primer denuncia, otra empleada aseguró que a ella también le había pasado algo similar. En este caso, la segunda víctima dijo que Ismael Malis la llevaba a visitar obras y cuando estaban solos le proponía beneficios a cambio de “favores sexuales”.
Desde el gobierno nacional, el Subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal, Raúl Delgado, aceptó la renuncia que presentó Malis por “razones personales”, reafirmando la protección y la impunidad con la que cuenta el denunciado.
En junio de este año, la Organización Internacional del Trabajo sancionó el Convenio 190 sobre violencia y acoso en el mundo laboral, haciendo hincapié en la defensa de los derechos de las mujeres y grupos en situación de vulnerabilidad. Esta norma internacional reconoce que el derecho de toda persona a un mundo del trabajo sin violencia ni acoso no se había articulado tan claramente hasta ahora en ningún tratado internacional.
Además, se reconoce que estos comportamientos – que pueden incluir desde violencia física, psicológica, acoso sexual, hostigamiento, difamación, injurias o aislamiento- constituyen un claro incumplimiento de los Derechos Humanos y un abuso del derecho y pone en riesgo la igualdad de oportunidades, incompatible con el trabajo decente.
Sin respeto no hay dignidad y sin dignidad no hay justicia social.
El acoso sexual es violencia patriarcal.