Violencia de género
PACTO DE “MACHOS”, COMPLICIDAD, SILENCIO Y FÚTBOL
Por Amadora Pajolchek
El fútbol es noticia en el mundo por sus destacados jugadores, por sus millonarias transferencias y, otras tantas veces, también es noticia por sucesos de violencia en las calles o en las tribunas. Pero muy pocas veces es noticia – debido al cerco mediático que los protege- por una realidad que pocos quieren asumir o contar: Violencia de Género.
Los casos públicos y la complicidad que culpabiliza a la mujer
En 2017, sólo a nivel local, seis jugadores de Primera División fueron denunciados por violencia de género por sus parejas actuales o ex parejas. Cada día es más común tener que vivenciar declaraciones desafortunadas, actitudes machistas, misóginas y denuncias por agresiones físicas y verbales protagonizadas por las estrellas del fútbol.
En 2017, Alexis Zárate fue condenado a seis años y medio de prisión, aún en suspenso, por abusar de Giuliana Peralta, quien por ese entonces (año 2014) era la novia de Martín Benitez, quien convivía con Alexis, ambos jugaban juntos en Independiente. Tras realizar su denuncia, Giuliana fue acusada de buscar fama, de querer dinero y, por supuesto, de mentirosa.
Si bien hay una sentencia, que no es firme, Zarate podría ser contratado por cualquier club de fútbol y continuar con su vida normal. Mientras, Giuliana llevará las marcas del abuso toda su vida.
Días atrás, pudimos escuchar al astro boquense, Carlos Tevez, realizar declaraciones sumamente repudiables sobre su hijo varón en el canal deportivo TyC Sport: «A Lito lo llevo al barrio conmigo. Es chico todavía, pero imaginate… la madre, los abuelos, el único varón, ¿viste? Si no lo llevo al barrio a que le den un par de cachetazos, está ahí de doblar la muñeca». Hubo silencio y risas forzadas de parte de los periodistas de la mesa, quienes dejaron que siguiera hablando. Complicidad. Complicidad de una prensa que siempre resguarda a los jugadores, aunque éstos sean violentos. Lejos de parecer un comentario gracioso o “al pasar”, la declaración de Tevez demuestra claros de signos de homofobia y denota un pensamiento que atrasa y perjudica la constante lucha por la igualdad de los géneros. Por estas declaraciones, el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) denunció a al jugador de fútbol por sus dichos homofóbicos.
En las últimas semanas también fueron noticia los violentos audios enviados por Maxi López (jugador del Udinese de la liga italiana) a su ex mujer Wanda Nara. Los audios que reflejaban un nivel altísimo de violencia verbal, lejos de ser tratados como violencia de género y de remarcar la violencia del jugador, terminaron en los programas de chimentos, tratados bajo el argumento de si “Wanda los filtro, o no, porque Wanda es escandalosa”. Una muestras más de cómo los medios de comunicación, agitan siempre la violencia mediática poniendo a la mujer en un lugar denigrante, de victimaria y de responsable. Parecida fue la reacción de la prensa cuando el jugador de Velez, Mauro Zárate, comentara la foto de su novia, la modelo Natalie Weber, que había publicado en maya en una red social: “Dale idiota, sacate eso!! Señor Instagram en mi opinión tendrías que borrar esta foto. No sé, digo… @nanitaweber subí y cambiate Natali te lo pido”. Tanto los seguidores que comentaban la foto, como algunos medios que levantaron la publicación, consideraron graciosa o simplemente polémica, la reacción del jugador, sin reparar en el grado de violencia verbal que utilizó para con su novia. Ni en la actitud posesiva frente a una mujer, como si fuera de su propiedad.
Siguiendo con el curriculum de violencia de parte de los jugadores de fútbol, Ricardo Centurión ex boca, ex Genoa de Italia, actualmente jugador de Racing, fue acusado, en mayo de 2017, por su ex novia, Melisa Tozzi, de astillarle tres dientes a golpes e intentar asfixiarla. Luego de las denuncias, siguió amedrentándola mediante mensajes que decían: «Siempre vas a ser mía». Mientras tanto, la prensa deportiva solo hacía mención a una lesión sufrida en aquel momento por el jugador, y poco se hablaba de los hechos de violencia. Una vez más el jugador seguía con su vida normal.
Florencia Medina quedó inconsciente luego de que su novio, Iván Díaz, ex Boca Unidos, la golpeara luego de queella, descubriera que él le era infiel. El año pasado, Barbi Segovia mostró fotos en sus redes sociales que daban cuenta de los golpes que le había dejado el actual jugador de Boca, Agustín Rossi, cuando eran novios.
Días atrás, dos bailarinas denunciaron a Prefectura Naval haber sido golpeadas y amenazadas con cuchillos por los jugadores de Boca, Wilmar Barrios y Edwin Cardona, tras una fiesta en un hotel de Puerto Madero. De parte de la prensa del Club Boca Juniors se realizó un bloqueo mediático resguardando a los acusados. Más allá de que la causa sigue, y la justicia hará lo propio, fue llamativa la actitud del abogado defensor de los jugadores, Miguel Ángel Pierri, quien fogoneaba y alardeaba que los jugadores seguirían entrenando y con total normalidad en sus vidas. Mientras tanto, las víctimas, mujeres, pero siempre acusadas como culpables por los medios hegemónicos, seguirán luchando porque se sepa la verdad.
La misma semana se hizo viral un video donde Fernando Tobio, jugador de Rosario Central, agredía física y verbalmente a una mujer a la salida de una cervecería en Rosario. En este caso, la Institución en la cual juega Tobio, Rosario Central, emitió un comunicado oficial en el que “repudia enérgicamente los hechos en los cuales se vio involucrado nuestro jugador profesional Fernando Tobio” y da cuenta de que se le transmitió al jugador la reprobación a su inconducta. Rosario Central anuncia que “se le aplicará una sanción económica, destinando ese dinero a acciones de prevención contra la violencia de género y a nuestras Divisiones Inferiores para intensificar la formación y educación en la materia”.
Los casos de abuso y violencia de parte de jugadores de fútbol hacia las mujeres se suman y se agolpan semana tras semana. Si bien muchos quedan perdidos en las noticias, y otros ni siquiera salen a la luz por el temor que sienten las víctimas a denunciar o por el poder de los clubes con la ayuda de los medios, la violencia de género por parte de los jugadores de fútbol comienza a ser una realidad que no se puede ocultar.
Educar con mirada de género en todos los ámbitos
En todos los casos hay un denominador común, ninguno de los jugadores pierde la oportunidad de seguir con su vida normal, ni a nivel personal ni profesional. Rara vez son sancionados por sus clubes o por la justicia, y son libres de seguir jugando profesionalmente al fútbol. Los dirigentes y la prensa intentan desviar la información tapando y resguardando la ¿integridad? del jugador, con declaraciones evasivas, y desafortunadas. La prensa deportiva, en la mayoría de los casos, evita el tema o solamente lo trata superficialmente. Y, por supuesto, siempre poniendo en duda la palabra de la víctima.
Una vez más, frente a situaciones de violencia contra la mujer, observamos y sufrimos el conocido “pacto entre machos”. Dirigentes, periodistas y compañeros, crean un cerco de protección para que lo jugadores involucrados no salgan perjudicados y se sepa lo menos posible sobre los casos. Pacto de machos, complicidad, silencio y fútbol a la orden del día.
Mientras tantos, clubes y dirigentes levantan flyers y banderas de #NiUnamenos para el 3 de junio a la vez que apañan y contratan jugadores violentos, cuando deberían buscar y difundir los mismos valores tanto en las redes sociales como puertas adentro de los vestuarios. Es necesario educar y concientizar a los deportistas desde una perspectiva de género y desde edades tempranas, empezando por las inferiores de los clubes.
Buscar el Fair Play dentro de la cancha, en las tribunas, en los vestuarios y también en las casas. Que los jugadores que representan a cada club y a cada hincha no solo sepan “tratar bien la redonda”, sino que sepan respetar a todas las mujeres. Y que los clubes no levanten las banderas del #NiUnaMenos solamente el 3 de junio, sino todos los días del año y en todos los ámbitos de la vida.