MIRAR LA ECONOMÍA DE CAMBIEMOS DESDE JONH KENNETH GALBRAITH
Por Ignacio Vila
Con el objetivo de dinamizar la economía, el gobierno de Mauricio Macri ha elegido, desde el inicio de su gestión, a los exportadores y a los inversores externos como actores fundamentales para el desarrollo. El estado y el consumo interno han quedado relegados a cumplir un rol secundario. En cambio, las principales políticas públicas han plasmado, indudablemente, el rumbo que el gobierno anunciaba, incluso, durante la campaña presidencial.
La quita y/o baja de retenciones a la exportación de productos agropecuarios y mineros y la fortísima devaluación del tipo de cambio (cercana al 100% desde el inicio de su gestión) han sido los ejemplos más conocidos en lo referente a la incentivación a las exportaciones. Además, la eliminación de límites a los flujos de capitales, la posibilidad de comprar divisas de manera irrestricta, la baja intervención del estado en los casos de despidos han sido de las principales políticas que buscan atraer al inversor. De manera opuesta, los consumidores han sufrido una fuerte quita de los subsidios a las tarifas energéticas así como aumentos en las mismas, el estado comenzó un proceso de achicamiento y una parte importante de los jubilados ha tenido que comenzar a pagar por remedios que hasta ahora no pagaba. En fin, medidas que empujan a la baja al gasto público y limitan la capacidad de consumo de la mayoría de la población.
En este marco, es importante remarcar que tanto la inversión como las exportaciones tienen un peso menor en el componente del Producto Bruto Interno (PBI), no sólo en Argentina sino en todo el mundo, y el gasto público y el consumo interno son las dos variables de mayor peso de nuestra economía. En nuestro país, la sumatoria de las variables “Consumo Público” y “Consumo Privado” explican alrededor del 85% del PBI. No se trata de un caso aislado si tenemos en cuenta los 28 países que conforman la Unión Europea, donde el Consumo Público y Privado se llevan el 77% del PBI europeo. En ese sentido, se puede observar que el Consumo Privado de los 28 países de la Unión Europea creció un 9% entre 2004 y 2014, es decir, no se trata de una variable que va perdiendo peso sino todo lo contrario.
¿Es posible que el equipo de economistas de Cambiemos no estén al tanto de esta situación?
Otra lectura posible, es la que hizo el economista norteamericano John Kenneth Galbraith que planteaba que este tipo de políticas no hacen más que sacarle recursos a los deciles más pobres de la sociedad para transferirlos hacia los sectores más acaudalados. Decía Gallbraith: “No se considera aceptable o políticamente correcto decir abiertamente que una acción tiene como objetivo favorecer a los ricos, ni tampoco se puede estar en contra de ayudar a los pobres. Por esto, tanto la política en favor de los ricos como la política en contra de los pobres deben ir recubiertas de una doctrina. Para ayudar a los ricos con las grandes reducciones de impuestos, se crea una necesidad de estimular a una mayor energía de iniciativa a realizar mayores inversiones. El esfuerzo de los grandes empresarios se vería inhibido por los elevados impuestos. En una formulación más extrema se afirma que la energía liberada por la reducción de impuestos conduciría a una mayor actividad económica, a aumentar los ingresos públicos y a reducir el déficit fiscal. En lo que respecta a la ayuda a los pobres, se afirma que los ingresos y la asistencia, en casi cualquier forma, son perjudiciales para el carácter, la iniciativa y el esfuerzo y, por tanto, para el bienestar de los pobres. Así como los ricos necesitan el incentivo de más dinero, los pobres necesitan el incentivo de menos dinero.”
Desde la asunción de Macri y la nueva tendencia de las políticas públicas a favor de estimular las inversiones y las exportaciones, los resultados han sido magros. La inversión está en los niveles más bajos de los últimos 7 años y las exportaciones subieron apenas un punto en el primer año, sobre todo debido a que había una importante parte de la cosecha de soja de 2015 guardada en silobolsas, que recién se exportó en 2016 luego de la devaluación. La crisis de Brasil, la caída del consumo mundial, la fuerte caída de la Inversión Externa Directa en América Latina han sido todas señales de un momento importante para mantener un estado presente y un mercado interno pujante. Lo que se puede confirmar hasta el momento es la sin precedentes transferencia de recursos de los sectores del trabajo hacia un grupo selecto y rico de la sociedad. Tal vez, la mirada de Galbraith no sea tan distinta a la que tengamos que usar hoy para explicar las medidas de Cambiemos. Tal vez.