«LOS PRIMEROS 10 SEGUNDOS FUE UN FRÍO EXTREMO, DESPUÉS YA NO SENTÍ NADA.”

Ataque a comunicadorxs en la 4ta Marcha al Lago Escondido

“LOS PRIMEROS 10 SEGUNDOS FUE UN FRÍO EXTREMO, DESPUÉS YA NO SENTÍ NADA.”
Por PPV
El 6 de febrero comenzó la “4ta Marcha por la soberanía al Lago Escondido” con el fin de exigir que los accesos públicos que cerró el inglés Joe Lewis fueran abiertos.
El Superior Tribunal de Justicia de Río Negro también se expidió al respecto y exigió la apertura de los accesos, sin embargo, el magnate -que en 1996 adquirió de forma irregular los miles de hectáreas que rodean el espejo de agua – sigue respetar las órdenes judiciales.
La marcha, organizada por Fipca (Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua) y los Agrupamientos Sanmartinianos -que componen sindicatos, organizaciones políticas, organizaciones sociales, científicos y profesionales -, se dividió en dos columnas que iban recorrer caminos distintos para encontrarse en un mismo punto el día domingo. No obstante, la policía y Joe Lewis se encargaron de impedir el desarrollo normal de la marcha.

Los 2 grupos debieron subdividirse por el constante hostigamiento que recibieron por parte de la policía local, que funcionó más como seguridad privada de Lewis que como servidores públicos, pese a la intervención de la justicia para garantizar el paso de los movilizados.
Una de las situaciones de máxima tensión ocurrió
cuando dos integrantes de la marcha -que realizaban un registro
audiovisual del acontecimiento- fueron abordados por dos lanchas, y
luego aparecería una tercera camuflada.
Los tripulantes de las
lanchas hostigaron y amedrentaron a Andrea Gatabria, de ATE Capital,
y a David Ramallo, de Radio Gráfica, ambos también integrantes de
FIPCA, que cruzaban el lago a bordo de un Kayak. agua. Lxs
comunicadores fueron amenazados de muerte, arrojados al agua helada y
abandonadxs allí hasta que -ya en estado de hipotermia- fueron
subidxs a una de las lanchas de la empresa para ser “rescatados”.
David Ramallo, a través de Radio Gráfica*, contó: «Estando ya a 300 metros de la orilla, se acomodaron al lado nuestro. Uno de los cuatro me miró a mí, agarró uno de nuestros bolsos, ‘que hay acá’, dijo y lo manoteó, y se lo llevó. Agarró otro bolso, forcejeamos, también se lo llevó. Un tercero agarró el kayak de una de las solapas de lona, hace fuerza y nos da vuelta. Nos tiró al agua a nosotros y a todas las cosas, los equipos, ropa, todo. Andrea y yo teníamos los salvavidas puestos. Los primeros 10 segundos fue un frío extremo, después ya no sentí nada. Me podía mover.»

Ramallo continuó su relato tras haber sido
arrojados al agua: «No sabíamos
qué hacer, estábamos en el agua y las lanchas seguían dando
vueltas. Escuchamos como por handie decían ‘necesitamos rescate,
se cayeron’. Los mismos tipos de la lancha blanca y roja se
acercaron y nos levantaron. Apenas me metieron en la lancha les dije
‘no me toquen’. Agarré un remo, lo aferré con las dos manos y
me acerqué a Andrea para que no estemos uno en cada punta. Ahí
empezaron a dar vueltas porque no sabían qué hacer”.
“Pasaron
10 minutos dando vueltas. Su idea era sacarnos por Tacuifí. En un
momento les dije: ‘tanto querían que nos volviéramos por montaña,
llévennos de vuelta a la montaña, al campamento oeste’.
Estábamos
en un territorio desconocido con gente desconocida, sin ninguna
seguridad», continuó Ramallo.
También aseguraron que durante todo el tiempo fueron filmados,
fotografiados y hostigados.
Incluso quienes se encargaron de
llevarlos desde la cabecera oeste de la montaña al muelle de Lewis,
en la cabecera de Tacuifí, fueron los mismos que los habían
arrojado al agua. Allí fueron entregados a la policía.

Ambxs comuncadorxs se están recuperando de lo sucedido y evalúan accionar penalmente por lo sucedido.
Cabe resaltar que la primera marcha a Lago Escondido se realizó en marzo de 2017, después de que Mauricio Macri afirmó, en defensa de Lewis, que el acceso al Lago ya estaba garantizado por un sendero de montaña.
Sin embargo, ese sendero representa una marcha de 3 días y entrenamiento adecuado, ya que hay que recorrer un trayecto de 44 kilómetros.
El resto del territorio sigue bajo su propiedad y custodiado por sus patotas.
*Fotografías: Radio Gráfica