¿LA TERCERA SERÁ LA VENCIDA?

Conflicto Rusia-Ucrania

¿LA TERCERA SERÁ LA VENCIDA?

Por Daniel Bello

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha mostrado muchos puntos para analizar tanto en lo geopolítico y la nueva configuración mundial que se abre ante nosotres como en la forma y los medios utilizados para comunicarlo al resto del mundo.

Se puede comenzar, por ejemplo, con la censura – a fines de febrero – a los medios informativos RT y Sputnik por parte de la Unión Europea bajo el pretexto que emitió la Comisión Europea, la cual consideró que ambos medios eran «maquinarias de propaganda» del gobierno ruso.

Puede continuar con el rol que asumieron las plataformas, como mencionamos en una nota anterior, cuando a principios de febrero Facebook informó que prohibía a los medios estatales rusos publicar anuncios y ganar dinero con ellos como consecuencia de la “invasión militar de Rusia a Ucrania”.

Las redes sociales digitales como Twitter también decidieron y tomaron parte en el conflicto: agregaron al perfil de periodistas la etiqueta de «Medios afiliados al gobierno, Rusia».
Macartismo siglo XXI.

Es necesario remarcar que en todos los casos solo se hizo hincapié en que Rusia fue quien acciona sobre redes y plataformas. Incluso, para reforzar la figura de un gobierno autoritario, se insistió en que las medidas rusas para defender su soberanía en materia de ataques cibernéticos o contra la utilización de fake news eran ataques contra la libertad de expresión.

Por ejemplo, hace unas semanas, desde el sitio Statista, se publicó un informe en el que se señala que Rusia es el mayor solicitante de eliminación de contenido de Google.

De acuerdo a lo publicado por Mónica Mena Roa, “desde 2016, se han disparado las solicitudes gubernamentales rusas de retirada de contenido remitidas a Google, y que afectan al buscador de Google, a YouTube y a Google Noticias, entre otros productos y servicios de la compañía” y que “estas solicitudes alcanzaron máximos en 2018 a raíz de la aplicación de leyes cibernéticas más estrictas en Rusia”.

“Rusia es, con diferencia, el país con más solicitudes de retirada de contenido remitidas a Google, lo que demuestra que su gobierno aún no ha conseguido dominar del todo la censura en Internet”, concluye.

Los datos utilizados provienen del informe de transparencia que genera el propio Google.
Cabe señalar que la empresa del buscador se retiró de Rusia generando problemas de almacenamiento en la nube y a lo que el Estado ruso señaló como la principal causa que el sector público tenga problemas de almacenamiento y procesamiento de datos. (https://www.kommersant.ru/doc/5258236).

Además, el Roskomnadzor, organismo de regulación de medios, informó que el motor de búsqueda había dejado de publicar los sitios web del Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior de Rusia para la audiencia rusa. ( https://www.kommersant.ru/doc/5294394).

En Argentina

En nuestro país, el apoyo a Ucrania por parte de la oposición política -JxC en particular y sobre todo- junto a los medios de comunicación hegemónicos se ha conformado en torno a un claro mensaje: se intenta mostrar a la coalición de gobierno que conforma el Frente de Todos como pro rusa y toda la carga negativa generada en torno a la figura de Putin por transición pase, con preferencia, al kirchnerismo.

Así se puede observar como en pos de ese objetivo se organiza la comunicación hegemónica:

Por otra parte, algunos segmentos de la televisión no escapan de esa construcción discursiva y también toman parte activa del asunto.
No hace mucho, tanto en el programa de Viviana Canosa como en el de Eduardo Feinmann, se utilizaron imágenes de un videojuego para “ilustrar” un informe en el que se buscaba mostrar los supuestos ataques rusos sobre población civil.

La constante utilización de fake news en el mundo y también en nuestro país han demandado un constante intento por tratar de legislar, o al menos, avanzar en medidas contra los daños que éstas producen contra la democracia.
Las fake news distan bastante de ser solo información falsa o desinformación de acuerdo a la claridad de trabajos como el de Ernesto Calvo y Natalia Aruguete y su última publicación “Fake News Trolls Y Otros Encantos”.

En nuestro país se pueden contabilizar dos intentos claros de avanzar contra las fake news y sus consecuencias: la creación del Observatorio NODIO y los anuncios que realizó la última semana en la materia el secretario de Asuntos Estratégicos y titular del Consejo Económico y Social (CES), Gustavo Beliz.

En el primer caso, vaya paradoja, el observatorio nació siendo víctima de las fake news (https://revistappv.com.ar/la-desinformacion-en-torno-al-nuevo-observatorio-de-noticias-maliciosas/).
Pese a que su creación no tiene por objeto la regulación, sí busca la pluralidad de voces desde el estudio cualitativo y cuantitativo de la violencia simbólica y las noticias maliciosas ya emitidas.

En el segundo, y con poco de estratégico, el anuncio dejó al borde del fracaso algo tan necesario como la regulación de las fake news y los discursos de odio que rápidamente se propagan gracias a las redes sociales digitales.

Parece una obviedad remarcar que las redes sociales digitales no son internet, pero cada vez se evidencia más la necesidad de avanzar en la alfabetización digital con su consecuente capacitación en el uso y manejo, ya no sólo de dispositivos y softwares sino también de las plataformas y redes sociales digitales.

¿La tercera será la vencida?