Entrevista a Jorge Fernández Román:
“LA IDEA DEL TEATRO INDEPENDIENTE ES DIFUNDIR LA CULTURA, REFLEXIONAR Y LLEVAR UN MENSAJE”
Por Dario Ferrazzano
Ph Portada: Diego Ancella
Luego de un año intenso de trabajo, charlamos con Jorge Fernández Román acerca del teatro, sus inicios, la tele y los proyectos por venir.
¿Cuál fue la primera obra que fuiste a ver al teatro y cómo fue que decidiste meterte en este mundo?
La primera obra que fui a ver fue en el primario, vinimos a Capital desde Pacheco, lo cual ya era una aventura de por sí, y más ir al teatro. La obra fue Galileo Galilei, no recuerdo el teatro pero fue una experiencia impactante.
Arranqué de casualidad, porque venía incursionando en la música, soy licenciado en sistemas y trataba de buscar una veta creativa. Fue de casualidad el teatro, gracias a José Luís Navarro (gran amigo) que organizaba un evento para juntar alimentos no perecederos como ayuda para los damnificados de la gran inundación que hubo en Santa Fe. Hacía un espectáculo y necesitaba gente que le dé una mano. Me insistió mucho hasta que accedí y me subí al escenario, y fue algo sublime. A partir de ahí, hice dos temporadas con él de una obra suya “Todos somos Fantasmas”, luego me metí en “Timbre 4” para hacer mi formación. Ese fue el comienzo. Yo no fui a buscar la actuación o el teatro, sino que me vino a buscar a mí o me encontró en el camino.
¿Qué tan distinto es trabajar en la tele y en el teatro?
El trabajo de teatro y de tele/cine son dos caminos distintos. En teatro hay mucho trabajo previo: el ensayo, trabajo con el director y con los compañeros generando vínculos. Y cuando estrena queda en manos de los actores sin posibilidad de edición de lo que está pasando en el escenario, es un vértigo inmenso. Cuando uno filma hay menos trabajo previo, pero hay un montón de trabajo de filmar una misma escena con ángulos distintos, el final se graba antes que el principio o en el medio… Requiere estar mucho tiempo esperando y, de repente, entrar a grabar una situación, es entrar y salir constantemente. Son ejercicios distintos, pero todo se trata de actuar y actuar es eso: tener que recrear con la mayor realidad posible una historia que es mentira o que no nos pertenece a los actores.
¿Cómo te preparás para recrear con la mayor realidad posible una historia que no te pertenece?
Para la construcción de los personajes en general lo que trato, más allá del texto y sus detalles, es generarle un mundo interior y una historia y un pasado. Trato de imaginar dónde nació e incluso busco fotos de ese pueblo, dónde fue al colegio, si tiene hermanos, quienes son los padres, dónde y cómo se crió, cómo fue su infancia como para tratar de generarle un mundo interior, y que este personaje que me va a habitar no venga vacío, sino con un contenido de historia.
¿Sentís que tenés algo pendiente en el teatro?
Pendiente me queda una lista enorme de cosas y gente con las que trabajar, hace “apenas” 10 años que estoy en teatro. Estoy viendo varios unipersonales y me interesa explorar ese camino. Da un poco de vértigo, sólo en el escenario, pero es interesante esta cosa desde un solo personaje contando una historia sin que parezca un loco hablando solo. El año que viene continúo con dos proyectos que ya vienen de este año y anteriores: Padre Pedro de José Ignacio Serralunga y El Amor es un Bien, que es una versión de Tío Vania que escribió Francisco Lumerman. Hay dos proyectos que continúan y en la cabeza tengo esto: ir viendo el tema de un unipersonal.
Contanos un poco con qué nos vamos a encontrar en esas obras
En enero reestrenamos El Amor es un Bien (6ta temporada) que transcurre en la actualidad, en Carmen de Patagones. Toma los 5 personajes principales de la obra original y mantiene la esencia bucólica en donde parece que nada pasa y, en realidad, está pasando por debajo y es como un huracán, como una lava que se está generando, gestando y que en algún momento brota.
Padre Pedro está atravesada bastante por la violencia de género, de hecho participó del 5to festival de teatro sobre violencia de género en el Rojas. Es una obra fuertísima que cuestiona los preceptos y mandatos de la religión (sea católica u otra que tenga estructura de mandatos y patriarcal). Genera mucha controversia, porque si bien el personaje de ayudante de cura está casado y es violento con su esposa, se lo presenta desde un lugar donde pareciera que casi es víctima. Es una obra que está escrita hace 10 o 12 años y ahora toma una relevancia más importante porque la sociedad está cambiando y, por suerte, estamos mirando esas cosas.
En Padre Pedro hacés el papel de cura ¿Cuánto influyó la religión en tu vida?
La religión en mi vida nunca fue muy importante y a raíz de Padre Pedro me cuestiono bastante más el tema de las religiones, sobre todo cuando cuestiona al Estado que debe generar leyes y promulgarlas para toda la sociedad y no solamente para un sector determinado con una creencia determinada. Respeto la fe y la creencia en un ser superior, pero la construcción de la Iglesia como una Institución que te rige y que te marca… Llega un momento en el Siglo 21 que no tiene mucha cabida. Padre Pedro cuestiona muchas cosas como el celibato y se plantea desde un lugar personal donde el cura es un hombre como cualquier otro, con su necesidad de alimentarse, de tener su familia, de amar. Y, entonces, ¿por qué debe mantenerse ese status quo del celibato?
¿Cómo ves la situación del teatro hoy en día?
Me parece que las dificultades siguen siendo siempre las mismas en esta época. Obviamente, el teatro pasó dificultades más grandes en la época oscura del país donde hacer teatro era riesgo de vida, hoy nos encontramos por suerte desde otro lugar con dificultades que son propias de nuestra época. Más allá de las cuestiones económicas, la difusión está en un lugar de bisagra. Hoy tener prensa te pone un lugar, sí, pero no trae gente. Romper esa barrera del círculo de gente conocida del elenco creo que es una dificultad que si bien existe desde siempre, es el nuevo desafío: hacer trascender, correr el boca a boca. También noto que muchas obras de teatro están tratando de funcionar a la gorra y funciona: la idea en general del teatro independiente es tratar de vivir de nuestro trabajo pero, más allá de eso, es difundir la cultura y entretenimiento y muchas veces hacer reflexionar y llevar un mensaje. Es importante más allá de ganar dinero que la sala esté llena. Está cambiando la forma de cobrar la entrada y dejar librada a la salida que la gente ponga lo que puede o considera que vale la obra.