#JUSTICIAPORLILA: DERECHOS INFANTILES VULNERADOS
Por PPV
Mañana, jueves 15 de febrero, se cumple un año del secuestro de Lila (así es su nombre ficticio de modo de resguardar la verdadera identidad), la niña de apenas 4 años que fue arrebatada de la casa donde vivía con su mamá para obligarla a vivir con una persona amiga de su progenitor quien fue denunciado, por la propia nena, por abuso hacia ella.
«Lila fue víctima de violencia sexual por parte de su padre, y cuando su madre la llevó a Córdoba para protegerla dadas la desprotección por parte de la justicia riojana ante el abuso, la justicia no les creyó ni les brindó apoyo. Al contrario, el 15 de febrero de 2023, las juezas Flamini, Favaron y Valdez de La Rioja, ordenaron que Lila fuera separada de su madre y entregada a una de las personas que encubrió al agresor. Desde entonces, Lila vive con esa persona, sin poder ver ni hablar con su familia materna, que la ama y la extraña. Su madre tiene una tobillera electrónica que le impide acercarse a su hija, y vive con el dolor y la impotencia de no poder abrazarla ni consolarla. Nadie sabe cómo está Lila, qué siente, qué piensa, qué sueña. Es una niña de cinco años que ha sido arrebatada de su hogar, de su vida, de su felicidad. Esta es una historia que no debería existir, que clama por justicia, por verdad, por amor», sostienen desde el colectivo Ni Una Menos de Córdoba.
Lila y sus derechos vulnerados
Cuando Lila nació en el año 2018 en La Rioja, su mamá y su papá no vivían juntxs. Con una depresión post-parto y en estado de puerperio, la mamá enviaba mensajes telefónicos al padre de la niña pidiéndole ayuda. Ante ello, el progenitor se presentó a la justicia y consiguió se dictamine una cautelar en la que reclamaba el cuidado de su hija. Ante este litigio, cuando la madre se presenta ante la justicia, se comprueba que su salud mental estaba alterada debido a las evidencias de ejercicio de violencia de parte del padre hacia ella. Sin embargo, llegaron a un acuerdo.
Durante los primeros años de vida de Lila, se respetaron los acuerdos judiciales respecto a la guarda y visitas, pero, en el año 2021 la madre comenzó a observar actitudes extrañas de su hija quien, además, se negaba, llorando, a ir a la casa de su padre, incluso, se llegó a hacer pis encima. Finalmente, un día le contó a su madre que sufría abuso de parte de su padre.
La palabra de la niña fue suficiente para que, en noviembre de ese año, la madre presentara una denuncia de abuso sexual hacia la infancia contra el progenitor, pidiendo medidas de protección para “Lila”.
Si bien la Secretaría de Mujer y Diversidad emitió un informe a la jueza Gisela Famini donde daba cuenta de como la violencia crecía y las medidas eran incumplidas, la justicia riojana falló a favor del progenitor y facilitó la revinculación con su padre.
La abuela de Lila contó que su hija, la mamá de la nena, sufrió todo tipo de amenazas, incluso de muerte, lo que motivó que se mude con Lila a Córdoba donde vive desde el 2021.
Madre e hija vivieron juntas hasta el viernes 15 de febrero del 2023 cuando, en medio de los preparativos para viajar a La Rioja para participar de una audiencia ordenada por la jueza de menores Alicia Nicolasa Valdez, la policía ingresó en el domicilio y se llevó a la niña con una orden judicial firmada por el Juzgado de Familia 8A, a cargo de María Alejandra Mora. Y, desde hace un año, la madre no sabe nada de la niña.
La historia de Lila es similar a la de Arco Iris, también en La Rioja. Ambas niñas ven vulnerados sus derechos. Ambas niñas resultan ser revictimizadas por una justicia patriarcal y sin perspectiva de género.
Marcha
Este jueves 15 de febrero a las 20 hs se llevará adelante en la plaza 25 de Mayo frente a los Tribunales de La Rioja una concentración que pide, grita #JusticiaPorLila y parar con tanta injusticia.
- Con información de La Tinta