FUERTE CAÍDA DEL CONSUMO Y UNA FIESTA PARA POCXS
Por Ignacio Vila – Centro de Economía Política (CEPA)
La argentina de 2019 enfrenta serias dificultades económicas. Transita una recesión que amenaza con continuar durante todo el año, junto con la caída de la actividad industrial, el crecimiento del desempleo, la inestabilidad cambiaria, los altísimos vencimientos de deuda y un fuerte descontento social debido al permanente aumento de los servicios públicos y los alimentos. Durante las primeras semanas de enero, el (des) Gobierno Nacional ha publicado indicadores y estadísticas correspondientes al último tramo de 2018. Los datos no hacen otra cosa que confirmar las serias dificultades económicas que atraviesa nuestro país.
El Diputado Nacional por la Alianza Cambiemos, Fernando Iglesias, fue quien definió sutilmente esta realidad asegurando que “Hay un balance muy favorable en todos los terrenos que no sean el económico.” Durante 2018, por ejemplo, la tasa de inflación fue, aproximadamente, del doble de lo que había sido en los últimos años del gobierno anterior. Con un agravante: en la actualidad, la alta inflación se combina con un aumento del desempleo y con una menor velocidad de aumento en los ingresos de lxs trabajadorxs. Hay menos empleo y menos ingresos. El inédito aumento de las tarifas de servicios públicos profundiza la problemática: sigue achicando los ingresos. La sumatoria de esto han generado un fuerte impacto en una variable fundamental de la economía nacional como es el consumo interno. Además, otra variable fundamental que ha caído en su nivel de participación fue la inversión pública. Esto es motivo de festejo para el gobierno que, desde el inicio de su gestión, ha planteado que el problema central de la economía nacional es el exceso de gasto público.
En una nota publicada en Revista PPV, en Septiembre del 2017, decíamos que: “En nuestro país, la sumatoria de las variables ‘Consumo Público’ y ‘Consumo Privado’ explican alrededor del 85% del PBI. No se trata de un caso aislado si tenemos en cuenta los 28 países que conforman la Unión Europea, donde el Consumo Público y Privado se llevan el 77% del PBI europeo. En ese sentido, se puede observar que el Consumo Privado de los 28 países de la Unión Europea creció un 9% entre 2004 y 2014, es decir, no se trata de una variable que va perdiendo peso sino todo lo contrario.” Destruir ambos factores en nombre del fin de una fiesta y de las cuentas sanas ha sido una estrategia demencial e insensible. El objetivo de la economía nacional no puede ser otro que la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. La lógica de ´’te va a ir peor unos años, pero es por tu bien’ no tiene ningún sentido económico colectivo, sino más bien fines políticos, busca que la clase subalterna vuelva al lugar ‘que le corresponde’ ”.
Sin embargo, el cuadro es bastante peor que lo expuesto hasta ahora. La principal caja financiera durante el macrismo ha sido la deuda externa. Desde antes del inicio del gobierno, los principales referentes del macrismo habían planteado que tomar deuda de Instituciones estatales en pesos y a bajas tasas no hacía más que enfermar a las Instituciones prestatarias. En su lugar, han tomado deuda en dólares y a tasas sensiblemente mayores.
Los resultados del macrismo en sus primeros tres años han sido paupérrimos. Las subas de las tarifas “llegarán a acumular más de 3500%”, aseguran desde la Universidad de Avellaneda. La pérdida de poder adquisitivo con respecto al promedio de 2015 ha sido de un 21,5% a diciembre del 2018, de acuerdo a informe del CEPA. Con respecto a los despidos, el 2018 registró casi 70 mil, llegando a duplicar la cifra de 2017, asegura CEPA. De acuerdo a los últimos datos publicados en INDEC, la deuda externa pública asciende a 254.980 millones de dólares, mientras que, a fines de junio de 2015, el propio organismo la estimó en U$S 149.458 millones. En resumen, a pesar de un ingreso extraordinario de divisas generado a partir de la deuda externa, la economía nacional no ha dejado de generar malas noticias para lxs trabajadorxs, las Pymes y la Economía Solidaria. La política de reducir el Consumo Interno así como el Consumo público ha mostrado, nuevamente, resultados antipopulares y no hay señales de que el gobierno busque revertir esta situación. Millones de perdedorxs han sostenido la ganancia de unos miles de ganadorxs.