ESCOLARIDAD EXTENDIDA

ESCOLARIDAD EXTENDIDA

Por Beatriz Chisleanschi

El Ministerio de Educación de la Nación se puso a la ofensiva cuando el titular de la cartera, Jaime Perczyk, comunicó la posibilidad de extender una hora más las clases en las escuelas primarias de jornada simple en todo el país. Es decir, pasar de las tradicionales e históricas cuatro horas a cinco.

Lo que motiva la medida según expresó el ministro es poner «en el centro de la discusión de la educación a los chicos, las necesidades que tienen de más aprendizaje. Más horas de clase, indudablemente, son mejores condiciones para aprender».

La propuesta, que será analizada por el Consejo Federal de Educación en el día de hoy presenta tres variables.

-Adelantar el ingreso de los chicos a la escuela. Es decir, que el turno mañana pase de 7:00 a 12:00 o de 7.30 a 12.30 y el turno tarde lo haga de 13:00 a 18:00 o de 13:15 a 18:15 horas.

-Retrasar la salida de los chicos con la dificultad, en este caso, que se presentaría superposición horaria.

-Mantener las cuatro horas de clase por día en la semana y sumar una jornada los sábados.

El ministro informó que actualmente «el 86% de los chicos en la Argentina tiene cuatro horas de clase en la primaria» y que el propósito es «impulsar un piso mínimo de 25 horas para todas las escuelas».

De esta manera de las 720 horas anuales tendrían 950 horas, lo que equivaldría a 38 días de clase. Si se aprueba esta iniciativa, Argentina pasaría a ser el país con mayor carga horaria en primaria de la región.

“La apuesta de extensión de la jornada en la primaria viene a atender el problema de raíz. Los dos años de pandemia hicieron mella en los aprendizajes. El foco estará en que esa hora extra se destine a fortalecer la lectoescritura y la matemática”, señaló Perczyk, oportunamente.

En sintonía con el Ministerio de Educación Nacional, el ex ministro de Educación y actual titular de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, consideró que
«La idea de incrementar horas en las escuelas, es una buena idea», remarcó que «habría que trabajar y ver las condiciones» y opinó que «no es necesario que todas las escuelas estén dentro de este programa».

«Si se pudiera organizar en todo el país sería un gran paso para el sistema educativo porque esto significa más horas de matemáticas, más de lengua, más horas de estudio», aseveró el funcionario a Radio Provincia.

El Gobierno nacional pretende arrancar con esta jornada extendida en el mes de mayo.  La propuesta, que fue bien recibida por la mayoría de las jurisdicciones del país, alcanzará a alrededor de 10 mil escuelas y demandará una inversión de 18.000 millones de pesos, según informaron fuentes oficiales.

En el anuncio el funcionario también confirmó que se va a «continuar con la ampliación de las salas de 3, para que los chicos puedan anticipar su escolarización y puedan tener ese contacto pedagógico» lo antes posible.

La voz de las bases

Los gremios docentes hicieron sentir su voz apenas conocida la propuesta.

«Sin los docentes esta extensión de horario escolar no va a poder hacerse. Una medida así debería haberse consultado» –señaló Sonia Alesso, secretaria General de CTERA a Futurock.

Asimismo, dicha organización gremial de alcance nacional emitió un comunicado en el que, entre otras señala “Ante las noticias difundidas por los medios de comunicación sobre la decisión unilateral del Ministerio de Educación Nacional referidas a la modificación de la jornada escolar de la educación primaria, desde CTERA planteamos el rechazo de toda modificación del sistema educativo que vulnere los derechos laborales, implique una sobrecarga en el trabajo docente y no esté orientada hacia la cualificación del sistema educativo”.

El comunicado firmado por Roberto Baradel, secretario general adjunto de CTERA  junto a Sonia Alesso, Secretaria General CTERA, y el secretario de Educación, Miguel Duhalde, exigió también una urgente convocatoria a la Paritaria Nacional Docente para discutir toda reforma que el Gobierno esté pensando y que de una u otra manera afecte los puestos y procesos de trabajo docentes, la organización institucional de las escuelas, las condiciones laborales y los derechos adquiridos”.

Ademys, el gremio docente con incidencia en CABA, también rechazó la propuesta “Rechazamos esta medida inconsulta, que desorganiza la rutina ya establecida por las familias, y genera una extensión de la jornada de trabajo, cuando ya la docencia trabaja dos o tres turnos para llegar a fin de mes.

En lugar de invertir en construcción de escuelas, infraestructura, material didáctico, garantizar equipos y conectividad, incrementar el salario docente para promover una reducción de la jornada laboral docente que permita una mayor capacitación y tiempo de formación pedagógica, el gobierno impulsa una medida que responde a los intereses empresariales, poniendo a las escuelas como guarderías donde depositar a las niñeces durante más horas.

Esto no implicará un mayor y mejor proceso de enseñanza y aprendizaje. Más horas y días de clase no implican una mejor educación si no se desarrollan otras políticas, si no se mejoran las condiciones socioeconómicas en las que más del 50% de las infancias está bajo la línea de pobreza.” –señalaron.

En tanto, docentes nucleados en el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) manifestaron su preocupación y pidieron ser convocados para debatir. Un reclamo al que se unen la mayoría de lxs docentes del país y sus respectivas organizaciones.

Los Sí y los No de la propuesta

La extensión de la jornada escolar abre interrogantes que derivan en algunos esbozos de respuestas.

  • ¿Es necesario intensificar la calidad en la formación de lxs estudiantes?

Decididamente sí. Toda medida que apunte a que nuestrxs niñxs egresen de nuestras escuelas con mejores niveles de aprendizajes debe ser siempre bienvenida.

  • ¿Es con la extensión de la jornada que se logrará?

Probablemente mayor cantidad de horas pueda ayudar, pero si no están acompañadas de una reforma estructural seria y consensuada, la intención caerá en “saco roto”.

  • ¿Son las 7.00 o 7.30 horas un horario adecuado para que niñxs de 6 a 12 años ingresen a las escuelas?

Claramente No. Quienes transitan las aulas escolares a diario saben perfectamente que las horas de 7.00 a 8.00 son muertas. Es imposible lograr concentrarse con sueño, al que en invierno se le suma el frío, con el agravante de que en muchas escuelas carecen de calefacción y en otras (o en las mismas) panzas vacías por no haber cenado y mucho menos desayunado.

  • ¿Es probable que lxs docentes cobren más por esa hora que se agrega?

Las paritarias docentes siempre son muy dificultosas de llevarse con éxito y muchas jurisdicciones, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, han reducido sus presupuestos educativos o hacen lo imposible para pagarle a lxs trabajadorxs de la educación sin tiempos y sin formas. ¿Van a destinar entonces más dinero para pagar salarios?

  • ¿Se puede hacer una modificación en las condiciones laborales de lxs trabajadorxs sin su consentimiento?

No. Así sin mayores aclaraciones.

  • Si la educación de lxs hijxs es organizadora de los horarios familiares, una medida de estas características tomada de un día para el otro ¿no alterará toda la dinámica al interior de los hogares?

Evidentemente sí. Los cambios implican reorganización y la reorganización tiempo.

Se puede caminar hacia una educación de calidad, pero para ello, no se puede dejar afuera a ninguno de lxs actorxs que hacen al sistema educación: estado, familia y trabajadorxs de la educación.

Una vez más, es con todxs.