SE ABREN IMPORTANTES POSIBILIDADES GEOPOLÍTICAS PARA EL COMERCIO ENTRE ARGENTINA Y CHINA, PERO MILEI NO LA VE
Por Matías Jauregui
A poco más de un mes de las elecciones de EEUU, podemos ver cómo la geopolítica puede ser un viento de cola para el gobierno de Milei, quien, además, no colabora cada vez que abre la boca en términos de relaciones internacionales.
La tensa relación entre China y Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea pone a los productos agroindustriales de la región en un lugar importante en el mercado mundial, aprovechado por el gobierno de Lula, posicionando a Brasil a la cabeza. En el primer semestre del año las exportaciones agroindustriales brasileñas a China fueron ocho veces superiores a las argentinas.
Podemos ver, por ejemplo, cómo a pesar de estar habilitada la exportación de maíz argentino a China desde mayo, los embarques siguen pendientes por una decisión política de Xi Jinping, perjudicando la entrada de divisas a nuestro país.
China es el actor más importante del mundo en el mercado de maíz y soja. Un ejemplo de esa importancia la pudimos ver en estos días, cuando la soja estadounidense se convirtió en la más barata del mundo por temor a la segunda edición de una “guerra comercial” entre China y Estados Unidos. Sumado a esto, el apoyo de Estados Unidos a Taiwan frente al conflicto con China empeora aún más esta relación.
¿Qué pasaría si gana Donald Trump? La guerra comercial con China se agudizaría, los commodities pasarían a tener un rol muy importante y, en Argentina, el gobierno de Milei tendría el viento de cola que está buscando con el blanqueo de capitales.
En ese contexto, el gobierno de Milei tendrá que elegir muy bien sus alianzas. Hace unos días el gobierno chino amenazó con bloquear el ingreso de colza, trigo, carne porcina y vacuna canadiense después de que su Primer Ministro pusiera un arancel del 100% a la importación de vehículos eléctricos chinos y otro del 25% al acero y al aluminio. A pesar de esto, China no se quedaría sin colza, sino que la reemplazaría por colza de Australia, Ucrania y Sudamérica.
Sumado a este conflicto con Canadá, la Unión Europea y Estados Unidos decidieron poner también un arancel a la importación de vehículos eléctricos chinos, lo que alertó al gobierno de Xi Jinping , quien analiza sancionar a los productos cárnicos y lácteos de dichos países.
Esta segunda edición de la “guerra comercial” (la primera fue entre 2017-2020) entre la OTAN y China, podría generar nuevas oportunidades para nuestro país.
China importa el 20% del mercado de carne porcina del mundo, siendo la Unión Europea el mayor exportador. Si China continúa en conflicto con la Unión Europea, beneficiaria a otros exportadores, como es el caso de Brasil y Argentina.
Lula, es el único que está entendiendo esto. Brasil gracias a los BRICs y su relación con China, es protagonista en el mercado mundial de maíz, mientras que Estados Unidos y Argentina la ven de afuera. China está buscando reducir las importaciones de maíz estadounidense por una nueva “guerra comercial” y la posible victoria de Donald Trump. Teniendo en cuenta que la cosecha brasileña de maíz no podría ser del volumen esperado, podría darse una oportunidad para el maíz argentino, que el presidente Javier Milei no debiera darse el lujo de desaprovechar.
Algunos datos del contexto geopolítico y su impacto en Argentina
En la Argentina podemos ver como en los últimos seis meses, las exportaciones a China fueron un 22 % más bajas que las importaciones de bienes de ese país, dando déficit comercial, sobre el cual el gobierno tendría que trabajar, intentando aumentar las exportaciones a ese país.
Cuáles son las negociaciones que se trabaron con china por la brutalidad de nuestro Presidente:
La apertura del mercado chino de menudencias bovinas (que ya logró Uruguay y Brasil)
- La habilitación de las exportaciones de carne aviar y garras de pollo.
- La habilitación de exportación de maíz.
En cuanto a las importaciones, el análisis es más profundo, ya que estas perjudican a sectores hoy con protección del Estado, como es el caso de los celulares y electrodomésticos, ensamblados en Tierra del Fuego, en el marco de un régimen de promoción. Régimen que, por un lado, incentiva a la creación de puestos de trabajo pero, por el otro lado, garantiza rentas extraordinarias a un grupo de familias, como la familia Caputo.
La industria electrónica de la provincia de Tierra del Fuego está monopolizada por el grupo Mirgor, de Nicolás Caputo, primo del actual ministro de Economía, Luis Caputo.
El ministro de economía planea construir un puerto industrial de aguas profundas en Tierra del Fuego que será de operación privada por 50 años y disponible por un arancel al resto de las empresas de la zona.
Según analistas vamos hacia un escenario en el cual los activos ficticios (como los cripto activos sin respaldo) tenderán a desaparecer y las economías se volcarán a recursos escasos como los commodities, minerales, la tierra productiva y el capital intelectual, recursos que en Argentina abundan y que el estado tiene que administrar y regular en favor de todo el pueblo argentino y no de una minoría concentrada.