CULTURA VIOLENTA
Por Darío Ferrazzano
En Santiago del Estero (La Banda) se suicidó un chico de 13 años, luego de haber jugado varias partidas del juego Free Fire, popular juego del estilo Battle Royale. Este juego consiste en una simulación muy real de 50 personas secuestradas y abandonadas en una isla desconocida que deben luchar por su supervivencia eliminando a otros participantes. La partida dura como máximo 10 minutos, luego de los cuales queda un ganador. La temática es muy parecida a la película japonesa del año 2000: Batalla Real. En este film de Kinji Fukasaku, 42 estudiantes eran trasladados a una isla y obligados a matarse entre ellos hasta que quedara un solo superviviente en un lapso de 24 horas, de no encontrar ganador en ese periodo de tiempo, todxs eran asesinados.
Este año, en Brasil, dos chicos de 17 y 25 años causaron la denominada Masacre de Suzano al entrar a su ex escuela vestidos como los personajes de Free Fire y matando a 8 personas. A raíz de este hecho, en Brasil están estudiando la prohibición de este juego que se descarga en cualquier celular, como así también otros juegos del mismo estilo como Fortnite.
También en marzo de este año, en Nueva Zelanda, un racista extremista ingresó a dos mezquitas y empezó a disparar a la gente que se encontraba en los templos. Si bien su motivo fue el odio religioso y racista, el accionar de Brenton Tarrant (admirador de Trump) y su puesta en escena (trasmitió todo en vivo por Facebook a través de una cámara colocada en su cabeza) hizo recordar a los videojuegos de primera persona como el Call of Duty, Doom, Resident Evil, etc.
Si bien los casos son aislados, no dejan de ser un disparador para (re) plantearnos lo que estamos consumiendo (y qué les damos para consumir a lxs chicxs) como forma de diversión: Violencia. Muchos nos hemos criado jugando a juegos parecidos (la única diferencia es que la tecnología no era lo suficientemente realista como lo es ahora). Pero, con el correr de los años, este tipo de diversión se volvió más sangrienta y realista y casi común para cualquier casa que tiene una consola o computadora. Aunque en 2018 el juego más vendido fue el Fifa 19, con sólo bajar unos puestos en la lista empiezan a aparecer los juegos tipo Battle Royale.
La pregunta que se genera es qué es lo que lleva a la gente a elegir este tipo de juegos, ¿será la fantasía de realizar lo prohibido? ¿Por qué divierte convertirse en un asesino virtual? ¿Cuál es la satisfacción que genera atropellar a una persona virtual? Ya está naturalizado ofrecer a lxs pibes este tipo de juegos, que se pasen horas frente a las consolas o celulares emulando asesinatos y lo más preocupante es que naturalizan la muerte o tortura a través de una pantalla.
Las redes sociales tienen una doble moral con respecto a este tipo de imágenes: mientras que una foto que puede herir la susceptibilidad de quien la mire es tapada con un aviso pero sigue estando disponible para quien lo desee, una foto de una mujer amamantando es considerada transgresora de las normas y la consecuencia es la censura de la foto y el bloqueo de la cuenta que la subió.
Quizás deberíamos replantearnos los conceptos de diversión que tenemos para nosotrxs y que también ofrecemos a lxs pibes. Quizás deberíamos dejar de naturalizar y enaltecer tanta violencia virtual para darle lugar a la belleza real que tenemos alrededor y no vemos por estar horas y horas delante de pantallas que nos invitan a ser alguien que no somos: por ejemplo asesinos.