Por decreto privatizan AYSA
VAN A PRIVATIZAR HASTA EL AIRE QUE RESPIRAMOS
Por PPV
En el día de hoy, martes 19 de agosto, a través de un Decreto, el gobierno de Javier Milei dispuso la privatización de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), horas antes había hecho lo propio con las hidroeléctricas.
Respecto a la empresa proveedora de agua potable y cloacas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), tal como figura en la Resolución 1198, publicada en el Boletín Oficial, será un banco público el encargado de tasar las acciones que el Estado pondrá a la venta en los próximos meses.
De este modo, el Gobierno Nacional, cumple con lo establecido en el mes de julio cuando tomó la decisión de transferir al sector privado el 90% del capital accionario de AySA, actualmente en manos del Tesoro.
El plazo que se han dado para concretar esta privatización es de 8 meses durante los cuales buscarán a un operador estratégico al que le adjudiquen, luego de una licitación nacional e internacional, el 51% de las acciones. El resto se colocarán en la Bolsa de Comercio en tanto que un 10 % que queda por fuera del paquete corresponde a lxs empleadxs que participan mediante el Programa de Propiedad Participada.
También las hidroeléctricas caminan hacia su privatización. Lo que es una gran fuente de ingresos para el Estado Nacional, quedará para beneficio de una empresa privada.
El decreto 590/2025 corrigió un error en la transferencia de acciones de Enarsa a la Secretaría de Energía y abrió el camino para la reprivatización de las represas Alicurá, El Chocón, Cerros Colorados y Piedra del Águila. Estas concesiones, que habían vencido en 2023 tras 30 años, deberán pasar a nuevos operadores a partir de enero de 2026. El Gobierno estableció que las actuales concesionarias deberán seguir operando hasta que se concrete el concurso público nacional e internacional.
Esas centrales, que están ubicadas sobre el Río Limay en Neuquén y Río Negro, representan el 10% de la generación de energía del país y son clave por ser de producción limpia y porque el costo es menor que las que utilizan combustibles fósiles para operar (las centrales térmicas).
La convicción de Javier Milei de que es un topo que vino a destruir el Estado y la necesidad de ingresos para cancelar deudas ratifican su decisión de privatizar hasta el aire que respiramos.