TAREAS Y PROPUESTAS DE LA CLASE TRABAJADORA FRENTE A LA PANDEMIA
Por Ana Belén Marrello
@AnaBMarrello
El secretario general de la CTA de lxs Trabajadores y diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Hugo Yasky, se refirió a las tareas del movimiento popular en el marco de la pandemia del COVID-19 y al contexto socioeconómico que sobrevendrá.
En un video (1) difundido por el Instituto de Estudios de América Latina, que pertenece a la central obrera, IDEAL-CTA, el dirigente docente y también presidente de la Internacional de la Educación para América Latina aseguró “la Argentina enfrenta el Coronavirus con un Estado prácticamente desarticulado, con un sistema de salud golpeado después de cuatro años de sucesivos ajustes, con un cuadro social donde la existencia de millones de argentinos debajo de la línea de la pobreza y de millones de argentinos viviendo en la indigencia nos ponía ya, en términos sociales, con las defensas muy bajas para enfrentar las consecuencias del aislamiento, que significa parálisis económica, y tener que sostener las demandas de los que, como su vida es día a día, lo que ganan a la mañana lo cenan en la noche y hoy están en condiciones deplorables”.
Frente a esta situación, el gobierno que encabeza Alberto Fernández reaccionó con un paquete de medidas para paliar las graves consecuencias sobre los sectores más vulnerables y la actividad económica. Las mismas están detalladas en un informe (2) elaborado por Mariana L. González, integrante del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), también perteneciente a la CTA-T.
Asimismo, Yasky reiteró la imperiosa necesidad de que esta crisis no caiga nuevamente sobre lxs más desprotegidxs, en un país donde más de la mitad de lxs ocupadxs son asalariadxs no registradxs o cuentapropistas y donde el nivel de pobreza, antes de la pandemia, alcanzaba a 35,5% de la población. Y, en ese sentido, ratificó la importancia de debatir en el Congreso el impuesto extraordinario al 0.2% de lxs contribuyentes de bienes personales, a quienes tienen mayor capacidad contributiva, para paliar la emergencia sanitaria y las consecuencias socioeconómicas que generará.
El coordinador de CIFRA, Pablo Manzanelli (3) detalló: “Se trata de 12.000 personas con un patrimonio superior a 3 millones de dólares del total de bienes personales declarados, que podrían llegar a aportar poco menos de 1% del PBI, incluso, la situación amerita, tal como lo planteó el proyecto original de la CTA, que también hagan un aporte extraordinario las 500 empresas de mayor tamaño, las cuales acumularon importantes ganancias y las mantuvieron en reservas dolarizadas en los últimos años”.
Sin embargo, un sector de la sociedad, integrado por quienes forman parte de los grupos económicos más poderos, ve peligrar sus privilegios y, a través de sus vocerxs de turno, convocan a ‘cacerolear’ o a intentar terminar con el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
“Sectores del poder dominante, del poder fáctico, de las cúpulas empresarias más poderosas, de la banca financiera, sus representantes en las fundaciones y ONG, los grandes medios de comunicación; todas esas voces se empiezan a activar para tratar de lograr establecer las reglas de juego”, señaló Yasky.
En el año 2008, la crisis que se produjo tras el estallido de la ‘burbuja financiera’ implicó en el mundo la pérdida de 22 millones de puestos de trabajo. Luego del cierre del ciclo de la pandemia actual, según estimó recientemente el director general de la OIT, Guy Ryder, la pérdida se traducirá en alrededor de 195 millones de puestos de trabajo. “Además, el año 2008 marcó el fortalecimiento de lo peor de los grupos dominantes en esta etapa del neoliberalismo, es decir, se fortaleció lo peor del sector financiero”, expresó el diputado nacional en relación al sector que lejos de fomentar la producción nacional, su mero fin es el de la especulación.
“¿Cómo vamos a salir de la crisis? –planteó Yasky, y agregó- ¿Con más pobreza? ¿Con más privaciones? ¿Con más penurias sociales? ¿Con menos fuentes de trabajo? ¿Con un país convertido prácticamente en una tierra arrasada donde solamente van a quedar algunas actividades extractivas, algo vinculado a la exportación? ¿O vamos a tratar de generar las condiciones para que desde el movimiento popular, y con un gobierno surgido del voto popular, se pueda torcer el timón hacia otro mundo? Hacia el rumbo de un país que vuelva a tener producción, que vuelva a generar empleo, que vuelva a generar ese círculo virtuoso de la economía que sí o sí requiere de la capacidad de consumo de los sectores internos”.
“Los 1450 despidos de Techint, la empresa de Paolo Rocca, el hombre más rico de la Argentina, no se justifican desde ninguna ecuación económica. Fue el primer movimiento fuerte de la clase dominante argentina para ponerle límites a esto que ellos ven como algo amenazante – manifestó el diputado y argumentó – Todo lo que significa poner por delante el valor de la vida, la protección de los más débiles y eso sustentado con políticas públicas del Estado, en la decisión de contener al conjunto de la población, todo eso lo ven con resquemor, con desconfianza, les huele a ‘populismo’, a querer volver a instalar en la Argentina una agenda que tenga que ver con pensar un país donde haya una distribución más justa de la riqueza, un Estado presente y un movimiento popular con vitalidad para sostener esos avances”.
Al mismo tiempo, Yasky consideró como positivo para el conjunto del movimiento obrero y sindical la propuesta del Gobierno a los acreedores externos de reestructuración de la deuda con el sector privado bajo legislación extranjera, cuyo pago sería a partir del 2023 y con una “quita nominal implícita que asciende al 32,3% de los vencimientos totales que incluyen tanto capital como intereses”, tal como explicitó Manzanelli en el último informe de CIFRA (4).
Para concluir, el titular de la CTA subrayó la importancia de discutir una reconfiguración del sistema impositivo en la Argentina y poner en agenda la Ley de Entidades Financieras “que es el huevo de la serpiente que dejó enterrado la dictadura genocida”, de la mano del por entonces Ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz.
“Hay que empezar a discutir los cambios que hacen falta en las estructuras del Estado para que este país vuelva a ser capaz de generar producción, consumo interno, ahorro para la inversión. Terminar con el estigma de la fuga, de la especulación a través del dólar y empezar a poner norte hacia la producción nacional. Es un momento en el que se van a tensar las fuerzas. En esta coyuntura, episódicamente, el movimiento sindical se ve desprovisto de una de sus principales fuerzas, la movilización, pero eso no quiere decir que estemos ausentes. Hay que volver a convocar a la unidad del campo popular, lograr que el campo popular, en sus más extensas expresiones, con la mayor amplitud, pueda pronunciarse en torno a la necesidad de defender este camino”.
(1) https://www.cta.org.ar/aportes-para-el-debate-en-el-marco.html
(2) https://www.cta.org.ar/medidas-socioeconomicas-ante-la.html
(3) https://www.cta.org.ar/suplemento-de-la-cta-en-pagina-12.html
(4) https://www.cta.org.ar/rasgos-generales-de-la-propuesta.html