¿TALLES PARA TODXS?
Por Soledad Santalucía
¿Cuántas veces han entrado a un local y se han encontrado con talles extra pequeños o talles que no corresponden a las medidas reales?; ¿Acaso les han dicho «No trabajamos ese talle», «Se estira con el uso«, «Es así de apretadito» o «Talles más grandes no entran en esta marca»?; ¿Cuántas tantas otras veces han ido a esos locales que aseguran ser “Talles Grandes” y una prenda cuesta el doble de lo que vale en cualquier otro local tan solo por ser un talle “especial”? Y ¿Quién no sintió que esos modelos “especiales” son como ponerse el mantel de la abuela con puntillas? Esto pasa en cada punto del país porque la ley de talles no se cumple.
En 2001, Buenos Aires aprobó la primera ley de talles en Argentina, la número 12.665 reglamentada en 2005 y, a pesar de que transcurrieron trece años, la ONG AnyBody argentina considera que ninguna marca cumple al 100% estas leyes.
Uno de los principales problemas de que las normas no se apliquen es porque no hay controles ni tampoco se fijan multas. Hace décadas que se exige que las personas se adapten a la ropa lo cuál implica cambiar el modo de ser por el ser impuesto. Pero la sociedad comienza a avanzar y empieza a poner en duda ese “ser mujer” que es impuesto tanto por la moda como por los medios de comunicación masivos. La figura esbelta, delgada y con photoshop empieza a quedar trunca, y es así que surge la idea de que es la moda quien debe adaptarse a los cuerpos reales y las modelos denominadas plus size comienzan a captar las portadas de las revistas, publicidades y/o desfiles.
Sin embargo, a la hora de comprar ropa o probar esos últimos modelos de la vidriera la realidad pareciera ser otra. En todas las jurisdicciones hay quejas, los consumidores afirman que las normas no se aplican ni se controlan y las empresas de confección aluden que tantas leyes diferentes entre sí “generan perjuicios económicos y logísticos a la hora de enviar los productos a las provincias”, así lo aseguran desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI).
Otra de las falencias con las que se cuenta con respecto a la definición de los talles es que actualmente se usan las medidas de otros países por fuera de América Latina para desarrollar las Leyes de Talles argentinas. Esto causa que las empresas definan sus talles utilizando escalas diversas como S, M o L o bien 1, 2 y 3.
Es por ello que AnyBody argentina junto al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) están pidiendo la creación de una Ley Nacional basada en información antropométrica actual de cuerpos argentinos, puesto que a nivel internacional más de 60 países cuentan con este tipo de estudio. A través de un escáner 3D se busca relevar una muestra de 12 mil personas de distintas regiones lo que llevaría a abarcar todo el rango posible.
Buenos Aires es la provincia con la Ley de Talles más antigua pero no es la única. Al año siguiente, entró en vigencia en la provincia de La Pampa la Ley 2.793; en 2007 Santa Fe sancionó la Ley 12.841; un año después, Corrientes se sumó al sancionar la Ley 6.003. Cuatro años después, en 2012, la provincia de Río Negro aprobó la Ley 4.806 y, ese mismo año, en San Juan comenzó a regir la Ley 8.323. En 2013, la provincia de Mendoza sancionó la Ley 8.579 y Chaco aprobó la Ley 7.273. La última provincia en sumarse fue Córdoba, en 2015, con la Ley 10.302.
Argentina cuenta con 12 leyes sobre talles, y ninguna se cumple al 100%. Excusas de las empresas que ratifican que pierden capital, el Estado brilla por su ausencia como en cualquier batalla que luche a favor de la igualdad y la discriminación sigue siendo moneda corriente en cada local donde ves esa ropa “a la moda” que te gusta pero que no vas a poder comprar. Es importante esclarecer que “en esta sociedad, un 70% de lxs ciudadanxs argentinxs tienen dificultades para encontrar ropa de su talle”, según una encuesta anual realizada por AnyBody. Entonces, ¿Lxs cuerpos se tienen que adaptar a la moda? O ¿La moda tiene que hacer ropa para todxs lxs cuerpos?