SILOGISMOS POLÍTICOS 2016

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Disputa cultural y movimiento de mayorías
SILOGISMOS POLÍTICOS 2016

Por María Quintero
Fotografía: Eugenio Martínez

El próximo 25 de octubre cumpliremos una vez más el suceso histórico de llevar adelante- por octava vez consecutiva – el ejercicio más representativo de la Democracia: el voto popular.

Por primera vez en la historia Argentina, vivimos un período de más de 30 años de ejercicio democrático y, por primera vez también, más de 12 años de un mismo partido en el gobierno elegido por el voto popular y con vistas a un nuevo triunfo electoral.

Este proceso de transformación de un país devastado por las alternadas dictaduras a un país florecido por una continua democracia requiere de una nueva forma de análisis, para un nuevo escenario tan desafiante como avasallante.

Es que parece que el razonamiento “político lógico” con el que veníamos entendiendo la coyuntura, hoy nos presenta algunas premisas erróneas, en silogismos que aún no convencen y que inevitablemente nos llevarán a conclusiones desacertadas.

A modo de aclaración diremos que los silogismo se componen de una Premisa mayor, una menor y una conclusión, que será verdadera o no de acuerdo a la cuán verdaderas sean las dos premisas. Por ejemplo:

Todos los peronistas son kirchneristas ,(Premisa mayor)
si Scioli es peronista,(Premisa menor)
entonces Scioli es kirchnerista. (Conclusión)

Necesitamos, entonces, tener Inferencia en nuevos análisis partiendo de algunas premisas que sean verdaderas para obtener Silogismos modelo 2016.

Y ya, en este punto, nos centramos en el debate, no por cuestiones nominales sino porque lo que se vota el 25 de octubre es un modelo de país y no un candidato.

Contexto y condiciones para una resignificación cultural y política

Ahora bien, para poder plantear estas nuevas premisas, tal vez debamos comprender primero que este nuevo escenario nos presenta también el nacimiento de un proceso de cambio cultural basado en la resignificación de procesos políticos y emblemas representantes de las masas. Entendiendo que la cultura es una disputa política y dinámica que se va nutriendo de los entramados sociales que la circundan y la conforman.

Este proceso de cambio cultural, como todo proceso de cambio, retoma viejas herramientas que influyen en el momento actual y las repìensa.

El momento histórico al cual nos enfrentamos hoy fue sólo posible debido a la reconstrucción de ese entramado social destruido sistemáticamente por las dictaduras y más aún por la dictadura cívico militar de 1976.

Más de 30 años, nos llevó recomponer esos vínculos entre la sociedad argentina y su ideología silenciada, sin embargo, con esa recuperación sola no alcanzaba para comenzar un proceso de resignificación de las herramientas políticas conocidas. Esto representaba solo una parte: la recuperación de una disputa política mutilada que sí nos permitía rearmar nuestra historia.
Sin embargo, para poder llegar a este nuevo escenario histórico-político que vivimos hoy ,y del que emerge una disputa cultural, también se necesitaba, indefectiblemente, los 12 años de Kirchnerismo.

12 años que resignificaron la conquista de Derechos y el empoderamiento de todo un pueblo. Que levantaron las banderas de aquel Campo Nacional y Popular del 45 levantas por Perón, pero junto a otras más posmodernas siglo XXI como el matrimonio igualitario o la ley de Identidad de genero, ley de medios, AUH, entre otras. Un proceso político que llevó adelante la soberanía de un país ante una ONU -enclavada también en un escenario geopolítico mundial particular: crisis europea versus consolidación de un bloque regional latinoamericano- que ya no puede desoír el bramido de una realidad. De esta nueva realidad que allá por el 45 y luego en los 70 era un sueño: Una política regional solida y trabajando mancomunadamente con el horizonte común. Una Argentina capaz de enfrentarse a los Fondos Buitre.

Contexto y condiciones para un nuevo entramado social y político. Algunas premisas verdaderas

Para llegar a premisas hoy verdaderas comenzaremos por acentuar que el movimiento histórico peronista implicó siempre un movimiento de mayorías. Este movimiento ha dado la certeza – aún con mayor o menor identificación de aquellos que no se profesaban/profesan abiertamente peronistas pero que han sido beneficiarios de las conquistas de Derechos, de que es el movimiento político con mayor adhesión de la historia argentina.
Un movimiento político que cumple 70 años de historia y que ha sabido darle el espacio a nuevos líderes y nuevos amores incondicionales.

Néstor y Cristina, así a secas, son hoy la resignificación de Perón y Eva. No sólo por una mera condición de género sino por sobre todo por la enorme condición política, y también por la condición mística que transmiten los ídolos y que los comparten. Eva y Néstor se han transformado más rápidamente, por su pronta partida, en dos próceres del amor al pueblo. Perón y Cristina se han enfrentado a los poderes más oscuros del poder económico y han vuelto una y otra vez a ejercer su liderazgo político con más fuerza. Dos conducciones.

La disputa cultural para obtener silogismos modelo 2016: Un Proyecto de País

Para este nuevo proceso político actual, la imagen de Cristina se resignifica -sin discusiones- en la imagen representativa del Movimiento político con mayor adhesión de la historia. Un movimiento que en este proceso de resignificación se fusiona con una nueva dimensión ideológica: el Kirchnerismo. Y es hoy el kirchnerismo quien representa un Proyecto de País. Una nueva forma de entender la política. Una sucesión de conquista de Derechos para las mayorías. Cristina hoy conduce ese gran movimiento que se enmarca en el llamado Proyecto.

Es entonces, para esta nueva lógica de pensamiento político -de la que emerge la disputa cultural –debemos plantear un silogismo con una premisa que incluya (por lo menos en este tiempo, porque como bien dijimos los procesos son dinámicos) al representante de este proceso histórico cultural actual.

Y a esto refiere nuestro silogismo 2016:

El candidato es el Proyecto,
si Scioli representa el proyecto,
entonces Scioli es el candidato.

La comprensión y apropiación de un nuevo momento histórico y de un nuevo liderazgo enclavado en todo este contexto social y político: la disputa cultural, es la que genera el proceso de cambio. Porque como ya mencionamos, la cultura es una disputa política y dinámica, y está inevitablemente atravesada por los nuevos entramados sociales, políticos.

Y este nuevo proceso que se presenta de cara al 2016 tendrá que ver directamente con cómo la sociedad argentina se apropie de esta disputa cultural. Con cómo la sociedad entienda que el movimiento de mayorías, como lo fue el peronismo durante otro tiempo histórico, lo es hoy el kirchnerismo. Y que como movimiento de mayorías será el único que cuidará las banderas íconos de sus derechos. Será el único garante del Proyecto Político de País.

La verdad de la conclusión de un silogismo lógico está garantizada por la verdad de las premisas. Y nuestra Premisa hoy es que el mejor proyecto para un país es aquel que incluya a las mayorías.
Y es que el kirchnerismo de hoy es el peronismo de ayer…