Eduardo Nocera- Historiador, Periodista, Profesor- nos cuenta sobre su nuevo libro “Quién es Artigas”
SIGUIENDO LAS HUELLAS, ARMANDO CAMINOS
Las bases del federalismo, las deudas históricas con la revolución artiguista
A 200 años de nuestra Independencia asegura que “El artiguismo sigue vigente, porque sigue planteando problemas que no hemos resuelto en 200 años de historia.
Por Soledad Fernández
Fotografía: Página Eduardo Nocera
Nos encontramos con Eduardo Nocera a quien su pasión lo llevó tras las huellas borradas de José Gervasio Artigas. Durante años recopiló las voces más folkloricas del bastión federalista, recorrió Santa Fe, Córdoba, el litoral, horas y horas de entrevistas, centenares de fotos, archivos que lo llevaron a escribir los dos tomos de este libro. “He recorrido durante seis años todos los territorios y todas las provincias que compusieron la liga federal buscando rastros de Artigas y fui más lejos, fui a Tucumán, a Santiago del Estero y a Salta”. Tantas entrevistas, averiguaciones, tantas canciones inéditas, vidalas, cielitos, milongas que la historia oficial no escuchó y las discográficas no grabaron y todo está plasmado en un libro de dos tomos publicado por el Instituto Superior Arturo Jauretche, al que nombró “Quien es Artigas”.
“Quién es Artigas” es el nombre del libro, y usted es autodenominado artiguista, la mejor pregunta para comenzar es, sin dudas, ¿cómo era Artigas, el Padre del Federalismo, y cómo se forja?
Artigas fue un gaucho, fue un hombre de a caballo, fue un hombre fluvial, un hombre de frontera, de la tradición hispana también y principalmente un revolucionario. Entre los 14 años y los 33 se dedicó a ser un bandolero social que llevaba y traía ganado entre el área fronteriza del imperio de Portugal e Imperio Español, poniendo así en jaque la preminencia del control comercial que realizaban los imperios. De esta manera, fue un hombre que estaba en contacto con los distintos pueblos como Indios Minoanes, Charruas, Guaraníes, Onas, por supuesto también con toda especie de estafadores fugados de Montevideo europeos que abandonaban el sistema del aparato colonial y refugiados en lo que llamamos el lejano norte. Una especie de triangulo en donde hoy está Salto, el departamento de Artigas, el área de Cuatarembo y Rivera, todo ese sector posterior al Rio Negro yendo al Rio Cuareim que marca el límite entre Brasil y Uruguay. Ahí había un sincretismo Cultural amasado en 300 años de ocupación colonial y estaban los esclavos que se fugaban, los afrodescendientes, todas estas comunidades de originarios, los europeos fracasados, los que se querían alejar de todo sistema operante controlado desde Montevideo, de Rio de Janeiro o del propio Bs.As. Bueno todos iban ahí en busca de la libertad. Ahí también estaba el ganado cimarrón, ganado libre, ganado reproduciéndose, ahí estaban las vaquerías, los arroyos para los ganados, el pasto mas fértil, había compra y venta de productos que llegaban por el Paraná muchas veces y con un caudal menor por el Uruguay. Entonces había una efervescencia de vaquéanos arrieros, hombres y mujeres libres sin ajustarse a normas ciudadanas sino que tenían normas propias.
Allí es donde Artigas se hace hombre, y es donde también va a tener su primer hijo con una mujer Charrúa. Allí también hay un sector subalterno, de postergados, de perseguidos, de invisibilizados. Allí entonces va Artigas, porque Artigas siendo nieto del fundador de Montevideo le dice adiós a su estamento familiar, y por eso será condenado. Y, en este sector, después de 19 años se convierte en una suerte de referente.
El indulto le permitirá finalmente congraciarse con el aparato colonial siendo blandengue y después capitán de blandengue o sea una especie de gendarme rural en ese área que el también conocía. Su labor era cuidar las fronteras del imperio Español frente al avance del de Portugal, fundar pueblos para el aparato colonial, cosa que va hacer con Félix Lasagna, y también custodiar los intereses de la Colonia. Fue un blandengue extraño, especial, custodió el avance de los portugueses que avasallaban constantemente y hacía respetar esa frontera poco delimitada pero a la que todos conocían muy bien. Los portugueses fueron sus enemigos y supieron de Artigas mucho antes que se conociera al Artigas revolucionario. No era tan riguroso con los indios, y con los negros era más bien amigo de ellos.
Ahora que sabemos un poco más de sus comienzos ¿cómo se desarrolla la revolución Artiguista?
Artigas no era el dueño de la revolución, no era el único jefe de la revolución y no era el único caudillo, había muchos caudillos, caudillos locales, caudillos más bien provinciales. Era una pirámide y ahí si Artigas está en el pináculo: es el gran caudillo, es el caudillo de caudillos. Pero al mismo tiempo es republicano y es un constitucionalista, y es un revolucionario, y trabaja por una revolución social y asume la posibilidad de elaborar una doctrina. Esa doctrina son todos sus manifiestos, sus documentos, sus proclamas, que es muy extensa, fíjate que ya van en Uruguay 37 tomos de todo lo que Artigas dejó escrito, bah, en realidad él nunca escribió sino que dictaba y alguien le escribía. En ese material está la reformulación de las tierras, la formulación del tema aduanero, la formulación del tema de la Confederación y la Federación y todos los asuntos vinculados a los puertos y a las capitales.
Esta región estaba compuesta por las provincias Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, más la provincia Oriental y siempre con la intención de que se sume Paraguay y el área de la misiones Orientales ocupada por los brasileros, lo que hoy seria Rio Grande Do Sud.
Todo esto estaba en los sueños artiguitas de consolidar un espacio territorial con un sistema de autodeterminación de los Pueblos, de autonomías Provinciales, de soberanía particular de los pueblos, de respeto a los cabildos, de posibilidad de elección a las autoridades eclesiásticas propia, de las autoridades civiles propias, de autoridades militares propias, de que cada provincia tuviera sus propias milicias y la posibilidad de realizar sus propias tasas aduaneras para consolidar un sistema proteccionista. El sueño abarcaba que hubiera un pacto interprovincial en el cual las distintas provincias no se cobraran entre sí los productos que comercializaban, para que se desplazarán estas producciones autóctonas por todo el protectorado, por todo el sistema de los pueblos libres; y sí poner tarifas importantes para los productos extranjeros, que venían a competir, que venían a destruir el desarrollo genuino de nuestras economías regionales, artesanales y provinciales.
¿Qué pensaba del Centralismo de Bs. As o de Montevideo?
La capital no tenía que ser ni Buenos Aires, ni Montevideo. En todo caso tenía que ser a discutir, fundamentalmente porque son ciudades que iban a acaparar el poder administrativo, el político, el económico, el financiero, el eclesiástico e iban a controlar, dirigir, vigilar y castigar, como diría Foucault. Por eso, había que establecer un sistema en el cual se repartiera la tierra, que sirviera para la producción de las provincias, que sirviera para que trabajen los negros, los zambos, las mujeres viudas que habían perdido a sus hombres en la guerra revolucionaria.
Había que establecer una unión imperecedera entre todas las provincias, la unión ante la desintegración y la desorganización que conducía al caos. Artigas, en ese sentido, fue un actor fundamental de toda la epopeya revolucionaria de declarar la independencia, pero con la unión como lema fundamental. La Independencia sin unión era inconcebible, y sin embargo, fue la que finalmente triunfó, y lo que se consiguió fue la consolidación de las polis oligarcas que mantuvo a raya a las provincias condenándolas a la pobreza.
Las grandes ciudades se apropian de las revoluciones, hablo de la ciudad portuaria, y todas las revoluciones parten de una gran ciudad. Pero la de Artigas parte de la campaña oriental, era una revolución rural donde estaba realmente el elemento popular y a la que se sumaban muchos actores de la elite, sacerdotes, universitarios, que después van a ser sus ayudantes.
¿Qué relación tiene el artiguismo con nuestra realidad político social actual?
El artiguismo sigue vigente porque sigue planteando problemas que no hemos resuelto en 200 años de historia, como el problema de los proteccionismos regionales. No hemos resuelto el problema de las importaciones indiscriminadas, no hemos resuelto el tema de la concentración demográfica en algunas capitales, ni la inclusión total de todos los actores sociales, tampoco hemos resuelto la unión interprovincial. Vivimos dependiendo de la coparticipación federal y del guiño del presidente de turno. En ese sentido, seguimos con un sistema cultural extremadamente unitario híper concentrado en una ciudad como Buenos. Aires. Yo he recorrido durante seis años todos los territorios y todas las provincias que compusieron la liga federal buscando rastros de Artigas y fui más lejos a Tucumán Santiago del Estero y Salta y hay una gran preocupación de que el centralismo a nivel cultural sigue impuesto. Si bien ha habido una soberanía popular durante algún periodo del Irigoyenismo, durante el Peronismo y recientemente con el Kirchnerismo ha habido momentos emancipatorios, sigue habiendo una distribución de poder absolutamente desigual. Esto pasa porque ha triunfado esa filosofía a partir de la derrota de Artigas y de la derrota en la guerra civil del federalismo. En términos generales, entonces en la organización nacional a partir de Pavón, con Mitre a la cabeza y luego con el ciclo de Roca los intereses portuarios prevalecieron sobre los intereses provinciales.
¿El federalismo nace con José Gaspar Rodríguez de Francia en Paraguay?
Sí, Francia tiene mucho que ver y José Gaspar Rodríguez es el primer federalista de la cuenca del Rio de la Plata. Si uno va al origen, vamos a decir emancipatorio de un proceso independentista. El primero que formula la idea de una confederación cuando estalla por la invasión napoleónica y las revoluciones sucedidas a lo largo del continente Sudamericano. Este proceso se da entre 1809 y 1811. Y ese Virreinato estalló. En este panorama Francia tiene la idea y la pone por escrito el 20 de Julio de 1811 en una nota donde concibe la confederación entre Asunción y Buenos Aires. Así lo marcaría a él como el iniciador de un federalismo de tipo adoctrinario, que pone por escrito en la idea de la confederación que hace al inicio de la idea confederal. Después Francia, si bien es refrendado por un Congreso de las expresiones de diversos pueblos paraguayos se manifestaron a favor de la continuidad de Francia a partir de 1814 hasta su muerte en 1840. No fue un federalista en el sentido de pretender la unión con otros pedazos del Virreinato como puede ser la provincia Oriental, como pueden ser las Provincias Unidas. Evidentemente, tuvo sus motivos. Francia fue de algún modo insultado por Buenos Aires cuando no llevó a una acción política lo refrendado en un escrito por el propio Manuel Belgrano en representación de La Junta. Manuel Belgrano aceptó La Confederación con una serie de productos primarios: tabaco, madera, yerba mate, sin agregarle un impuesto, es decir, Buenos Aires resolvió agregarle un impuesto, y eso para Francia fue un insulto; y para todo el pueblo Paraguayo fue una acción miserable. Por consiguiente, Francia comenzó a encerrar el Paraguay en sí mismo, pero Paraguay geográficamente tenía una condición para autoencerrarse y, de hecho, había sido una Intendencia encerrada por los Borbones, durante una etapa del Virreinato del Rio de la Plata. Por eso es relativo que el encierro lo haya provocado Rodríguez de Francia, hay un encierro dado por una circunstancia geopolítica, por decisión de la corona española, por malas praxis políticas por parte de Buenos Aires.
¿Artigas concreta esta idea de Francia?
Sí, es Artigas quien recoge, profundiza y radicaliza la idea del federalismo, ya no en un proceso tan cortito como lo es la instalación de La Junta Paraguaya en el ’11, sino durante 9 años. Es él entonces el creador del movimiento federalista Rioplatense y el más firme defensor de las soberanías particulares de los pueblos. Fue el artiguismo quien instigó al Paraguay a sumarse a la Liga Federal y lo hizo en su primer gran documento que es el Oficio del Dayman, en Diciembre del año ’11 que se lo escribe a otro Juntista, Fulgencio Yebros, con el que se habían conocido en la defensa de Montevideo de las Invasiones Inglesas.
Allí hay un relato sobre lo que hace Artigas y que después se llamó el éxodo Oriental y una proclama a Yebros para que Paraguay se instale junto a la Banda Oriental y a las provincias que deseen sumarse al calor de una Federación compuesta por las Provincias del Rio de la Plata, del Rio Uruguay, del Rio Paraná. Esto es lo que propone Artigas y no es aceptado por el Paraguay.
Después de que Artigas consolida el sistema de los pueblos libres organiza su cuartel general en Purificación del Hervidero, que queda a pocos kilómetros de Paysandú donde hoy está la meseta de Artigas en el Rio Uruguay. Desde allí, dirigió operaciones de tipo de corso en el Rio Paraná, así que algunas provisiones que debían llegarle a Francia fueron saqueadas por los artiguistas, y eso hace que Francia lo maldiga en muchas correspondencias, y se generen algunas rispideces entre ellos. A su vez Francia intentó ocupar La Candelaria en la Provincia de Misiones que está frente a Encarnación, y fue defendida por Andresito Guacurari, el hijo adoptivo de Artigas, expulsando a los paraguayos.
Perseguido por Ramírez y Mansilla, después de la firma del Tratado de Pilar, Artigas le pide a Francia asilo político, este se lo concede e inaugura así este amparo en Sudamérica. El 5 de Septiembre de 1820 ingresa, desarmado y sin sus lanceros afro, a Paraguay y de allí va a Asunción, al Convento de la Merced. Desde ahí es remitido a San Isidro Labrador de Curuguaty en la frontera con el Brasil, y allí estuvo 25 años. Y si bien lo invitan a volver a Uruguay, él decide quedarse y muere en Paraguay, país que siempre creyó como parte fundamental del movimiento federal.
¿Te molesta que te encasillen como Artiguista?
Me interesa el tema de Artigas, y fundamentalmente me interesa el artiguismo, y sí a mucha honra puedo decir que soy artiguista. Lo que ocurre es que pareciese que uno ha tomado partido por Artigas como otros han tomado partido por Rosas, otros por Quiroga o por Sarmiento, y al tomar uno partido pareciera que la mirada es absolutamente orientada a revalidar todo lo actuado por la figura elegida o por el movimiento acaudillado o por el hombre que uno designa como referente social.
¿Qué doctrina tiene para usted el movimiento artiguista?
En mi caso, Artigas o mejor dicho el artiguismo, al expresar a los pueblos libres y a un movimiento emancipatorio y con profundas transformaciones sociales no puede dejarme inocente o ingenuo al costado del camino de las grandes decisiones que uno debe tomar cuando escribe. Y esas grandes decisiones son hacerse cargo de lo que uno siente por ese movimiento y la profunda esperanza de que buena parte de sus principales directrices se refloten y se pongan de relieve en la política coyuntural del Rio de la Plata.
Yo estoy parado del lado de los sectores populares, pero de los sectores populares expresados por sus pueblos, y esos pueblos con absoluta inclusion social de todos sus actores. Desde ese lugar, entiendo que el artiguismo es el momento de la historia del Rio de la Plata en el cual pudo haberse conquistado la gran revolucion social y muchos factores impidieron la consolidacion del sistema de los pueblos libres.