Entrevista a Itai Hagman, Precandidato a Diputado Nacional por AHORA Buenos Aires
«QUEREMOS CONSTRUIR UNA PROPUESTA ALTERNATIVA DE GOBIERNO EN CABA»
Por María Quintero y Tania Rodriguez
Fotografía: Amadora Pajolchek
Caricatura: Ivana Chiarelli
Itaí Hagman es candidato a diputado por Ahora Buenos Aires dentro del Espacio Unidad Porteña. Disputará las PASO dentro del espacio con Daniel Filmus y Guillermo Moreno.
¿Cuál es el proyecto de Ahora Buenos Aires y qué lxs lleva a participar en las PASO de Unidad Ciudadana en CABA?
Tiene que ver principalmente con la situación que está viviendo el país. Desde que asumió Macri vivimos una ofensiva muy fuerte contra el pueblo en general. Un intento de instalar o reconstruir un proyecto neoliberal en Argentina. Creemos que ese proceso está abierto, es decir, no estamos en una situación en la cual ese proyecto ya haya triunfado definitivamente, aunque haya ganado las elecciones. Primero, porque ganaron un balotaje muy ajustado; segundo, porque el año pasado enfrentaron una serie de movilizaciones populares muy importantes que no les permitieron aplicar el programa de ajuste que ahora dicen que van a aplicar si ganan las elecciones.
Entonces, nos parece que lo más importante de estas elecciones es tratar de evitar que este proyecto se afiance. Y ningún espacio político por sí mismo solo, puede lograrlo. Incluso está por verse si juntos podemos lograrlo, por eso la unidad. La unidad manteniendo nuestra independencia, nuestra autonomía.
Después, hay un elemento adicional que tiene que ver con la ciudad de Buenos Aires, que se da cuando Martín Lousteau decide renunciar a la Embajada de Estados Unidos y presentarse en CABA. A nosotros nos preocupa que la Ciudad se quede discutiendo entre dos opciones que son parte a nivel nacional -por más que en la Ciudad de Buenos Aires vayan por separado- de ese proyecto neoliberal de Cambiemos.
Y creíamos que era muy importante que un espacio que rechaza ese proyecto quede claramente como la oposición en la Ciudad, y eso para nosotrxs va a ser Unidad Porteña. Más allá de cómo le vaya a cada una de las tres listas que la componen.
En 2015, antes del ballotage, un comunicado de Patria Grande decía que “no daba lo mismo” Scioli o Macri. ¿Ese fue el primer acercamiento que tuvieron desde Patria Grande a la idea de lo que hoy congrega el frente Unidad Ciudadana?
En realidad, nosotros, durante todo el período anterior, tuvimos una posición en la cual hemos apoyado muchas cosas, también hemos mantenido nuestra independencia y criticado otras. Mucha gente se sorprendió cuando en el balotaje dijimos que había que votar a Scioli. Pero en realidad, si vos mirás nuestra historia, que eso pase era la consecuencia natural de nuestra posición política. No nos dio lo mismo cuando fue el conflicto del campo por las retenciones, no nos dio lo mismo cuando se discutió la Ley de Medios, cuando se discutió la estatización de YPF, etc. Siempre estuvimos de un lado, lo cual no significaba ser parte del gobierno o del Frente Para La Victoria. Pero nunca tuvimos una posición neutral o indiferente frente todos esos hechos. Del mismo modo, en el balotaje tampoco la tuvimos. No fue que tuvimos un giro en relación a la posición que habíamos tenido antes, sino que fue una consecuencia natural. Nunca fuimos indiferentes a estas dos posiciones, a la “grieta”, a estos dos espacios que chocan en Argentina hace unos cuantos años, y que siguen chocando. Y que a nosotrxs nos parece que refleja las contradicciones que hay en la sociedad, de las cuales también somos parte, no estamos afuera. De lo que sí estuvimos afuera fue del gobierno anterior, que no es lo mismo.
-En términos concretamente electorales, porque esto tiene que ver más con una línea histórica de posicionamientos políticos, ¿hay una apuesta, particularmente de Patria Grande más allá de integrar Ahora Buenos Aires, por esta disputa en unidad que vos planteabas? ¿Qué expectativas tienen en términos de construcción política?
En La Provincia de Buenos Aires nosotrxs nos presentamos a elecciones, pero tomamos la definición de no prestar candidaturas en la categoría Senador Nacional y llamamos a votar la fórmula Cristina-Taiana. No somos parte del armado, pero sí llamamos a votar esa fórmula. Es decir, cada lugar tiene su expresión. También es cierto que no es lo mismo el espacio del Peronismo, del Frente para La Victoria, del PJ, en La Ciudad de Buenos Aires, que en muchos otros lugares del país. Y también lo de la Ciudad de Buenos Aires tiene ver con la característica que tiene este distrito. Que a su vez es un distrito gobernado por el PRO, cuna del PRO, entonces los desafíos también son distintos.
Nosotrxs acá también tomamos la decisión de construir “Ahora Buenos Aires”, que no sólo no es Patria Grande sino que tampoco es un frente, porque no lo concebimos como un frente entre Patria Grande y otras fuerzas, lo concebimos como un ensayo de una nueva forma de construcción política y de política electoral. Nosotrxs creemos – lo miramos críticamente en nuestra propia experiencia y es algo que está pasando en todo el mundo y no sólo en Argentina- que la forma clásica de construcción, de organización política, de partidos políticos y de intervenciones a través de partidos políticos en los términos más tradicionales, no va más. Y no va más porque la sociedad no es igual.
Y creo que el PRO, a su modo y desde la derecha, emprendió una forma de construcción política que rompió moldes de ese sector. Y, muchas veces, nosotrxs del otro lado hemos sido más conservadores, y eso lo digo en relación a nosotros, en relación al propio kirchnerismo, en relación a todos los espacios políticos. Entonces, lo que quiero decir es que con Ahora Buenos Aires hay una búsqueda que va más allá de una alianza electoral, es una búsqueda de otra forma de intervención política electoral, que habrá que ver qué resultados da…
¿Cuáles son las principales propuestas para la Legislatura de la Ciudad y el Congreso Nacional?
En relación a la ciudad, lo que nosotros estamos tratando de construir es una propuesta alternativa de gobierno. Acá el Pro no es nuevo y, en un contexto de crecimiento impresionante de la Ciudad de Buenos Aires, no solo que no ha resuelto los principales problemas de la ciudad sino que los ha empeorado.
Hoy la Ciudad es más desigual social y geográficamente que cuando asumió el Pro, es más difícil acceder a una vivienda que antes- hay más familias que alquilan y que no pueden acceder a una vivienda propia-, es mayor el deterioro de la salud pública y también la proporción de gente que depende de ella, es mayor la desigualdad en la calidad de educación en la zona sur y en la zona norte de la ciudad, son peores las condiciones del trasporte, a pesar del Metrobus, porque no se avanzó prácticamente en la extensión del subte que es el principal medio de transporte de cualquier ciudad importante.
Es decir, nosotros estamos pensando en esa clave y todos los proyectos que tenemos para la legislatura están pensados en una alternativa de gobierno para la ciudad. Que es algo que, además, la oposición no se ha propuesto en todos estos años. Es decir, hemos tenido una oposición, incluso los más consecuente con ser oposición – porque muchas veces hemos tenido en la legislatura casos en los cuales algunos sectores de la oposición terminaban votando junto con el oficialismo- terminaban en una oposición centrada esencialmente en denuncia, tuvimos una gran incapacidad de construir un proyecto alternativo. Tanto es así que yo creo que mucha gente en la ciudad de Buenos Aires ve en Larreta y en el Pro un proyecto de ciudad y en nosotros no. No porque esa gente sea de derecha y le guste el neoliberalismo, sino simplemente porque ve en ellos tiene un proyecto para la Ciudad, y lo que ve del otro lado…
Las propuestas entonces tienen que ver con esas características.
Después, en lo nacional, son propuestas debido al contexto actual del país, más defensivas. Creemos que el Congreso Nacional tiene que tener otro rol en relación a lo que tiene que ver con el proceso de endeudamiento en Argentina, tuvimos 100 mil millones de dólares emitidos y el Congreso no pudo ni siquiera establecer un límite a eso, creemos que tiene que tener otro rol en relación a las reformas que se vienen – el gobierno está preparando una reforma previsional, laboral e impositiva, por lo menos esas tres se viene después de octubre-. ¿Qué Congreso vamos a tener? Uno que va a terminar negociando con el Pro para sacar esas leyes como tuvimos cuando fue el tema de Buitres y etc, o vamos a tener un Congreso que se pare y que le diga al gobierno que no vamos a permitir que vuelvan las leyes de flexibilización laboral, que no vamos a permitir una reforma impositiva regresiva, que no vamos a permitir la re privatización de las jubilaciones. Eso es lo que se discute también en la composición del Congreso.
¿Qué evaluación política hacés de esta deuda financiera de Cambiemos, particularmente de la decisión de contraer deuda a 100 años que ahora el gobierno salió a decir que es simbólico?
En relación a ese bono en particular, es tan insólito que incluso en los propios términos de ellos terminó siendo un sin sentido. Porque el único argumento del gobierno para decir por qué emitió un bono a 100 años era, justamente en lo simbólico, dar un gesto al sistema financiero internacional especulando con que eso iba a hacer que a Argentina le suban la nota en las calificadoras de riesgo, cosa que ni siquiera sucedió. Es decir, en los términos de ellos, la política es una política ineficiente.
En los términos nuestros, obviamente, el endeudamiento externo hay que entenderlo mirando los 200 años de historia de Argentina. Si uno mira esos 200 años, este bono se compara mucho con el empréstito de Rivadavia con la Baring Brothers que tardamos 81 años en pagar, porque el Empréstito se hizo en 1824 y terminamos de pagarlo en 1903, bueno, tardamos 81 años y este bono actual es por 100 años…
Y, más allá de eso, cuando uno mira la historia argentina, ve que la deuda externa siempre jugó un papel no solamente de trasferencia de recursos sino, sobre todo, de condicionar las políticas económicas y condicionar y lesionar la soberanía del país. A mí lo que más preocupa de la deuda externa no es tanto la plata que vamos a tener que pagar, que ya de por sí es un tema muy preocupante, sino que lo más me preocupa es que el endeudamiento es la contra cara de una cesión de soberanía de las decisiones de la política económica. ¿Por qué? Quiero recordar en los 90, cuando venía el Fondo Monetario Internacional y nos decía: ‘yo les presto plata no si ustedes me demuestran que van poder devolver si no que yo te presto plata si toman determinadas decisiones de la política económica, si privatizan las empresas, si bajan el déficit fiscal, si aprueban una ley de flexibilización laboral’. Entonces, si bien acá no es el FMI sino un sistema más impersonal que se llama Sistema Financiero Internacional, pero que en el fondo es lo mismo, la nota que te pone la calificadora de riesgo no depende solamente de tu capacidad de pago de la deuda, depende del tipo de política económica que vos llevas adelante. Si vos tenés una política económica más liberal, apertura de la economía más a favor del libre comercio, te ponen una nota positiva; si tenés una política más proteccionista o de regulación de mercado, te ponen una peor nota. Entonces, la política económica ya no la decide el país, ya no la decide el gobierno, ya no decide el Congreso sino que la decide el sistema económico internacional.
¿Y dónde radica la incapacidad de Cambiemos que incluso llevando adelante esas recetas, como decías, la calificación del país no subió?
Y hay algo ahí que tiene que ver con el modo de gestionar, porque si hay algo que caracteriza a este gobierno es que está llevando adelante varias de esas recetas, sin embargo, es ineficiente porque nos tocó de vuelta estar “economía de frontera” con tipos que están dispuestos a seguir esas reglas.
Creo que hay una diferencia importante respecto de otros momentos en los que se aplicaron estás políticas, que es el contexto. Es decir, esta gente está aplicando un programa neoliberal en un mundo que no va en esa dirección; no sabemos bien en qué dirección va, pero no va en esa dirección. A diferencia de los ’90, y obviamente por razones de principios y valores uno está en contra, la política que llevaba adelante el gobierno iba en la dirección en la cual iba la región y todo el mundo, entonces efectivamente era “exitosa” – para ellos no para nosotros-; esta vez no lo es porque estas medidas van a contramano de dónde va el mundo. Por eso, a pesar de los gestos que hacen al mercado, no vienen las famosas inversiones y en sus propios términos no funciona. Y por eso creo que no va a funcionar, a diferencia de otros momentos en los cuales las políticas neoliberales, por lo menos en términos liberales, podían ser exitosas.
¿Pensás que la coyuntura política nacional (desempleo, deuda, inflación, cierre de fábricas, etc) puede influir en los resultados de las elecciones en CABA? Teniendo en cuenta que el electorado de CABA ha sido más bien reticente históricamente al voto peronista/kirchnerista.
Digamos, en un sentido uno tendería a decir que sí, al mismo tiempo por qué la gente vota cómo vota es un misterio que todavía la ciencia no ha podido resolver (risas). Entonces, creo que hay que ser cauto con eso, cuando Menem fue reelecto en el ’95- aunque era otro contexto- era un gobierno exitoso en muchos sentidos por lo que hablábamos antes, había logrado terminar con la hiperinflación… pero entre que empezó el plan de la convertibilidad y la reelección, la desocupación se triplicó. Bueno, uno diría que si un gobierno triplicó la desocupación debería perder, pero ganó y fue reelecto…
No digo que vaya a pasar esto, lo que quiero decir es que no es automático y que no siempre porque la gente la esté pasando mal va a votar en un determinado sentido. Si no, no haría falta hacer política, si fuera automático nos sentaríamos a ver cómo pierde el gobierno. Nosotros tenemos que hacer que pierda las elecciones con nuestra política, no va a pasar solo porque la gente la está pasando mal.
En ese sentido, ¿qué crees que se necesita demostrar y poder expresar en la campaña para poder capitalizar esos votos?
Creo que hay que renovar completamente la forma de construcción y la estrategia política. El campo popular tiene que reinventarse a sí mismo, que es lo mejor que tiene la militancia, ¿no? La militancia lo mejor que tiene no es estar 40 años diciendo lo mismo, al contrario, es en cada momento histórico reinventarse. En ese sentido me parece interesante lo que está pasando en provincia.
O sea, hay que ver cuánto es marketing y cuánto real, pero me parece interesante porque hay un intento, puede salir bien o peor, de hacer algo distinto. Hay un intento de dar cuenta que el triunfo del PRO nos tiene que hacer pensar y repensar muchas cosas. Esto que se dice y dijo tantas veces de que ‘una fuerza de ésta naturaleza llega por los votos’, bueno algo tiene que hacer pensar eso.
En la Ciudad, si vos me preguntás, no se expresa eso, más bien expresa la misma estrategia y hasta los mismos candidatos que hace 10 años. Yo creo que hay que renovarse en el buen sentido de la palabra, aunque esa es hoy en día es una palabra que está asociada a un espacio político (risas). Hay que reinventarse. Y creo que en la Ciudad más que en cualquier otro lugar, porque, además, hay que asumir otra cosa – que por eso nace Ahora Buenos Aires- y que es algo que se subestimó en todos estos años: el peso que tienen las grandes ciudades en la política en el siglo 21. ¿Cómo era antes la Argentina? La ciudad de Buenos Aires era territorio de la derecha; ¿por qué? porque el poder de construcción de mayorías no necesitaba de eso, vos tenías la provincia, la periferia de las ciudades urbanas, etc., y la ciudad era un pequeño distrito que le podías regalar a la derecha, creo que se trabajó con esa lógica en los años anteriores, pero claro, la ciudad de Buenos Aires ya no es lo mismo que era en los años anteriores.
La Ciudad, fijate, desde que es autónoma, de los 3 jefes de gobierno que tuvo: De La Rúa, Ibarra y Macri, dos fueron presidentes. Gobernador de la Provincia de Buenos Aires ninguno, todavía ninguno pudo romper el maleficio.
Entonces, qué quiero decir con esto, – y ya no es sólo el problema de que se subestimó a Macri-, se subestimó la gran importancia que tienen las grandes ciudades en la política actual, obviamente, la Ciudad de Buenos Aires entre ellas. Y eso hay que replantearlo.
Por eso, cuando nosotros decimos hay que hacer una propuesta para la ciudad, no es porque nos agarra un ataque de localismo y ahora no nos importan los temas nacionales y nos volvimos vecinalistas. Sino que pensamos que si logramos construir una propuesta seria para la Ciudad de Buenos Aires, estamos haciendo un gran favor a que se pueda construir una propuesta nacional alternativa.
Lo mejor que podemos hacer nosotros para derrotar al macrismo a nivel nacional es construir una propuesta que dispute la ciudad, y eso es mucho más potente que construir una propuesta que saque 20 – 25% de los votos como máximo en la ciudad y pensar, como se pensaba antes, que eso era lo máximo a lo que podíamos aspirar para construir una propuesta de mayorías a nivel nacional. Esta es para mí la lógica que hay que romper.
Para conectar de nuevo con esto de reiventarse, esta pregunta tiene que ver con el rol de las mujeres en la política. Hubo un caso en Rosario en el que se presentó una lista de mujeres y fue impugnada por el hecho de estar integrada solo por mujeres… ¿Cuál es tu reflexión sobre eso, entendiendo que Patria Grande y Mala Junta tienen ya una mirada de construcción de políticas de género?
Nosotrxs entendemos que estamos viviendo un fenómeno mundial, que los compañerxs llaman una cuarta ola feminista a nivel mundial. Yo creo que es así, que hay un fenómeno mundial sin dudas y que la Argentina tiene un rol destacado, que va más mucho allá de que se exprese o especifique en cuestiones como la violencia de género, en Ni Una Menos, etc., creo que esos son emergente de procesos más profundos. Y tiene que ver con un sistema que está en crisis, que es el patriarcado, lo cual no significa que se va caer por su propio peso ni nada, pero sí que está en crisis. Hay un avance, sin dudas, del movimiento de mujeres que genera muchas tensiones en los espacios de poder, incluso en las organizaciones que estamos a favor, no es que solamente pasa en nichos conservadores o instituciones retrogradas; y a nosotros nos parece muy importante que se exprese en la política que unx expresa.
Yo no creo que tenga que ver solamente con un tema cuantitativo – en el sentido de representación igualitaria de mujeres y varones aunque eso es obviamente es importante- porque muchas veces se reduce a eso, a cuántas mujeres hay en la lista que, efectivamente es una buena manera de mostrar la desigualdad pero tampoco alcanza, sino que tiene que ver un cambio más profundo que tenemos que hacer varones y mujeres en relación a cómo concebimos la política y cómo concebimos la vida en general.
Uno como hombre o varón puede tener una perspectiva de género más feminista del mismo modo que una mujer puede no tenerla. Nosotrxs estamos tratando de trabajar en esa perspectiva. Tenemos mucho que aprender, mucho que modificar y creo que la política, obviamente, siempre va por detrás de la sociedad y que ahora está empezando a reflejar un poco más esos cambios que se empezaron a dar. Otros terrenos, por ahí, están aún un poco más retrasados… Pienso en el sindicalismo, hay terrenos donde aún es mayor la falta de reflejo o de expresión de ese fenómeno social más profundo y su expresión en la representación. Al igual creo que la política sí está retrasada, lo de Rosario es un ejemplo de eso.
Intimismo
Para finalizar la entrevista y con el fin de conocer un poco más a lxs candidatxs, les regalamos su caricatura a cambio de una reflexión sobre el humor… Con una gran sonrisa, risas y agradecimiento Itaí Hagman recibió el regalo:
Yo creo que es clave el humor y creo en reírse de uno mismo. Nosotros tratamos de hacerlo. Me parece que hay que desacartonar lo más posible en general a la vida, y a la política, la militancia en particular.
Nosotros incluso alguna vez lo hemos hecho; en algunas campañas anteriores para las redes sociales hemos hecho algunos spots donde nos burlábamos de algunos espacios políticos, e incluso hicimos alguno donde nos burlábamos de nosotrxs mismxs. Para mí, es fundamental. Porque además, más allá de lo simpático que pueda ser, creo que el humor con uno mismo, incluso, tiene que ver con asumir que uno, como persona y como colectivo, no está a salvo ninguno de los defectos ni de los problemas que tiene cualquiera. Muchas veces uno cae en posiciones dogmáticas, sectarias, etc. -que todos las tenemos y que son siempre más fácil identificarlas en el otro-, entonces burlarse, muchas veces de esas cosas, de lo propio, creo que es una forma de quitarle peso a lo absoluto que muchas veces uno expresa sobre todo en la política.