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¡Saltá el cerco medíatico!

¿PENA DE MUERTE «PREVENTIVA»?

¿PENA DE MUERTE «PREVENTIVA»?

Por Amaru Varela

Antes de avanzar, aclaremos algo: en Argentina la pena de muerte está prohibida.
El Pacto de San José de Costa Rica, en su artículo 4 inciso 3, establece que el país que ratifica esta Convención y no podrá restablecer esta pena inhumana nuevamente a su derecho interno si ya la ha abolido.

Es decir, que el debate que se abrió sobre la instalación de la pena de muerte, es sólo mediático. ¿Y por qué? Porque es inconstitucional, es inviable que podamos aplicarla legalmente. La Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos -a los cuales adherimos a partir de la reforma constitucional de 1994- nos vedan ese camino. Además, en 2007 se consideró inconstitucional el Código de Justicia Militar (único bastión de la pena de muerte) y, en 2008, el mismo se abolió definitivamente en el Congreso Nacional, único texto legal que la contenía.

Ahora bien, los medios hegemónicos, en los casos como el del policía Chocobar, tratan de rotular a la “pena de muerte anticipada” como “defensa propia” o “exceso (y qué exceso) en la legítima defensa”, tal como lo caratuló el juez que entiende en esta causa donde a la víctima se la mató a sangre fría por la espalda. Puntualmente, en este caso, más que un exceso en la defensa es un agravante, pero no vamos a meternos en los tecnicismos del derecho sino que debemos entender cómo el Estado de Derecha, hace con los derechos humanos lo que quiere, cómo quiere y con quienes quiere. Porque sabemos que en la mayoría de los casos, el gatillo fácil recae sobre las vidas de aquellos jóvenes marginados que, al fin del día, son presas fáciles de este Estado Policial.

Durán Barba ya anticipó que ellos (hablando en nombre del gobierno) hicieron algunas encuestas y que “la inmensa mayoría quiere la pena de muerte”, ya que la inseguridad que se vive en nuestro país “es desesperante”. El asesor del Presidente, mete por la ventana la problemática de la inseguridad no sólo para respaldar, sino para fogonear la discusión, y remata diciendo: “la gente pide que se reprima brutalmente a los delincuentes”.

Estos comentarios nada tienen de inocentes y son aún más peligrosos viniendo de un vocero del gobierno. Simplemente porque se le da vía libre a cualquier ciudadano (y es gravísimo si lo comete el Estado) a que imparta justicia por mano propia, eso que nos enseñaron en derecho romano como la famosa Ley del Talión.

Recordemos que el Papa Francisco, cuando en 2014 recibió a representantes de la Asociación de Derecho Penal en el Vaticano, llamó a abolir la pena de muerte legal o ilegal, afirmando que los Estados matan por omisión cuando no controlan debidamente a sus agentes.

Me atrevo entonces a introducir una palabra en todo este contexto: la pena de muerte como “preventiva”. Sí, lamentablemente, el brazo armado del Estado, que tiene como tarea prevenir el delito, es el primero en cometerlo y lo hace de la manera más aberrante, matando a alguien sin que este siquiera pueda defenderse. En segundos y para sí, ese policía o gendarme lo acusa, lo procesa y lo condena a la pena capital, así, sin más. Aplica la pena de muerte “de hecho”, en contra de lo que dicta “el derecho”, de facto, como lo hicieron los gobiernos militares que asumieron el poder en nuestro país en las épocas más oscuras.

En palabras de Zeid Raad Al Hussein, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos: “La venganza no debe nunca confundirse con la justicia, y la pena de muerte sólo sirve para agravar la injusticia”. Al final, el debate sobre la aplicación de la pena de muerte no se trata de una discusión técnica y es una puerta difícil de cerrar, pero no imposible, y es nuestro trabajo hacerlo para evitar lo que significaría un gran retroceso en materia de derechos humanos.

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