NI UNA TRABAJADORA MENOS
Por Ana Belén Marrello
@AnaBMarrello
A cinco años del surgimiento del movimiento Ni Una Menos, contra la violencia machista y patriarcal, y en el contexto de la pandemia por el COVID-19, dirigentas sindicales de las centrales obreras de Argentina convocaron a un encuentro virtual para detallar los reclamos de les y las trabajadoras organizadas.
Con la presencia de más de 60 referentas gremiales, la transmisión se realizó a través de las redes sociales de los distintos sindicatos: CTA de lxs Trabajadorxs, CTA Autónoma, Corriente Federal de lxs Trabajadorxs (CFT), CGT (Confederación General del Trabajo), UTEP (Unión de Trabajadorxs de la Economía Popular), CCC (Corriente Clasista y Combativa) y CNCT (Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo).
Con un pañuelo verde anudado a su muñeca izquierda, Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), delegada de Télam y secretaria de Acción Social del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) leyó el Documento de la Intersindical titulado “Seguimos construyendo redes y unidad entre las y les trabajadores”.
Entre las principales demandas, las centrales obreras coinciden en la necesidad de la concreción de un aporte extraordinario de las grandes fortunas, como base para la discusión de una reforma tributaria que garantice la distribución de la riqueza y el financiamiento de las políticas de Estado, “y una nueva matriz productiva para reparar desigualdades y asegurar derechos”. Remarcaron, a su vez, que “la pobreza y la desigualdad estructural, el trabajo precario y la desocupación empeoran en situación de pandemia, relegando a las mujeres a asumir todo tipo de tareas de cuidados a tiempo completo sin reconocimiento económico. La falta de agua y elementos fundamentales para la prevención del COVID-19 hacen estragos en los barrios de mayor hacinamiento”. Asimismo, reclamaron por la suspensión de los pagos y la investigación de la deuda externa, cuyo monto mayoritario, estimado en un 89%, se fugó con la especulación financiera de la administración de la coalición Cambiemos-Pro.
También exigieron la declaración nacional de la emergencia en violencia de género y el acceso efectivo a una justicia con perspectiva de género; el cumplimiento efectivo de la Ley Micaela, cuya capacitación es obligatoria para lxs integrantes de los tres poderes del Estado, en todas sus jerarquías y niveles, y para lxs trabajadores de la función pública en todo el territorio nacional. De la misma forma, exigieron la plena implementación de la Educación Sexual Integral y la Identidad de Género, en todo el país; ratificación del Convenio 190 de la OIT para la erradicación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo; respeto al decreto que prohíbe despidos en cuarentena y rechazo a las rebajas salariales; paritarias libres y plena vigencia de las convenciones colectivas de trabajo con perspectiva de género, licencias por violencia de género y políticas activas para la igualdad, y cupo laboral Travesti/Trans. Por último, pero no menos importante, “Educación sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar, Aborto legal para no morir”.
A continuación, fue el turno de Claudia Baigorria, secretaria adjunta de la CTA Autónoma quien lamentó “no poder vernos y abrazarnos en las calles, como lo hicimos el 9 de marzo”, durante la marcha por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. “Las desigualdades y la violencia machista eran anteriores a la declaración de la emergencia sanitaria del coronavirus pero que sin dudas pone en evidencia que todas estas desigualdades se han profundizado en detrimento de los derechos de nuestras compañeras en los distintos frentes”, expresó y celebró el reconocimiento del COVID-19 como enfermedad profesional, para les trabajadores de la Salud. Reclamó, por otro lado, la falta de insumos tecnológicos para la educación, y la protección de niñes, adolescentes y jubiladxs y de los sectores más vulnerables.
Con las consignas, Trababajadoras Somos Todas, El Sindicalismo Es Con Nosotras; Vivas, Libres y Desendeudadas Nos Queremos y La Deuda Es Con Nosotras y Nosotres, el encuentro continuó con las palabras de Lorena Vergniaud, presidenta de la cooperativa La Maqueta y referenta de la CNCT. Además de homenajear a las trabajadoras de la Salud, que se encuentran dando la batalla en la primera línea frente a la pandemia, se refirió a las trabajadoras textiles que se encuentran cubriendo la demanda de los hospitales. “Nuestra confederación está organizada por muchas cooperativas productivas de distintos sectores, que hoy están, como todo el país, paralizados, y tenemos muchas Ramona Medina, muchas luchadoras, compañeras que han abierto sus cooperativas para hacer ollas todos los días, no solo para sus compañeres sino para el barrio. Entonces este día también es por ellas y es por todas”, subrayó.
Gabriela Figueroa, secretaria Política y de Interior de APUBA (Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires) – FATUN (Federación Argentina de Trabajadores de Universidades Nacionales) – CGT se refirió a la labor imprescindible, en estos momentos de pandemia, de las trabajadoras de la educación, del transporte y de las tareas de cuidado, y a la importancia de la continuidad del trabajo mancomunado de sindicatos y gobierno. Por su parte, Miguelina Gómez, coordinadora de la CCC de La Matanza aseguró que en su municipio ha crecido mucho la violencia de género y el hambre. Y que su organización, donde el 80% son mujeres, se encuentra al cuidado de las compañeras que están llevando adelante ollas populares para paliar la situación de vulnerabilidad de lxs vecinxs. Pidió además incrementar los refugios y el personal capacitado para contener a las mujeres que sufren violencia de género y que en muchos casos deben dejar sus hogares por ese motivo.
“Las mujeres de la Economía Popular venimos levantando la voz hace mucho tiempo por la exigencia de que haya una Ley de Emergencia por Violencia de Género”, manifestó Jacquelina Flores, referenta del Movimiento de Trabajadores Excluidxs (MTE – CTEP) y de la UTEP, y agregó: “Sabemos lo que es un Estado ausente. Venimos de resistir cuatro años de un Estado que nos odió y nos lo hizo saber”. Definió, además, que el trabajo de las mujeres de la Economía Popular, que ha quedado visibilizado en el marco del Coronavirus, se necesita que sea plenamente reconocido y concluyó: “Que la consigna ‘Trabajadoras somos todas’ sea una realidad. ‘Ni Una Menos’, tiene que ser inclusivo. ¡Ni Una Menos! ¡Tierra, techo y trabajo!”.
Claudia Lázzaro, referenta de Mujeres Sindicalistas de la CFT y directora de Políticas de Equidad, Formación Laboral y Políticas de Cuidado del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires rememoró que “fuimos las mujeres quienes construimos el primer paro contra el gobierno macrista, que fue hambreador, precarizador; pero, sobre todo, esos tipos de violencias fueron hacia las mujeres”. Y agregó: “Fuimos las mujeres las que decidimos gestar la unidad de todo el movimiento de mujeres, obreras, trabajadoras, y entendimos que no solo las que teníamos empleos formales éramos las que teníamos que constituirnos. Entendimos que en esta construcción teníamos que estar las trabajadoras formales, pero también las de la Economía Popular”.
“Esa construcción de unidad, que nació desde la resistencia al gobierno neoliberal, la seguimos sosteniendo y esto es un hecho político que construimos las mujeres trabajadoras. Porque consideramos a la solidaridad como una herramienta, pero también como una condición de vida y de eso estamos todas y todes convencidas. Creemos en la independencia económica, en la soberanía política, en la justicia social, pero que deben tener perspectiva de género. Y las mujeres debemos ser parte de esas consignas y de las discusiones”, aseguró Lázzaro y reivindicó a las trabajadoras de la comunicación, a las rurales, las curtidoras, alimenticias, entre otras, por su labor esencial en la coyuntura de la pandemia. “Justicia por Ramona y ¡Nunca Más! Porque el Coronavirus afecta a lxs más humildes”, remarcó.
Para concluir, Yamile Socolovsky, secretaria de Formación, Investigación, Proyectos y Estadísticas y referenta de Género de la CTA-T aseguró que en esta situación de aislamiento social, preventivo y obligatorio, que al cierre de esta nota se prorrogó hasta el 28 de junio, no estamos solas y “seguimos construyendo redes para seguir luchando contra todas las formas de violencia machista”.
“A la salida del gobierno neoliberal hemos recibido un país donde más del 50% del empleo es informal, precario, y ahí estamos sobrerrepresentadas las mujeres”, remarcó Socolovsky y agregó que estaríamos en una situación más grave si no tuviésemos un Estado presente. Sin embargo, aseguró que “para seguir avanzando en nuestros reclamos es necesario fortalecer la acción del Estado”.
Y enumeró: “Necesitamos políticas públicas para asegurar el derecho al trabajo, el cupo laboral trans y el cupo laboral para las personas con discapacidad. En Argentina hay 5 millones de personas con discapacidad y el 60% son mujeres. Tenemos que hacer visible ese reclamo”.
“Necesitamos políticas públicas para asegurar el derecho al trabajo, trabajo sin violencia, trabajo con igualdad de género. Necesitamos políticas públicas para el reconocimiento del trabajo que implican las tareas del cuidado y para una distribución igualitaria de las responsabilidades del cuidado”.
“Necesitamos que éste sea el año de la aprobación de una ley que legalice el aborto en la Argentina. Necesitamos educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir. Necesitamos que avance la Ley Micaela en el Poder Judicial, porque con un Poder Judicial patriarcalizado no hay justicia de género en nuestro país”.
“Necesitamos, para sostener esas políticas de Estado, avanzar y conquistar un impuesto a las grandes fortunas de nuestro país. Lograr un impuesto a las grandes fortunas en nuestro país hoy es estratégico. No sólo para resolver la emergencia, sino para poder avanzar hacia una reforma impositiva y tributaria que nos permita construir una nueva matriz de distribución de la riqueza en nuestro país”.
“En este contexto, volver a encontrarnos, volver a encontrar una manera de decir todas juntas cuál es la Patria, cuál es la Matria por la que luchamos es fundamental. La unidad sindical feminista que reafirmamos en este acto es la fuerza que nos permite luchar en esta situación de emergencia, seguir luchando por una Patria, por una Matria Justa, Libre, Soberana, sin violencia, hasta que el mundo sea como lo deseamos”.
El encuentro terminó a viva voz, desde los micrófonos abiertos de todas las participantes, con carteles y pañuelos extendidos: “Unidad de las trabajadoras, y al que no le gusta que se joda, que se joda”.