MILEI, LA NEGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA AGENDA 2030 QUE IMPONEN LOS MERCADOS
Por Matías Jauregui*
Esta semana viajé a Necochea, a recibir álamos y sauces que me entregó el ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires en el marco del Plan de “Incentivos a la Actividad Forestal”. Este plan provee Álamos, Sauces y Eucaliptus a pequeños productores para la implantación de macizos forestales de producción maderera, sistemas silvopastoriles, cortinas rompe vientos y montes de abrigo para animales.
El gobernador Axel Kicillof y el ministro de Agricultura de la provincia, Javier Rodríguez, entienden la importancia de forestar nuestra provincia, pensando en proyectos de forestación a largo plazo. Esta gestión provincial, toma nota de que el mundo con su agenda 2030, nos está pidiendo más forestación como requisito para poder comprar nuestros Commodities.
La Agenda 2030 de la Naciones Unidas tiene 17 objetivos para promover el desarrollo sostenible en todo el mundo. Abarca temas como la erradicación de la pobreza, la igualdad de género, la educación de calidad, la acción climática, la paz y la justicia.
No me voy a detener en analizar las incoherencias entre los temas de la agenda 2030 y las políticas exteriores de algunos países miembros, pero sí a reflexionar sobre la importancia de cumplir con normas de la agenda 2030 que nos posibilitarán tanto mejorar la calidad de vida de nuestra población, como también ganar mercados.
Esta agenda de la Unión Europea nos encuentra hoy con un presidente, apoyado por la Sociedad Rural Argentina y por la fundación barbechando, que, por un lado, se aleja comercialmente de países como China y Brasil y, por otro lado, se niega a cumplir con la agenda 2030, hecho que nos limita a comerciar con la Unión Europea, que demanda, por ejemplo, soja y carne libre de deforestación.
Para estar a la altura de esta agenda mundial es importante tener políticas estatales que apoyen la educación pública, que inviertan en obra pública y que trabajen en el territorio junto al sector privado y a los consumidores, que son quienes traccionan la demanda.
Para cumplir con estas normas e incentivar el consumo de productos que vienen de zonas libres de deforestación, en nuestro país se desarrolló una plataforma con un sistema de monitoreo y control satelital llamada Visión Sectorial del Gran Chaco (Visec), que asegura una trazabilidad (o sea el seguimiento) desde el campo hasta el puerto, administrado por la Bolsa de Comercio de Rosario.
El VISEC, es una plataforma público-privada, sin costo, financiada por fondos y programas internacionales verdes junto con la Unión Europea, y con colaboración de la FAUBA, creada para generar una trazabilidad de toda la cadena sojera y ganadera.
A partir del 1 de enero de 2025, para entrar en la Unión Europea, todos los embarques de poroto, harina de soja y carne vacuna tienen que cumplir con la trazabilidad, desde el lote de producción, hasta la exportación final, demostrando que esa carne o soja, viene de zonas que no han sido deforestadas.
La plataforma hace un análisis satelital del campo de soja o ganadero, observando que no haya sido deforestado a partir de diciembre 2020, que es la fecha de corte que propone la Unión Europea. La Unión Europea, pide deforestación cero, en cambio China, que es nuestro gran comprador, por ahora no pide este requisito, aunque va en camino a estas nuevas normas de comercialización.
Esta plataforma se basó en el Pacto Verde Europeo, que prohíbe el ingreso de productos como ganado bovino, cacao, café, aceite de palma, caucho, soja y madera, que provengan de zonas de deforestación.
Argentina es el primer país del mundo que enfrentó esta regulación, que va a ser adoptada a partir del 1 de enero de 2025, con la plataforma Visec, pudiendo cumplir hoy con las exigencias de la Unión Europea en materia ambiental. Este año se realizó el primer embarque argentino de harina de soja con un certificado georreferenciado que garantiza que el producto es libre de deforestación.
Los grandes productores del norte del país, están en desacuerdo con esta agenda, ya que son suelos deforestados hace pocos años.
Por otro lado, vemos como Brasil sigue los pasos de Argentina y diseña una plataforma para poder exportar embarques de soja 100% trazables, aun sabiendo que tienen el sartén por el mango, siendo los mayores productores mundiales de soja y maíz.
Mientras el mundo busca cumplir con una agenda que contemple pautas de cuidado del ambiente, el gobierno de Javier Milei prohíbe en el INTA hablar de «cambio climático», «agroecología», «sustentabilidad”, “género”, “biodiversidad”, “huella de carbono” y “pro huerta”.
Mientras nuestros mercados ponen en su agenda el cambio climático, el gobierno nacional niega, por ignorancia o por ideología, su importancia y las consecuencias para el futuro de nuestros hijos y nietos.
* Ingeniero agrónomo. Asesor técnico y productor en la zona de Tandil.