Diálogo con Alina Duarte, periodista mexicana
MÉXICO NOS DUELE, “ NO ES OPCIÓN DEJAR DE INFORMAR”
A 1 año de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa
Por Mariano Quiroga
Alina Duarte es periodista mexicana de Revolucióntrespuntocero y Telesur, y ha estado cubriendo todo este año las vicisitudes que ocurrieron alrededor de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en Guerrero, del país hermano de México.
El 26 de septiembre se cumplió un año del trágico suceso.
Lo primero, dice Alina Duarte, es contextualizar las razones para que decenas de miles de mexicanos salieran a las calles a reclamar justicia por estas desapariciones: “Hay un México antes y después de Ayotzinapa, todos nos hemos reflejado en nuestros jóvenes estudiantes, los padres y madres de estos 43 normalistas detenidos y desaparecidos y los 3 que fueron asesinados aquella noche en Iguala. Desde que comenzó la guerra contra el narcotráfico en México, son miles y miles los asesinados, son miles los desaparecidos, los ausentes, los femicidios, Ayotzinapa es parte de esta tragedia que vive el pueblo mexicano”.
“El mismo partido en el poder, el PRI, que en 1968 asesinó a miles de estudiantes en Tlatelolco que se manifestaban en repudio de los Juegos Olímpicos en México, sigue criminalizando la protesta social y replicando estas prácticas sangrientas. Esto siguió pasando, pero lo de Ayotzinapa no se pudo esconder más. En esta barbarie están implicados los políticos, la policía y hasta el ejército. Es una situación generalizada que se repite en todo el país”.
La investigación sobre Ayotzinapa continua su curso y Alina nos cuenta cuál es el estado actual: “A los pocos meses el gobierno federal quiso cerrar el caso, el Procurador de la República hablaba de la verdad histórica, donde los 43 normalistas habían sido calcinados en un basurero. Primero detuvieron al Presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, quien habría ordenado la detención de los estudiantes, se detuvieron a sicarios ligados al cartel de Guerreros Unidos, pero esto no hizo detener las protestas y reclamos de justicia. Luego, se quitó al Gobernador del Estado, aunque no se lo procesó. El equipo de antropología forense argentino y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos aportaron muchos datos a la investigación, lo primero fue que es imposible que los hayan incinerado y esto alentó a la sociedad mexicana a no ceder en su lucha”.
Respecto a la complicidad entre los medios masivos de comunicación y el actual gobierno la periodista mexicana analiza que “Los medios hegemónicos se han dedicado a replicar el mensaje gubernamental. Han sido los medios de comunicación alternativos y las redes sociales quienes han hecho perdurar la memoria y, sobretodo, permitido que el tema siga en el día a día. Se persigue y se asesina a periodistas, se teme más a estar vigilado por la secretaría de información, que no tener vigilancia. Son muchos los periodistas que renuncian a estas medidas de seguridad y se protegen a sí mismos por las suyas. Muchos colegas seguimos informando por cuestiones de dolor, de rabia y porque sabemos que lo único que puede detener lo que está pasando en el país es saber la verdad, y que si mucha gente está enterada de lo que está pasando, no vamos a ser algunos, sino que vamos a ser miles los que sigamos movilizados. Hay que aportar el granito de arena y renunciar a la individualidad y pensar en los que vienen. No hay que ceder. En un país como México, renunciar a estar informando no es opción”.
Sobre el estado actual del pueblo mexicano que comienza a organizarse de manera más firme: “Las historias tenebrosas parecían que eran lejanas de todos nosotros, que los femicidios ocurrían solo en Ciudad Juárez y, de repente, esto se trasladó al Estado de México, muy cerca del Distrito Federal, teniendo ahora más femicidios que el Estado de Chihuahua, donde la gente lo relaciona históricamente con las mujeres asesinadas. Vivimos una situación de total impunidad y la gente se está organizando en diferentes escalas, se suman a colectivos ya existentes. Todavía no es una lógica masiva, pero sí es sustancial el cambio que ha realizado la gente en estos 12 meses”.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos informó que desde el inicio de la administración de Peña Nieto y hasta agosto del año pasado, 672 mujeres fueron asesinadas con alevosía y ventaja, muchas de ellas tras ser torturadas y violadas. Nueve de cada diez asesinatos quedaron sin castigo.
Un recuento hemerográfico realizado por Revolución Trespuntocero, arrojó que, de enero a junio del presente año, se produjeron alrededor de 370 brutales asesinatos.
Estas cifras, que solo abarcan datos obtenidos en el Estado de México, no buscan ningún tipo de sensacionalismo, sino conocer en mayor profundidad un país que algunos exhiben como modelo político, y señalar que las denominadas “guerras contra el narcotráfico”, son guerras y que no hay mayor aberración posible engendrada por seres humanos.