MERCADO CENTRAL Y “VERDURAZOS”

MERCADO CENTRAL Y “VERDURAZOS”

Los “verdurazos” nos ayudaron a ver y comprender, pero necesitamos que  las políticas públicas posibiliten  que la producción agroecológica, el precio justo y la alimentación saludable lleguen a todxs. El Mercado Central puede ayudar mucho en ese difícil camino.

Ing. Agr. Carlos Carballo

El abastecimiento de alimentos  e insumos básicos se hizo más evidente estos  días -especialmente para los habitantes de las  grandes ciudades- alarmadísimos porque ”se dispararon los precios” y  “hay productos que no se consiguen”. Pero,  … ¿dónde está la novedad? ¿no fue siempre así? ¿no venimos hablando hace tiempo de precios regulados,  precios fijos, precios cuidados, la locura inflacionaria? ¿Cuántas preguntas nos venimos haciendo desde hace tiempo acerca de cómo se forman los precios de  productos básicos, tales como los alimentos o medicamentos?

Sobran estudios que demuestran el grado de concentración y el poder para la fijación de precios por algunas grandes empresas -transnacionales muchas veces- pero eso no es igual en todos los casos. Algunos alimentos, por ejemplo,  son muy perecederos y requieren cadena de frío, otros vienen desde muy distintas distancias, resultan del trabajo de muchísimos productores, son de producción estacional, están sujetos a la evolución del clima en sus áreas de producción, etc. Por eso, los mercados concentradores o mercados mayoristas juegan un papel muy importante en la formación de los precios al consumidor de  alimentos como frutas y hortalizas. Esto es lo que  observamos también en el Área Metropolitana de Buenos Aires/AMBA.

El Mercado Central de Buenos Aires

Hasta 1984, la comercialización mayorista de productos frutihortícolas se realizaban en Capital Federal y Gran Buenos Aires  a través de 23 grandes mercados y 2 salas de remate. Diversas razones justificaron que el Estado Nacional, el gobierno de la Ciudad y el de la  Provincia de Buenos Aires concretaran decisiones tomadas ya en 1967, creando un ente público interestadual, la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires, responsable de la comercialización mayorista de alimentos. La Corporación  construyó el  Mercado Central de Buenos Aires-MCBA,  al que el Estado le asignó inicialmente el monopolio de la concentración de frutas, hortalizas pescados y mariscos en estado fresco, a fin de abastecer el AMBA, transparentando precios y condiciones de compra-venta,  calidad, sanidad, etc. de los productos comercializados.

Esta institucionalidad duró poco,  ya que en 1991, el gobierno  de Menem dispuso la desregulación del comercio interior de bienes y servicios, terminando con el monopolio ejercido por el MCBA. No tardaron en aparecer nuevos mercados en el Gran Buenos Aires. No obstante,  el MCBA sigue siendo el mayor mercado  de frutas y hortalizas del país, principal abastecedor de los 13 millones de habitantes del AMBA y proveedor de  mercados mayoristas provinciales.

El MCBA está situado en Villa Celina,  La Matanza,  y cubre una superficie de 540 hectáreas, de las cuales 210 están afectadas a la comercialización frutihortícola y servicios relacionados. La comercialización se realiza a través de 648 puestos distribuidos en 12 pabellones principales y 200 puestos existentes en 6 pabellones semi-abiertos o “playas libres”; en ellos se reciben los alimentos transportados desde las zonas de producción por unos 700 camiones por día y se vende a los distribuidores/comerciantes  minoristas, que se desplazan en 3500 vehículos por día. Se estima que el MCBA comercializa más de 100 mil Toneladas por mes, y que en esta operatoria participan  permanentemente no menos de 10 mil personas, entre los que se incluyen los  “operadores comerciales” responsables de los puestos, trabajadores, feriantes, empresas de servicio y más de 400 empleados de la propia Administración.

Nahuel Levaggi nuevo Presidente del Mercado Central

El referente nacional de la “Unión de Trabajadores de la Tierra” -UTT  fue designado recientemente como máxima autoridad del principal mercado mayorista del país. Acá también comenzó a hacerse evidente  y activa la presencia  de un Estado que asume responsabilidades fundamentales en defensa de los intereses de las mayorías. Las autoridades del MCBA  dejaron de lado su rol burocrático,  para intentar y comunicar medidas que urgen en la coyuntura, pero  señalando también  objetivos y estrategias de mediano-largo plazo tendientes a asegurar el abastecimiento de alimentos sanos.

Transparentar precios mayoristas y tratar de regular  los  precios de algunas alimentos que se habían ido por las nubes  fue lo primero. Sugerir, en base a ello, precios minoristas para la población, fue el segundo paso. No es poco, ni fácil, donde rige un mercado en que la oferta y demanda  pasa a través de poderosos  “operadores comerciales” mayoristas que reciben la mercadería enviada en consignación por miles de productores,  venden y efectúan posteriormente una liquidación inapelable que muchas veces sólo deja claro la comisión cobrada por su servicio. Los productores son “tomadores”  del  precio y las condiciones que le fija el “operador”; los consumidores a su vez son “tomadores” del precio que fijan los minoristas.

El análisis de las medidas que está tomando el Mercado Central y sus posibles impactos son un tema importantísimo en sí mismo pero, además, estimulan la reflexión sobre  la posibilidad de contribuir  desde el MCBA a la promoción de modelos agroecológicos de producción y  comercialización con menor cantidad de intermediarios, precios más justos y alimentos más saludables.

Ya no se trataría sólo de impulsar grupos de productores y alternativas locales de comercialización, sino que se apuntaría a toda la estructura productiva de frutas y hortalizas del país. Sería un gran salto en los “verdurazos” locales, pero somos conscientes de las dificultades.  Para que ello sea posible no solo es necesario que la actual conducción del Mercado Central disponga de tiempo suficiente y  adecuado  respaldo político-institucional, sino que la Agroecología y la Soberanía Alimentaria se constituyan en política de Estado.

Sin aspirar a tanto en el corto plazo,  hay medidas que pueden y deben irse tomando en esa dirección: la asignación de áreas preferenciales para la comercialización de la agricultura familiar y la producción agroecológica es una de ellas; el riguroso control de residuos de agrotóxicos en frutas y hortalizas por parte de SENASA es otra, urgente e imprescindible para cumplir con la obligación del Estado de cuidar nuestra salud.

*Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria-CaLiSA/Fac. de Agronomía de Bs. Aires