Emblema ideológico de Cambiemos: Caputo, corrupción, abuso de poder, misoginia
LO PERSONAL ES POLÍTICO
Por María Quintero
Lo que dejó la sesión de interpelación a Luis Caputo, ministro de Finanzas, por sus cuentas offshore, dólar futuro y endeudamiento del país en el Congreso fue el reflejo de la política que lleva adelante y de cómo se maneja el gobierno nacional en todas sus dimensiones.
Un show montado y una excusa para dar por finalizada la sesión. Sin embargo, el tema no queda tan son solo en eso, sino que además tuvo varios hechos institucionalmente graves, aunque ahora el gobierno nacional intente minimizarlos.
Por un lado, y con total impunidad, fue el interpelado quien le dio la orden a quien Presidia la sesión, diputado José Mayans, que la levantara. Un hecho no sólo inédito sino que de un profundo desprecio hacia el Congreso Nacional. Claro que el desprecio por las Instituciones también es moneda corriente en el gobierno de Cambiemos, nos basta con recordar las declaraciones de Macri presionando a los jueces, al afirmar que buscaría «otros jueces que lo representen».
Luis Caputo, ex CEO, quien hace el trabajo de los fugadores de dinero – hoy tenemos una fuga de capitales de más de 30 millones de dólares- y de los fondos buitres, quien está acusado de ser dueño de un conglomerado de offshore y de no haberlo declarado ni en 2016 ni en 2017 en su declaración jurada – algo que es obligatorio para quienes ejercen la función pública porque genera conflicto de intereses-, quien se benefició con el dólar futuro -compró 5 millones de dólares del bono de deuda que él mismo emitió a cien años y con una tasa abusiva-, es además el responsable de la toma de deuda por más de 100 años de nuestro país, entre algunas otras cosas.
Sin respuestas
“¿Cuánta deuda emitió por orden de Mauricio Macri que tome? ¿Qué va pasar con el endeudamiento? ¿Quién está comprando deuda argentina? ¿El socio que usted tenía?”, preguntó Axel Kicillof en la interpelación. La pregunta no tuvo respuesta. Como tampoco tuvo una respuesta creíble la razón por la cual no había declarado las offshore: “Mi contador no sabía que había que declararlas”, dijo. “Las offshore son como una caja de seguridad”, manifestó ante la crítica de tener el dinero fuera del país, en empresas offshore y sin declarar, y ante la crítica del diputado Agustín Rossi quien le dijo: “Las offshore serán legales pero si no están declaradas son un hecho de corrupción. Ustedes tienen la plata afuera mientras nos aumentan a los argentinos”. Tampoco hubo respuesta para la senadora María de los Ángeles Sacnun cuando le recriminó: “Hemos caído en un ciclo de endeudamiento con fuga de capitales”.
Así, cada respuesta de Caputo fue una réplica del estilo de los funcionario de Cambiemos: la negación de la realidad, la banalización de las responsabilidades de un funcionario público, el destrato por la oposición y el manejo de la función pública como si el Estado fuese su empresa. Como buen CEO no se privó de nada, dio órdenes, ninguneó las preguntas de lxs legisladorxs como si fuesen sus empleados, puso límites para el ingreso de la Prensa, impuso su antojo para ingresar y retirarse del recinto y mandó mensajes intimidatorios a una diputada.
El abuso de poder y la misoginia
Un análisis aparte merece el tema del “papelito” que se llevó las horas de pantalla mediática el día miércoles, luego de la vergonzosa actuación del Ministro. Si su actuación tuviese que ser descrita por imágenes, sin dudas, la foto del papelito y la sonrisa socarrona del ministro ante las cámaras y el recinto durante toda la sesión serían las elegidas.
La actitud de Caputo con la diputada Gabriela Cerruti fue, sin dudas, misógina, algo que también se condice con la misoginia que ejerce el gobierno nacional desde sus políticas de estado como el recorte a los programas contra la violencia de género hasta la tan mentada frase del Presidente “a todas las mujeres les gusta que les digan que tienen buen culo”.
El mensaje del papelito que, a primera vista, parece una inocente actitud más digna de un adolescente que de un Ministro de Finanzas de una Nación, esconde la coerción, el estigmatización hacia la mujer y la impunidad de quien ejerce el abuso de poder – político, económico y falocentrista. Si Gabriela Cerruti fuera hombre, ¿el Ministro se hubiera animado a mandarle un papelito en medio de la sesión?
Más allá de que hoy Caputo asegure que la frase fue una respuesta a una acusación de Cerruti, lo que desnuda es la clara intención de la descalificación y la falta de respeto. La frase “Tengo dos hijas, no seas mala” es, también sin dudas, alusiva a la sensibilidad maternal que entiende el ministro debiera tener Gabriela Cerruti tan solo por su condición de mujer. La carita sarcástica que intenta hacer de esa frase una humorada delata aún más el significado misógino del mensaje.
La actitud del ministro tiene la misma connotación de naturalización del menosprecio a la figura de la mujer de aquella frase del Presidente de la Nación. Y como muestra de esto, también podemos mencionar que, en la misma sesión, a la única persona, entre todxs lxs legisladorxs, que el Ministro se animó a tutear relajadamente, fue a la Senadora María de los Ángeles Sacnun…
Es difícil imaginar ese mismo trato o un papelito enviado, por ejemplo, al diputado Tahilade, ¿no? En la respuesta que cada unx está dándole a esta pregunta también se traduce la cuestión de género y la misoginia que llevó adelante Caputo. Por eso, también es difícil comprender que en pos de una “estrategia política” se le pida a una mujer que es víctima de misoginia que se quede “calladita y no se enoje y no grite”. Si aún pedimos eso como sociedad, lo único que hacemos es brindarle la impunidad al misógino y retroceder varios pasos en esta profunda y larga lucha que estamos dando por la igualdad. La historia actual nos demanda dejar de ser testigos silenciosos ante la injusticia del abuso de poder y del patriarcado.
Es la política, querides
En definitiva, la situación del pasado miércoles en el Congreso parece ser tan simple como que así como entendimos que María Eugenia Vidal es parte de un gobierno de opresores y que sus prácticas reproducen el sistema de privilegios patriarcales y el sistema de privilegios de una minoría rica – y por eso no es ejemplo de sororidad con las mujeres oprimidas-, también debemos entender que Luis Caputo pertenece a ese mismo gobierno. Y por eso el CEO, actual ministro de Finanzas, resume sus respuestas a la defensa de los privilegios que solo la minoría rica puede tener, porque es claro que ni todos abren una caja fuerte en el exterior y mucho menos con 5 millones de dólares adentro, ni tampoco son dueños de empresas Offshore. Por eso, el Ministro trabaja para la fuga de capitales y en favor de los fondos buitres que devastan a los sectores más vulnerables de las sociedades. Y es por eso, también, que ejerce la misoginia y el patriarcado disfrazado de chiste. Nota mental para todxs: Nunca olvidar que lo personal es político.