LA POLARIZACIÓN COMO POLÍTICA ECONÓMICA

LA POLARIZACIÓN COMO POLÍTICA ECONÓMICA

Por Ignacio Vila

Desde la asunción de Mauricio Macri al mando del Poder Ejecutivo Nacional, la gestión económica no ha tenido el rumbo deseado. Tras diversos anuncios que prometían un repunte de la actividad económica pero que finalmente no se pudieron ver materializados, la estrategia comunicacional del oficialismo es dejar de hablar de temas económicos, para a hablar sobre lo que podría haber pasado si el peronismo seguía al frente del Estado y sobre las dificultades para gobernar que generarían «lo peor del cristinismo, el sindicalismo y el peronismo”, como aseguraba el periodista Luís Majul el pasado Jueves 13 de abril en su editorial del diario La Nación.

Al inicio de la gestión, los economistas del oficialismo aseguraban que los problemas económicos del país tenían que ver con el Cepo cambiario, el atraso del tipo de cambio, el déficit fiscal, la inflación, el alto esquema impositivo del agro y los bajos niveles de inversión privada y extranjera que estos desequilibrios generaban. Las acciones destinadas a corregir estos problemas tuvieron que ver con la apertura del cepo, la devaluación de la moneda, la quita de retenciones del agro, un Banco Central trabajando con “metas de inflación” y un renovado discurso gubernamental en favor del empresariado nacional y extranjero. Los resultados no fueron los esperados. En términos macroeconómicos, en el año 2016 el PBI nacional cayó en un 2,3%. Analizando sus componentes individuales vemos que el Consumo privado sufrió una caída del 1,4%, la Inversión tuvo una retracción de un 5,5%, el resultado entre el Gasto Público y la recaudación empeoró. Es decir, aumentó el déficit fiscal en un 35%, siendo el sector externo el único que aportó noticias positivas, o sea, las exportaciones crecieron en un 1,7% y las importaciones cayeron en un 6,9%. En este sentido, es importante recalcar que las importaciones tuvieron una particularidad. El principal motivo de la caída se encuentra en la fuerte retracción en la compra de bienes de capital y de bienes intermedios. Es decir, el empresariado nacional apostó a la desindustrialización.

Tan fuerte fue la caída en este rubro que “tapó” el importante aumento de las importaciones de vehículos y de bienes de consumo registradas durante el 2016.
Ante esta realidad, y en el marco de un año electoral, el oficialismo salió “a todo o nada”, como aseguró Luis Majul en la nota citada anteriormente, a dar la pelea en la arena política, evitando discutir los problemas económicos actuales. La estrategia parece ser sencilla, pero no por simple deja de ser inteligente y -tal vez- efectiva. Durante 2017 el discurso oficial dejará de prometer buenos resultados económicos y pasará a mostrar cuál sería la realidad nacional si el peronismo hubiese continuado al mando del país. Cualquier acción de protesta y cualquier manifestación opositora serán encuadradas como una actividad premeditada del peronismo llevada a cabo para poner palos en la rueda al gobierno actual.
De acá en adelante la polarización estará al orden del día. Ellos o nosotros. Unitarios o Federales. Civilización o Barbarie. Ya no habrá rastros discursivos de lo que fue “el mejor equipo económico de los últimos 50 años” y, dados los resultados de la gestión económica, no se puede negar que es una medida inteligente. Si los datos económicos y sociales son negativos, ¿para qué, entonces, discutir sobre ellos en un año electoral?.

(1) “Macri apuesta a todo o nada
“Por el blanqueo, el déficit fiscal de 2016 fue del 4,6% del PBI”