LA CONVERGENCIA E INTERNET
Ese término que está siendo promovido por los sectores concentrados de la comunicación que tienen como terminales en el gobierno de Cambiemos al ENACOM. Datos para reflexionar.
Por Daniel Bello
El pasado 3 de mayo se conmemoró el día de la Libertad de Prensa.
Pero este aniversario venía con varias noticias:
-La radio comunitaria FM Fribuay, de Ramos Mejía, emitió un comunicado en el que anunció que- debido al estrangulamiento económico, proveniente del tarifazo eléctrico-, dejaba de transmitir por la noche y apagaba el transmisor.
La misma radio que, según el Gobierno Porteño en ese entonces a cargo de Mauricio Macri, percibió en pauta 618.638,80 pesos.
Un dinero que nunca llegó a la radio.
-En una nota publicada (http://www.clarin.com/extrashow/muerte-radio-conocemos_0_1569443185.html) en el diario Clarín se daba cuenta de lo que sucede con la radio en Noruega, que ha previsto para enero de 2017 el apagón analógico, y se explicaba que Noruega había optado por el sistema DAB (abordamos este tema en la nota: http://go.shr.lc/1mMb8j7 ) y dejaba libre la frecuencia de FM. Este artículo además, disparaba una serie de preguntas que iban en dirección de sembrar las bases de un sentido común para edificar el relato, y la posterior aceptación popular, para cuando en nuestro país llegue el momento de discutir el apagón y la convergencia previsto para 2019.
(Si hablamos de Clarín no es por empecinamiento sino porque es el actor que concentra la mayor cantidad de licencias en el país y que se ha visto beneficiado para seguir aumentando su concentración hegemónica a partir del decreto 267/15 de Mauricio Macri).
Para continuar con el análisis es recomendable releer la afirmación del diario La Nación del año pasado, sobre que el futuro de la convergencia es el Triple Play (http://www.lanacion.com.ar/745743-la-convergencia-tecnologica-ahora-se-llama-triple-pla), a la que se le suma lo propuesto por Clarín en su nota mencionada en el incio, que no solo abona en ese sentido sino que también desliza los conceptos de consumo puntualizado y, en consecuencia, en la generación de publicidad de acuerdo a cada perfil de usuario, que representan servicios como el «On Demand».
Implícitamente, se deja de proponer las categorías de audiencia y oyentes como sujetos de derecho, tal y como se concibieron al calor de la LSCA y que la Defensoría del Público aún sigue promoviendo junto a otr@s, y son transformados simplemente en cliente.
Es decir, meros consumidores.
Este hecho se reafirma con la publicación del boletín oficial en el que se puede leer que el decreto 678/2016 anula la normativa de 2010 que obligaba a los programas de televisión y radio a indicar con un separador el inicio y el final de los espacios publicitarios.
O sea, contenido y publicidad son una sola cosa.
¿Más Es Mejor?
El mercado necesita que cada vez más dispositivos como celulares, tablets, etc, estén en más manos y más conectados, o sea, en término de Cambiemos, más clientes.
Esto da la idea de que las conexiones o el servicio de conexión a la red no presentarán un problema, hasta podemos vislumbrar que será gratuito como sucede en algunos lugares de la ciudad de Buenos Aires o con Facebook, que en abril de 2015 anunció internet gratis en Panamá, sumándola a Colombia y Guatemala, y generando así 2.700 millones de personas nuevas a la red en zonas emergentes.
¿Por qué afirmamos esto?, porque ese mercado que busca sumar nuevos clientes a los ya cautivos, no necesita de impedimentos ni tampoco generará enormes ganancias por cobrar el servicio de conexión a la red, pero que sí lucrará a partir de las nuevas plataformas que se puedan desarrollar con las nuevas tecnologías, aplicaciones para descargar y hasta nuevos dispositivos que generen una manera más rápida de navegar (el eterno gancho, como lo son los paquetes segmentados por anchos de banda). Un ejemplo puede ser Netflix, un servicio de televisión pago con más de 60 millones de usuarios, con contenido en Smart TV, consolas de juegos, PC, Mac, dispositivos móviles, tabletas.
El imperialismo a través de las series de Netflix como House of Card, han movilizado no solo una gran masa de dólares a través de este sistema sino también han comunicado una visión del mundo y la política.
Por otra parte, Netflix no tuvo que «probar» la serie ante las grandes audiencias y correr el riesgo de que la inversión fracasase: a través de sus suscriptores generó un contenido de acuerdo a sus gustos y realizó una inversión multimillonaria.
Para Controlarte Mejor
El 2 de mayo también se conoció que en Brasil, el juez Marcel Maia Montalvão, determinó la suspensión de WhatsApp por 72 horas en todo el país argumentando que facebook, propietario de la aplicación, evitaba colaborar con una investigación penal sobre narcotráfico.
Los afectados, algo así como 100 millones de personas, se mudaron a la aplicación de Telegram para poder continuar «comunicados». Sin embargo, es menester remarcar que una aplicación no es la red sobre la cual viajan datos sino una ventana de ingreso para hacerlo.
Hay que preguntarse quién o quiénes regulan ese acceso – si acaso una conexión estatal o centralizada por el gobierno sería mejor, aunque si tomamos el caso del gobierno aliancista de Cambiemos y la situación de vulnerabilidad en la que quedaron los medios comunitarios, sería preocupante-; quién concentra toda la información, qué se hace con toda esa información que circula.
Alguna respuestas pueden brindarlas el caso de Julian Assagne o el de Edward Snowden, el ex CIA y NSA, que en junio de 2013 brindó documentos a los diarios sobre los programas PRISM y XKEYSCORE, que además de ser sistemas de búsqueda y análisis de datos en Internet propiciaban una vigilancia masiva y que, volviendo a Brasil, se utilizó para el espionaje económico de Petrobras.
En el caso de PRISM, Facebook también daba acceso a sus servidores.
Dilma Rouseff fue acusada de corrupción por el caso de Petrobras y ese desgaste terminó generando las condiciones subjetivas para avanzar en lo que terminó siendo un golpe de estado en Brasil.
REDimensionando
Entonces, que un gobierno que fuerza por presión monetaria el apagado de un transmisor, o que como sucedió con el Canal Comunitario Antena Negra TV (el 20 en la TDA), al que el juez Marcelo Martínez de Giorgi -que también investigó a las Madres en 2011- ordenó la entrega de los equipos de transmisión para beneficiar a la multinacional PROSEGUR (empresa vinculada con la última dictadura cívico militar), nos envíe a internet no es menor. Internet es el lugar donde el apagón informativo puede ser mayor, además de que a los medios comunitarios nos desafecta del territorio.
Marchar hacia ese rumbo sin las necesarias discusiones que deben darse entre tod@s los actores de la comunicación nos entregará mansamente a obedecer las leyes del mercado.
A trabajar desde el borde sin llegar al medio.
Algo que ya habíamos saldado con la Ley 26522. Una ley que fue, acaso, algo así como nuestra derogada Constitución del ’49 pero en el proceso político que abarca de 2003 a 2015.
Por su parte, el gobierno que derogó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual emitió desde la ENACOM, el primer comunicado de la Comisión Redactora de la Nueva Ley de Comunicaciones, que dice en uno de sus escuetos párrafos que: “la Comisión destacó, entre otros puntos, que la nueva Ley “busca ampliar el derecho de una comunicación de más calidad y variedad por parte de los argentinos” y que favorecerá “la convergencia en desmedro de la fragmentación informativa y la interdependencia en perjuicio del aislamiento”.
Mientras esgrime ese argumento, en los hechos continua estrangulando económicamente y achicando el campo comunicacional, derechos y garantías de los medios de comunicación comunitarios.
Medios que son, ni más ni menos, actores que han propuesto una reterritorialización de la política en términos comunicacionales y políticos, y que afectan, como está a la vista, los intereses de unos pocos.
Es prioritario entonces retomar el trabajo en redes y fortalecer aquello que ya está construido, para avanzar en la generación de nuevas herramientas, y en la redefinición de otras, que nos permitan afrontar los nuevos desafíos que nos impone el nuevo esquema de poder.
Ante este marco, como ya hemos dicho, llegar solos es un rotundo fracaso. Por ello es preponderante remarcar el trabajo que se está llevando adelante en diferentes redes de comunicadores como sucede en ComunicAcción, que ya lleva 3 encuentros de discusión y puesta en común de objetivos para avanzar en el trabajo conjunto; Interredes, que nuclea entre otros a los canales televisión digital abierta de los canales Barricada TV, Pares TV y Urbana TV, con licencias obtenidas mediante concurso público en noviembre de 2015 o la Coalición por una Comunicación Democrática que avanza nuevamente para generar espacios comunes de trabajo a partir de la promoción de los nuevos foros participativos, a su vez que trabaja articuladamente con FARCO, ARECIA y AMARC, entre otros.
En este contexto, la lucha por el derecho a la comunicación resiste los avasallamientos del macrismo. Los medios comunitarios siguen organizándose para ser parte de esa batalla.