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INDUSTRIA ARGENTINA EN RECESIÓN: LA MANUFACTURA SE DESPLOMÓ 3,6 % EN CUATRO MESES Y EL TEXTIL LIDERA EL DERRUMBE
Por Antonio Muñiz (*)
Según datos del INDEC, la actividad industrial manufacturera cayó 0,1 % en septiembre respecto de agosto y acumula un retroceso del 3,6 % desde mayo. El sector más golpeado fue el textil, con una baja mensual del 6,1 % y una caída del 22,4 % desde el pico de mayo.
Los sectores más afectados
El rubro más castigado fue el textil y de indumentaria, con una caída mensual del 6,1 % en septiembre. Desde mayo acumula un desplome del 22,4 %, el peor desempeño entre todas las ramas industriales. Detrás se ubicaron la industria automotriz (-14,8 %), los productos de caucho y plástico (-13,3 %) y las industrias metálicas básicas (-10,4 %).
Desde el sector textil advierten que la combinación de baja demanda interna y apertura comercial sin controles ha sido devastadora. Denuncian la eliminación de herramientas de regulación aduanera —como el canal criterio, el botón rojo y las declaraciones juradas de composición de producto—, el aumento del contrabando y la expansión del régimen “puerta a puerta”, que permiten importar a precios mínimos históricos.
En el caso de la industria automotriz, la retracción responde tanto a la caída del mercado interno como a la pérdida de competitividad exportadora. La parada de planta de Volkswagen por el cambio de modelo y la baja producción de la nueva Amarok impactaron en toda la cadena de valor, desde autopartes hasta neumáticos y acero.
Solo cuatro de las 16 divisiones del IPI produjeron más que en mayo: refinación de petróleo (+17,2 %), otros equipos y aparatos (+10 %), maquinaria y equipo (+2,2 %) y muebles y colchones (+1,9 %).
Factores estructurales y coyunturales
Más allá de los factores coyunturales —como las elecciones en la provincia de Buenos Aires o la volatilidad financiera—, la industria atraviesa una crisis estructural. La apertura comercial, la reducción del crédito productivo y la ausencia de una política industrial activa profundizan la pérdida de competitividad.

La desregulación del comercio exterior y la caída del consumo interno consolidan un modelo que favorece la importación y penaliza la producción nacional. En este escenario, muchas empresas optaron por frenar inversiones y adoptar una posición defensiva.
A la vez, se observa un deterioro en el comercio con Brasil, donde las importaciones argentinas crecen mientras las exportaciones caen, afectadas por la competencia de vehículos chinos y el encarecimiento del tipo de cambio real bilateral.
Una caída que preocupa
Aunque algunos meses mostraron leves repuntes, el retroceso del último cuatrimestre pone en evidencia una tendencia descendente que amenaza con consolidarse. El sector industrial, motor del empleo y la innovación, enfrenta una combinación de factores adversos: contracción del consumo, altas tasas de interés, dólar atrasado para exportadores y competencia desleal del exterior.
El impacto social es directo. Los sectores textil, metalúrgico y automotriz son los mayores generadores de empleo industrial, y su contracción golpea con fuerza a las economías regionales y a las pymes.

La nueva caída de la industria manufacturera muestra el deterioro de un sistema productivo que pierde terreno frente a la especulación financiera y la apertura indiscriminada. No se trata solo de un retroceso coyuntural, sino del riesgo de desmantelar sectores que sostienen empleo, valor agregado e identidad productiva.
Para revertir la tendencia será necesario recuperar una estrategia de desarrollo que combine estabilidad macroeconómica con protección inteligente, crédito para la producción y una política industrial de largo plazo. Sin esas herramientas, la industria argentina seguirá en retroceso y la promesa de “volver a producir” quedará como un eco lejano del pasado.
*Fuente: Data Política y Económica
