Tras los 55 despidos, continúa la persecución a lxs trabajadorxs
HOSTIGAMIENTO LABORAL EN WALMART
Por PPV
El pasado miércoles, la noticia de que Walmart despedía 55 empleados de su sucursal en Sarandí aparecía en diarios y medios digitales, sin embargo, lo que más se ponía de relieve era la metodología implementada en dicho proceso: bajo presión y amenazas se forzaba a los empleados a firmar nuevas condiciones de trabajo que se podrían resumir en la multiplicidad de tareas y cambios de horarios.
La forma que, claramente, atentaban contra lo que legalmente indican los convenios colectivos de trabajo se realizaba al ingreso del personal, en presencia de un escribano y un policía que la empresa puso a modo de “seguridad”.
PPV habló con Federico Avilés, delegado de lxs trabajadorxs del hipermercado, quien confirmó este apriete que sufrían al ingresar: “Lxs hacían firmar nuevos horarios y turnos rotativos, entre otras condiciones, todo era en presencia de escribano y policía. Si no aceptaban, eran despedidxs”.
Avilés también contó: “luego de la medida que llevamos adelante, el Ministerio de Trabajo de la Provincia tuvo que intervenir y dictar la conciliación obligatoria, algo a lo que la empresa se negaba, ya que quería que se haga pero con los trabajadores en sus casas – y agregó – están queriendo criminalizar nuestra protesta, como también la de otrxs trabajadores de otras actividades, porque ese día también nos enteramos que, escondida en el playón de descarga, estaba la infantería preparada por si había que reprimir”.
“Desde que comenzó la conciliación y desde que se tuvo que reincorporar a los despedidos, convivimos a diario con personal de policía y gendarmería, además de una treintena de personal de seguridad, que se comportan como empleados de la empresa, incluso en algunos casos tienen permiso de portación de armas. Ellos aducen ser custodios de los gerentes, pero nosotros no somos peligrosos. Hay, sin dudas, una connivencia entre la empresa y las fuerzas de seguridad, que no hacen más que hostigar a lxs trabajadorxs a diario”, dijo el delegado de lxs trabajadorxs de Walmart.
También afirmó: “Tratamos de no engancharnos, pero a donde vamos tenemos a estas personas que nos siguen como si fuéramos delincuentes y nosotros somos empleados, trabajadorxs, no criminales” – y continuó- “Hay empleados con 15-20 años de antigüedad. Hay casos como el de 8 cajeras, a las que ya les sumaron otras 8 cajeras, y que son constantemente amenazadas que si no aceptan los cambios ya hay un reemplazo para ellas”.
Finalmente, sobre lo sucedido el pasado miércoles en la represión sobre la 9 de julio a cooperativistas y sobre la intervención al Sindicato de Canillitas por parte del juez Marcelo Martínez Di Giorgi, Avilés remarcó: «Esta es la nueva forma que van a implementar. Esta militarización de los lugares de trabajos para lograr una flexibilización laboral. Es parte de una política de disciplinamiento hacia los trabajadores», sentenció.
En tanto la conciliación siga vigente, la empresa tiene la obligación de retrotraer todas las medidas adoptadas, sin embargo, parece estar decidida a disciplinar a lxs trabajadorxs mediante políticas de hostigamiento y criminalización, a la vez que trata de instalar una flexibilización laboral mediante la firma de los contrato por empresa, algo que no sólo desorganiza la vida de los trabajadorxs sino que claramente atenta contra sus derechos básicos más elementales expresados en nuestra Constitución Nacional.
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