ENTREVISTA A FRANCISCO «PACO» SERRA CRUZ: “MI CAPRICHO CON LA MÚSICA ES PODER PRESTAR OTRA HABITACIÓN MÁS DENTRO DE ESTA GRAN CASA QUE ES LA HUMANIDAD”

Lanzamiento de su disco Canción Guardada

ENTREVISTA A FRANCISCO PACO SERRA CRUZ: “MI CAPRICHO CON LA MÚSICA ES PODER PRESTAR OTRA HABITACIÓN MÁS DENTRO DE ESTA GRAN CASA QUE ES LA HUMANIDAD”
Por Darío Ferrazzano
Una tarde cualquiera en Buenos Aires puede pasar de ser rutinaria a una charla sobre música, de alguna manera filosófica, en un segundo. Personajes sobran, grabadores y periodista también. Faltan, quizás, motivos para concretar encuentros entre esas partes. Y por suerte en una tarde aún cálida de abril se dieron esos motivos para encontrarnos con Francisco Paco Serra Cruz, que está lanzando su nuevo disco y con esa excusa y vino de por medio comenzamos una nota que terminó siendo una charla descontracturada sobre lo que atraviesa a un músico.
Francisco es un pibe de pueblo, criado en Ferrari (Buenos Aires) y crecido con el silencio habitual de esos pueblos de Buenos Aires interrumpido por la música constante que sonaba en la casa y los juegos en las calles hasta altas horas de la noche. Esa constante convivencia de silencio y música hacen entender a la perfección su reflexión sobre qué es ser músico para él: La otra vez veía el Caja Negra de Dárgelos y dice “si ser músico es simplemente querer ser rico y famoso me reniego a eso”. Sí es real, pero ¿eso sólo? ¿uno hace tanto para eso solo? Uno se rompe el orto en querer sonar bien, en escucharse a uno mismo en sufrir un montón de cosas en el sentido de atravesar, de entender que te pasan cosas ¿sólo para eso? Yo también me reniego a eso. Si yo ya tengo laburo, me rompo el orto desde que tengo 16 años. Es algo más grande, porque nosotros vivimos en algo más grande. Yo no soy de “ay no, si no escuchan mi música es porque no me entienden, porque no están elevados”. O capaz sos aburrido y está todo bien, si vos lo planteaste está todo bien.
El tema es que vos lo plantees
Totalmente. Si vos no podes sintetizar “che ¿por qué hago música?”
¿Vos lo sintetizás eso?
Sí. He llegado a esta edad que tengo hoy (27) y uno piensa que empieza a decir “bueno ahora es en serio” pero simplemente porque está más cerca de la muerte que antes.
Y porque estás más consciente de eso también.
No, yo siempre tuve la muerte muy presente. Mi tío se murió en el 2002 cuando yo tenía 7 años y me pegó muy de chico. Fue alguien a quien vi morir. Porque la muerte no es instantánea, aunque a veces es más caprichosa. Pero en él ya se vislumbraba y muy pocas veces es como en las películas. Yo trabajo en cine y la película es la película. Lo divertido es que es una película y no pasa en la realidad por eso uno paga.
¿Esa síntesis que hablabas te lleva a grabar Canción Guardada?
El disco lo grabo en enero del año pasado, y fue medio de casualidad. Lo produjo Javier Sánchez que es un gran músico y compositor de grandes canciones. Yo le mandé un tema porque él militaba conmigo en Músicos con Cristina, y me dice “che este tema está buenísimo ¿no querés hacer un disco? Yo te lo grabo casi sin costo”. Y ahí hice un click también: hay gente en el mundo que no lo hace porque le da plata y yo no hago música porque me de plata, a mi me da plata otras cosas, ya lo tengo re asumido eso. ¿Cuántos músicos de los que suenan en la radio viven de sus canciones? ¡Son muy pocos!
A vos no te va a cambiar nada económicamente si te empiezan a pasar por la radio y te pagan por eso
Nada, una cifra mínima. El vino que nos estamos tomando. Y yo sé por qué lo hago, porque es una necesidad del alma, es lo más profundo que a mí me pasa. Si yo no vivo con eso me muero ¿entendés? Literalmente, hay otra gente que se apasiona por el fútbol, por la política, por coser, por hacer ropa, por cocinar. A mí me apasiona esto y si yo no lo hago a mí no me sirve estar vivo. Si no sirve de nada estar vivo. Posta, tampoco es apología al suicidio. Pero la otra vez estaba subiendo al andén de Villa Luro y dije “che loco vivir no es nada si no lo cargamos de sentido”.
No llega a ser nada por la forma en que vivimos, si vivimos todo el tiempo pensando en “tenemos que ser productivos, tenemos que…” la frase ese es terrible “Tengo que” ¡Qué frase de mierda! Porque si permanentemente tenés que ¿cuándo vivís realmente?
Porque además no sólo es un mensaje exterior, sino que ya tenemos incorporados. Y ahí me traes la productividad y se me viene a la cabeza que uno hace música y hay una especie de idiosincrasia de que tampoco te tiene que dar plata porque sino te vendiste. No, no me vendí, a mi me cuesta un montón y más que plata: me costó tiempo y un costo emocional que yo lo entiendo, pero pasa que vivimos tan desconectado de nuestras emociones… Y empezás a asumir que yo hago música y tengo un capricho. Hace poco tenía una charla con unas bailarinas que están en una obra de teatro y les dije “che ¿hay un capricho nuestro de querer subir a un escenario? Porque hay gente a la que no le importa”, de hecho, mejor si no lo hacen. Hay una cuestión de “no quiero que me vean” que no está mal, pero son necesario los bufones ¿qué sería sin ellos?
Es necesario para ellos y para nosotros como espectadores, es como una simbiosis.
Obvio. Es como algo de ida y vuelta, ahora le dicen feedback.
¿El grabar el disco viene por todo esto que vos decís de encontrarse?
Haciendo una cronología, de golpe encuentro un chabón que quiere grabarme y producirme, casi por nada, porque quiere. Me dijo “yo con vos no hago plata”. Primero entender que eso existe en el mundo y por suerte fui educado en una casa en que fue muy importante desconfiar muchísimo en lo que se nos da fácilmente. Hoy muchas cosas son perpetuadas muy fácilmente y la gente no cuestiona por qué. No porque yo no lo use, porque yo uso Facebook, Instagram, Whatsapp… pero nadie cuestiona “che ¿es bueno, es malo, es más o menos? ¿qué intereses tiene?”, aunque hay gente que lo cuestiona cada es menos.
Pero incluso esa gente que lo cuestiona lo usa
Obvio, hay una realidad que es parte de nuestra vida. Las prótesis digitales (celulares) son una realidad inexorable y cada vez va a ser más profundo. Pero para mi hay que estar armado frente a eso. Lo que falta hoy es ser audaz.
¿Qué es ser audaz?
A mi me parece que hoy ser audaz es hacerse las preguntas que nos incomodan: ¿por qué hago música? ¿por qué carajo hago un disco? Quizás tiene algo de egocéntrico, pero no en términos negativos. Quizás ese ego es necesario para poder reproducir ciertas cosas ¿me tengo que hacer un bicho bolita, meterme en el centro de la tierra y que nadie me escuche? Yo no creo eso, yo vivo en comunidad y quiero ser parte de mi comunidad, no quiero ser mejor, estar por arriba o pisar cabezas. Yo quiero ser parte de mi comunidad, cantar y bailar con ella, no quiero estar por encima. Mi música no es la más bailable del mundo, pero sí creo que es un mensaje valioso y si no fuera así que la historia me juzgue, dijo Julio Cobos.
Jejeje, ¿por qué traer a ciertos personajes…?
Porque lo que no nos gusta también es parte de nosotros. Yo soy un marginal, y a mucha honra. Marginal en todo sentido, porque en la escuela no era muy popular pero tampoco me hacían bulling, era lo suficientemente invisible para no ser molestado, lo cual tiene sus ventajas. Uno no puede ser invisible siempre, en un momento entraste en el engranaje a funcionar y empezás a sufrir lo que me pasó a mí: de golpe era marrón y era del conurbano. Y no era apellido de nadie, de hecho soy la primera generación de mi apellido Serra Cruz así compuesto, o sea no tengo ni linaje. Y es salir a armarte en un mundo donde todo está rosqueado. En este país hace doscientos años que todo está rosqueado para los Bullrich, para los apellidos de los que tienen calle ahí en Barrio Norte.
Y encontraste a este chabón que te ofreció grabar
Claro, y empezás a grabar, empezás a escucharte. Porque la primera etapa del disco fue grabar. Todo gira en torno a la guitarra acústica y a mi voz, el disco está planteado desde ese lugar: “bueno, vamos a grabarte vos haciendo la base del tema en armónica con la guitarra rasgueando y cantando, que en sí es la esencia de tu música y a partir de eso vamos a vestir toda la canción”. Lo importante es eso, esa es mi identidad: mi guitarra y mi vos. Después lo aceptas o no lo aceptas, también uno cree que es mejor o es peor pero también lo aceptás o no lo aceptas.
Es que si no lo aceptás te tenés que replantear todo lo que estás haciendo
Obvio, y capaz que lo que estaba haciendo me hacía bien. Y entender que no voy a ser David Guetta ni tampoco voy a ser Chano, yo tengo muy claro el horizonte de la música que yo hago comercialmente hablando, porque trabajo en un mundo comercial. Yo trabajo en la cultura mainstream, ahora estoy haciendo una serie para Disney ¿entendés? Sé la guita que se necesita para hacer eso, y no me importa, lo hago igual.
El tema es que lo tengas en claro y no te engañes a vos mismo
Primero eso: la sinceridad, la sinceridad de uno ante uno mismo y después ante la gente. Yo canto lo que yo quiero cantar y lo que me parece que la gente quiere escuchar. Igual, ¿qué se yo? Yo decidí lo que YO necesito escuchar ¿voy a sobreestimar a los demás diciendo “lo que la gente quiere escuchar”? Uno no sabe tampoco, y está bien, y yo estoy en igualdad. “¿Para quién canto yo entonces?” decía Charly García cuando estaba en Sui Generis, yo canto mayormente, entendiendo eso, para los marginados, como yo y como vos, que estamos acá tomándonos un vino porque somos dos marginales. Y está buenísimo que eso nos encuentre porque eso es un punto de partida re valioso porque significa que hay un mundo que es injusto y nosotros no nos rendimos.
Y en ese contexto de cantar para los marginados, ¿cuál es tu mensaje?
Mi mensaje no es la negación del otro, es “che es esto, acá hay otro lugar, acá podés ser vos: ser un marginal, un travesti, un gordo, un gay, lo que sea. Acá sos vos y te vamos a respetar por ser vos y podés cantar, bailar y desarrollarte y nadie te va a decir nada”. Que pase lo que pase y tenga que suceder. Porque no todo es flores, pero tampoco todo es bomba, fuego o sangre. Yo hago música para eso: para que haya un lugar en el que vos y yo podamos entrar. Tengo una idea muy fija que es preguntarme ¿qué es de los pibes que estuvieron dos años encerrados, que no saben ni qué son? No saben si les gusta el rock, la cumbia, el trap, si les gustan las mujeres, los hombres… El ser humano es por el otro, el otro es el espejo de uno mismo y si no tenes contacto con un espejo no sabés quién carajo sos ni dónde estás parado.
Encima los pibes estos venían bastante alienados por la tecnología (celulares, por ejemplo). Y si encima le sumás una situación como esta que inexorablemente al principio hizo que nos aisláramos por cuestiones de salud…
Yo también estoy alienado. Hoy en día los artistas hablan desde un lugar como que son muy buenos ellos. Hay una idiosincrasia del éxito muy cantada, hoy se toma como un orgullo. Yo no soy autorreferencial de mis éxitos, no sé si los tengo, y si los tengo no me interesa andar diciéndolo a viva voz, no los reconozco. A mi me interesa en el silencio poder descifrar ciertas cosas. A mí me parece que la música, el músico, le músique está obligado a atrapar esos momentos que el viento trae, pero fuera de joda y fuera del cliché. La música sucede en esos momentos en que se rompe el silencio, pero persé del silencio. Principalmente fue primero silencio y después fue música.
Cuando nos encontramos me comentaste de un viaje que hiciste al sur en donde te encontraste con el silencio o te diste cuenta de que interiormente hablabas.
Yo me encontré ahí con el silencio de grande, porque no es la primera vez que me enfrentaba al silencio. Ahí yo se que corro con ventaja, porque Ferrari (donde yo crecí) cuando era pibe era un pueblito, ahora es un barrio como cualquiera, pero antes era un pueblito de caballo, de vaquita, de ovejita, de jugar en la calle hasta cualquier hora. No por romantizarlo, sino porque era así: por mi calle no pasaban más de tres autos por semana, pasaban caballos. Ahí ya había silencio y había música también. El silencio es una nota más dentro de la escala.
Además de encontrarse con el silencio también hay otra parte que es lo que buscás con la música, algo así como un capricho que puedas tener.
Mi capricho con la música es poder prestar otra habitación más dentro de esta gran casa que es la humanidad. Porque al fin y al cabo uno va entrando y va abriendo puertas. En ese absurdo que es vivir dije “¿yo para qué canto?” Canto porque quiero que alguien se refugie con lo que yo hago como para mi fue un refugio Las Puertas de la Percepción en un viaje de dos horas de Ferrari a Constitución cuando iba a estudiar comunicación, que era como una mantita con un té en ese viaje que era una pija.
Volviendo al disco ¿cómo fue que lo planeaste y cómo te surgió el título?
Yo no planeé las canciones que hice, no es que dije hago el disco pensando en tal concepto. No, no fue así. ¿Por qué se llama Canción Guardad? Porque fueron canciones que fui descubriendo, que ni siquiera pienso que están en mí, sino que están en la guitarra o en los instrumentos que voy tocando. El tema que le da título al disco dice: “A tus orillas yo busco tu voz” y es eso, ni siquiera estoy adentro, estoy en la orilla. Es una aproximación a lo que siento y ojalá sea lo que siente un montón de gente, porque yo sé que la música ayuda a un montón de gente. La música es un lugar transitorio, es un refugio en un momento en que no das más. Canción Guardada son seis canciones que descifré, yo creo fielmente que todo el mundo tiene música adentro, somos todos seres sonoros que estamos vibrando y haciendo cosas. Pasa que a veces nos distraen tanto que no nos damos cuenta de que estamos haciendo lo que estamos haciendo.
¿Cómo te gustaría que las personas escuchen Canción Guardada? Sentado en un sillón tomando wiskhy, con la luz apagada, viajando, haciendo cosas en la casa…
Principalmente es un disco que merece ser escuchado. Plantear un escenario como los que me dijiste es muy subjetivo, es un disco que tiene mucha tierra y mucha madera entonces lo podés escuchar en el tren, en el bondi… Ojalá la gente se vaya a dormir escuchando el disco, porque la eché a soñar y eso para mí es hermoso porque, siendo reiterativo, fue un fueguito en la tormenta volviendo al concepto del refugio que antes hablábamos.
¿Cómo hace la gente para entrar a tu refugio, a ese lugar? ¿dónde te escucha, cuándo te puede ir a ver y escuchar?
Principalmente me puede escuchar en todas las plataformas digitales que hay como YouTube, iTunes, Spotify. Si me quieren escuchar en vivo que me sigan en las redes como Instagram porque voy subiendo fechas ahí. En junio toco en Marcos Paz, por ejemplo. Igualmente hoy estoy más preocupado en compartir dentro del mundo virtual, que me parece super valioso que en otro lado.