ELECCIONES EN ALEMANIA: CASTIGO A SOCIALDEMÓCTRATAS Y LIBERALES Y PREMIO A CONSERVADORES Y ULTRADERECHA
ELECCIONES EN ALEMANIA: CASTIGO A SOCIALDEMÓCTRATAS Y LIBERALES Y PREMIO A CONSERVADORES Y ULTRADERECHA
Por Federico Montero y Pablo Macia
Se cumplieron los pronósticos de las encuestas y finalmente el malestar de la sociedad alemana castigó a socialdemócratas y liberales, mientras que premió a los conservadores, que presentaron un candidato con un marcado giro a la derecha y proempresarial. El giro a la derecha, en un escenario de fragmentación y polarización, se completa con los resultados de Afd que duplica los votos de la última elección general y continua el crecimiento delineado en las últimas elecciones europeas.
Por el lado de la izquierda, la falta de una estrategia unificada diluye la potencia de su intervención en un escenario en crisis, ya que Die Linke llega al 8,7% (crecimiento de 4 puntos) y la alianza Sahra Wagenknecht a un 4,9%, quedando a las puertas del umbral del 5% para acceder a las bancas. La eventual sumatoria de ambas expresiones ubicaría al bloque de izquierda en el mismo nivel que la socialdemocracia del SPD.
Sin embargo, como explicamos en el informe preelctoral en colaboración con Analogías, el clivaje izquierda / derecha es insuficiente para explicar las transformaciones en curso en la política alemana y europea, en la que el clivaje anti ruso y la cuestión migrante son vehículos más potentes de expresión del malestar cuyas raíces son sin dudas sociales, económicas y de proyecto general. Todo ello en un escenario de transición por la asunción de Trump, los acuerdos con Putin y la injerecia de Elon Musk en la política europea.
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Yendo a los resultado, con casi 60 millones de alemanes habilitados para votar se desplegaron este domingo las elecciones para representantes en el Bundestag, manteniendo una participación del 83,5% que la convierte en la más alta desde la unificación en 1990. La conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU) en coalición con sus pares bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU) alcanzaron el primer lugar con un 28,5% de los votos con la candidatura a canciller de Friedrich Merz, frente al 20,7% de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) de Alice Weidel que obyuvo 10 puntos porcentuales más que en 2021. En tercer lugar, con 16,5% quedó el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) que llevaba al actual canciller Olaf Scholz, conformando la peor elección desde 1890 con una caída de 9,3 puntos frente a su victoria en 2021. El Partido Bündnis 90 (Los Verde) con un 11,7% obtuvo el cuarto lugar (cayó 3,1 pp) con el actual vicecanciller Robert Habeck, mientras que La Izquierda (Die Linke) alcanzó el 8,7% con un importante crecimiento de 4 puntos. Por debajo del umbral del 5% necesario para obtener escaños en el parlamento federal, se encuentran el Partido Liberal (FDP) del ex ministro de economía Christian Linder que retrocedió 7,1 puntos y obtuvo un 4,4%, mientras que la flamante Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) obtuvo el 4,9%.
Con estos resultados, la CDU/CSU obtiene 208 escaños al parlamento federal frente a 161 de AfD, 121 bancas del SPD, 85 de los Verdes y 64 de La Izquierda. La CDU de Friedrich Merz necesitará superar el umbral de 316 escaños de los 630 que componen al cuerpo para poder formar gobierno. El conservador Merz ya descartó como en toda su campaña que pretenda formar gobierno con AfD, frente a las críticas de los demás partidos por haber pactado con esa fuerza el endurecimiento de las leyes migratorias del país.
Pero en cuanto a la formación de gobierno, el vencedor de las elecciones afirmó que AfD se propone destruir a los demócratas cristianos y que por lo tanto reforzará el “cordón sanitario”. Sin embargo, reforzó el giro conservador estipulando que para frenar a la ultraderecha hay que terminar con las políticas de izquierda que la hicieron crecer. En ese marco se plantea un acuerdo de investidura con el SPD e incluso eventualmente con Los Verdes pero llamando a “la responsabilidad democrática” para evitar concesiones excesivas hacia esas fuerzas con respecto a las políticas sociales y ambientales.
En efecto, Merz implica un giro a la derecha en el propio CDU, ya que él fue crítico dentro de su propio partido, disputando el liderazgo con Angela Merkel por considerar que aplicó políticas flexibles en materia inmigratoria y social. Vale recordar que mientras Merkel ejerció la conducción de la CDU y del pais, Merz se retiró de la política para dedicarse a los negocios, destacándose por liderar el fondo BlackRock en Alemania hasta su regreso a la actividad política.
Los reiterados atentados con apuñalamientos a ciudadanos alemanes por parte de refugiados sirios o afganos ocurridos en los últimos meses en localidades como Solingen, Aschaffenburg y Munich también tuvieron un fuerte golpe de efecto en la campaña con respecto al rechazo a la migración. Esto fue uno de los caballos de batalla de la AfD y de la CDU frente a las posiciones más aperturistas del SPD y los verdes.
Pero el principal problema estructural que atraviesa Alemania es el de la falta de crecimiento económico y la inflación que pesa sobre los salarios, en el pais que otrora era el motor de Europa. En efecto, en 2023 el país tuvo una retracción de su PBI del 0,3% mientras que el 2024 lo cerró con una caída del 0,2% y se prevé que en este 2025 apenas crezca un 0,2%. El país no había tenido estos números tan magros desde la segunda posguerra. Las causas de estos bajos resultados se deben a múltiples factores entre los que juegan, por un lado la creciente competencia con China en cuanto a exportaciones como autos eléctricos y bienes de alto valor agregado, en los que el país germano continúa siendo una potencia pero va perdiendo terreno frente al gigante asiático. En materia automotriz, fue significativo el cierre de 3 plantas de Volkswagen en Alemania, algo que no había pasado en su historia desde su constitución hace 87 años.
Los principales desafíos de Alemania están dados por los altos costos que ha implicado la guerra en Ucrania, que a partir de las sanciones a Rusia elevaron fuertemente el valor de la energía provocando inflación y recesión económica. A esto se le suma los nuevos gastos en la reconversión productiva para la guerra, en la que Alemania destinó unos 100 mil millones de euros hasta 2027, pero que a partir de la nueva política norteamericana de desinversión en la OTAN para la seguridad de Europa requerirá nuevos costos para el viejo continente. Así, a la exigencia del 2 % del PBI en defensa, se estima que el reemplazo del financiamiento de Washington implicará aumentar el gasto hasta un 3,8%. Además, los altos estándares en energías verdes que Alemania se impuso implican fuertes costos en inversión y nuevas infraestructuras. Estas y otras demandas sociales fueron las que hicieron colapsar a la coalición semáforo liderada por el SPD de Olaf Scholz. En efecto, frente a la imposición constitucional de no gastar más de lo recaudado, tanto los socialdemócratas como los verdes impulsaban el sostenimiento del gasto en materia social y ambiental a partir de un mayor endeudamiento, mientras que los liberales en la coalición de gobierno promovían un mayor ajuste fiscal. Esas desavenencias propiciaron la crisis y el adelantamiento de las elecciones.
El programa de Friedrich Merz avanzará por reducir el gasto público y los impuestos corporativos a un 25%, apostando a financiarse en base al crecimiento económico. Pero esto es un desafío en el mismo momento en que Estados Unidos amenaza con aumentar los aranceles en un mercado en el que Alemania ofrece productos de alto valor agregado. Las disputas diplomáticas con Washington también serán otro desafío frente al gobierno de la CDU y sus aliados europeos. Así, si bien Merz tiene allanado el camino para formar gobierno con un importante margen de maniobra aprovechando el peligro de la AfD para forzar un cierre con las otras fuerzas democráticas, tendrá grandes escollos para relanzar la economía alemana y su papel preponderante en Europa y el escenario internacional.
Estados Unidos reestableció vínculos diplomáticos con Rusia mientras Europa se reorganiza para su defensa y la de Ucrania
La administración Trump avanzó rápidamente en sus promesas de campaña en cuanto a restablecer negociaciones diplomáticas con la Federación Rusa y su presidente Vladimir Putin, rompiendo el aislamiento impuesto por Biden a partir de la guerra en Ucrania que ya cumplió 3 años. Al llamado telefónico que intercambiaron los dos mandatarios hace dos semanas se le sumó el encuentro de alto nivel en Riad, Arabia Saudita, que duró mas de 4 horas en las que abordaron gran cantidad de temas entre los que se destacó el del fin de la guerra en Ucrania. La delegación norteamericana estuvo encabezada por el Secretario de Estado Marco Rubio, junto a el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, y el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff mientras que la contraparte rusa estuvo representada por el canciller Serguei Lavrov, el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov y el director del Fondo de Inversiones Directas, Kiril Dmítriev. El encuentro permitió retomar las relaciones diplomáticas de ambos países y comenzar una hoja de ruta para el restablecimiento de las delegaciones diplomáticas y otras relaciones comerciales y de cooperación estratégica. Con este encuentro Estados Unidos rompe unilateralmente la alianza con Europa y los países occidentales donde conjuntamente mantenían aislada a Rusia en materia diplomática y económica a través de las sanciones. Del encuentro también se planteó la posibilidad de una cumbre entre ambos mandatarios y el comienzo de la negociación de paz en Ucrania.
En cuanto a las condiciones que impone Rusia en la negociación como una línea roja está la desestimación para siempre de que Ucrania entre en la OTAN, desmintiendo las promesas de Bucarest en 2008, y que Kiev asuma el compromiso de su declaración de soberanía en 1990 con respecto a la Unión soviética, que afirmaba que sería “permanentemente neutral, que no participaría de bloques militares y permanecería libre de armas nucleares”. Las autoridades rusas afirmaron que esas son las condiciones básicas para avanzar en un acuerdo: Rusia no se opone a que Ucrania entre en la Unión Europea, y estaría de acuerdo con negociar con Volodimir Zelenski a pesar de que haya caducado su mandato, también con otros países europeos, pero bajo estos preceptos.
Por su parte, el presidente Donald Trump hizo eco de la reunión con su estilo confrontativo, afirmando que Zelenski es un dictador que no ha realizado elecciones, que tiene un bajo nivel de aceptación en su país y que fue el responsable de provocar a Rusia para que inicie el conflicto militar. Estados Unidos además está presionando a Ucrania para que entregue sus recursos minerales como prenda de cambio por la ayuda militar y financiera otorgada por la gestión de Biden. Para aumentar la presión, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth ha afirmado que es poco realista que Ucrania pretenda volver a las fronteras del 2014 y que Kiev no debe entrar en la OTAN. Estados Unidos está impulsando un acuerdo de paz que permita reducir las sanciones a Rusia y reducir los costos de la energía. El secretario de Estado Marco Rubio nuevamente fue el que suavizó la línea de Washington al informarle algunos pormenores de la reunión a sus homólogos de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y a la representante de la política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas.
Frente a este acercamiento de Estados Unidos hacia Rusia, dejando de lado a los países europeos y a la propia Ucrania, fue el presidente de Francia Emmanuel Macron el que picó en punta para convocar a dos reuniones de jefes de Estado de Europa para consensuar una posición frente a Ucrania y la defensa del viejo continente. Con Alemania atravesando el proceso eleccionario y el Reino Unido fuera de la UE, Macron quedó a cargo de la convocatoria que congregó entre el lunes y martes a líderes de Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia, España, Países Bajos, Dinamarca, la OTAN y la Unión Europea. Los líderes europeos respaldaron al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y reclamaron participación en las negociaciones de paz para garantizar la seguridad de Kiev y de la propia Europa. Así, varios países plantearon la posibilidad de enviar tropas a Ucrania para garantizar la seguridad europea en una eventual negociación de paz. También abordaron la necesidad de garantizar mayores gastos en defensa para asegurar la paz de Europa frente a la retirada del financiamiento de Washington en la OTAN. Algunos analistas especulan que esto podría redundar en importantes ganancias para el complejo industrial militar europeo, pero eso requiere importantes gastos de inversión y financiamiento previos. Esta semana en curso, tanto el presidente Emmanuel Macron como el primer ministro británico Keir Starmer se encontrarán en Washington con su homólogo Donald Trump, en una reunión en la que los mandatarios europeos llevarán las exigencias comunes de participar en las negociaciones concernientes a Ucrania y la seguridad de Europa, en lo que será un nuevo capítulo en esta intrincada relación.
Jair Bolsonaro más implicado por la justicia en la causa por el golpe de estado en Brasil
El fiscal general de la república de Brasil, Paulo Gonet, aportó nuevos elementos a la denuncia contra Jair Bolsonaro y otros 33 involucrados en el intento de golpe militar perpetrado entre la victoria de Luiz Inacio Lula Da Silva y su asunción en enero del 2023. En una operación denominada “Puñal Verde Amarillo”, Bolsonaro estaba en conocimiento de un complot para envenenar a Lula y asesinar a su candidato a vice, Geraldo Alckmin, y al ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes. El arrepentido Mauro Cid, ex colaborador de Bolsonaro, fue quien incriminó a Bolsonaro y su compañero de fórmula, el militar Walter Braga Netto, y a otros cómplices entre los que figuran el hijo del ex presidente, Eduardo Bolsonaro. De la investigación se desprende toda una estrategia premeditada que incluso estaba orquestada desde antes de las elecciones, impulsando una campaña para desprestigiar al sistema electrónico que intervino en los comicios y donde se avaluaba la intervención del el Supremo Tribunal Federal, llevar a prisión a sus integrantes y convocar nuevas elecciones bajo la denuncia de que fueron fraudulentas.
Además se demostraron otras operatorias destinadas a entorpecer el acceso a los lugares de votación por parte de las autoridades de tránsito en aquellas localidades en las que Lula había alcanzado grandes diferencias en la primera vuelta. Otros materiales de prueba se aportaron para determinar las operaciones de los días previos a la asunción presidencial de Lula, en los que se organizaron revueltas y acampes en los cuarteles militares para reclamar que promuevan el golpe de estado.
Las evidencias complican aún más a Jair Bolsonaro, ya jaqueado por otros hechos delictivos durante su gestión presidencial. Sin embargo, el ex presidente utiliza la investigación para victimizarse y emparentar su situación a la del actual presidente estadounidense Donald Trump, quien también atravesó denuncias de intento de golpe frente a los hechos del 6 de enero de 2021 en el Capitolio, saliendo indemne y reelegido para un nuevo mandato. Si bien la analogía no puede establecerse de igual manera, el bolsonarismo continúa siendo fuerte en Brasil más allá del propio ex presidente.
México refuerza su soberanía frente Estados Unidos que declaró como terroristas a los cárteles del narcotráfico
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum envió una ley al parlamento para reforzar la soberanía del país frente a la declaración por parte de Estados Unidos de organizaciones terroristas hacia los Cárteles de narcotráfico del país azteca. El proyecto de ley constitucional establece sanciones severas para extranjeros que realicen actividades de investigación ilegales en el territorio mexicano y cualquier otro tipo de injerencia en el país sin la autorización y colaboración con el Estado. La iniciativa surge como respuesta a la designación publicada en el Registro Federal estadounidense por el secretario de Estado, Marco Rubio, sobre seis carteles mexicanos en calidad de “terroristas”. Ellos son: El Cartel de Sinaloa, el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cartel del Golfo, el Cartel del Noroeste, los Carteles Unidos y la Nueva Familia Michoacana. Las implicancias de denominar como terroristas a determinadas organizaciones en Estados Unidos comenzó en 2001 luego del atentado a las torres gemelas, por parte de George W. Bush frente a Al-Qaeda, creando una doctrina que justificó la invasión a Afganistán. Así, con esta definición que congrega a organizaciones paramilitares con fines políticos y religiosos como grupos Al-Qaeda, el Daesh, Boko Haram o Hezbolá se las emparenta a organizaciones delictivas y criminales que trafican ilegalmente estupefacientes. El propio Trump con su prédica provocativa no descartó que envié tropas unilateralmente a territorios de México para desbaratar a estas organizaciones del narcotráfico, avasallando la soberanía nacional.
Sheinbaum fue cauta en considerar que cualquier medida tendiente a combatir el narcotráfico es bienvenida si es para colaborar con el Estado mexicano, pero fue determinante en afirmar que de ninguna manera puede activar la intromisión de Estados Unidos en el país azteca, tal como sí lo hizo en Siria, Irak o Afganistán. Los cárteles del narcotráfico son organizaciones criminales con mucho poderío, que se han infiltrado en actividades financieras y de lavado y que han colonizado ámbitos del Estado como sectores de la policía, fuerzas de seguridad, el sistema judicial y político. Así, desde los cárteles más antiguos como el de Sinaloa del “Chapo” Guzmán y el Cártel del Golfo, pasando por los más violentos y recientemente creados como el Cartel Jalisco Nueva Generación, Nueva Familia Michoacana y otros, comparten organizaciones fuertemente armadas con lazos financieros y redes de corrupción que tienen su correlato en Estados Unidos, donde al tradicional tráfico de estupefacientes se le sumó el de fentanilo y drogas sintéticas que están causando estragos en el país del norte.
En ese marco, México está dispuesto a colaborar en descubrir estas redes criminales en ambos lados de la frontera y en contra de estigmatizar a su población latina que habitualmente es la que está emparentada con el delito.
(*) Fuente: Observatorio del Sur Global